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Sentencia absolutoria anula la expulsión del Ejército de Tierra del cabo Marco Antonio Santos Soto

Fuentes: Asociación Civil, Milicia y República / Rebelión

La Asociación Civil Milicia y República (ACMYR) hace pública su satisfacción por esa sentencia, al tiempo que denuncia la existencia pública y manifiesta de un componente ideológico franquista en el seno de las Fuerzas Armadas.

Desde la Asociación Civil, Milicia y República (ACMYR) cuyos fines son: Contribuir a la difusión y defensa de los valores republicanos y democráticos en todos los ámbitos de la sociedad y en particular entre los miembros de las Fuerzas Armadas. Así como trabajar por la construcción de una República plenamente democrática, justa, libre, igual y solidaria, abierta a las transformaciones sociales. ACMYR contribuirá a este fin mediante el trabajo, el análisis, el diálogo y la colaboración, efectuando aportaciones oportunas a la sociedad y a cuantas instituciones, organismos y estamentos u otras asociaciones de personas de cualquier naturaleza -nacionales e internacionales- se dediquen o encaminen a los mismos fines en sus respectivos ámbitos de actuación, entre otras actividades en el campo civil y militar.

Celebramos con enorme satisfacción la sentencia absolutoria por parte de la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo que anula la expulsión del Ejército de Tierra del Cabo de Sanidad, Marco Antonio Santos Soto, miembro de ACMYR

El pasado miércoles 7 de junio, la Sala Quinta del Tribunal Supremo de lo militar, emitió una sentencia por la que queda anulada la expulsión del Ejército de Tierra del Cabo Marco Santos Soto, como culminación de un largo proceso por supuesta falta grave de atentar contra la disciplina y la unidad de las fuerzas armadas. Los hechos se remontan a agosto de 2018, cuando tras la publicación por todos los medios de comunicación de un manifiesto de adhesión a la figura histórica del general Franco y contra la decisión del gobierno de sacar los restos del dictador del Valle de Cuelgamuros, más de 200 militares entre los firmantes había almirantes, generales y coroneles, profranquistas, que habían formado parte de la cúpula de las FAS, el cabo Marco Antonio Santos Soto suscribió una declaración colectiva de militares demócratas  adhiriéndose a la decisión gubernamental, de exhumar los restos del genocida general Franco mostrando su rotundo rechazo a carta de apoyo a la memoria de Franco, por considerar su protagonismo como jefe de la sublevación militar de corte fascista de 1936 sin reconocer su responsabilidad en la comisión de crímenes de guerra, crímenes contra la paz y crímenes contra la humanidad, durante los cuarenta años de dictadura que presidió.

Mientras los militares profranquistas no sufrieron ningún tipo de represalias, al cabo Marco Antonio Santos Soto, se le abrió de inmediato un expediente disciplinario, que llegó incluso al rastreo de sus perfiles en las redes sociales así mismo se investigaron sus declaraciones en medios de comunicación y todo cuanto podía ser empleado en su contra, en particular sus puntos de vista en relación con supuestos ataques a la Corona y a comportamientos improcedentes de mandos militares en misiones internacionales

Declaraciones todas ellas, como ahora reconoce el Tribunal Supremo amparado en su derecho de libertad expresión, reconocido en la Constitución vigente y que sus manifestaciones nunca pusieron en peligro los principios de disciplina y seguridad en el seno de las Fuerzas Armadas.

Los motivos por lo que tras ser condenado, fueron recurridos por sus abogados hasta que se ganó en la Sala Quinta del Tribunal Supremo, que finalmente acaba de resolver la anulación de todo lo actuado, por lo que se abre ahora el correspondiente procedimiento del reconocimiento contractual de su empleo y el resarcimiento de todos los perjuicios causados.

El procedimiento judicial culminó en noviembre de 2019 con una resolución del JEMAD y ratificado por la Ministra de Defensa Margarita Robles, declarando su expulsión definitiva de las FAS. La defensa del Cabo Marco Antonio Santos Soto abre ahora el correspondiente procedimiento del reconocimiento contractual de su empleo y el resarcimiento de todos los perjuicios causados.

La Asociación Civil Milicia y República (ACMYR) hace pública su satisfacción por esa sentencia, al tiempo que denuncia la existencia pública y manifiesta de un componente ideológico franquista en el seno de las FAS, que de una manera intangible pero real viene manifestándose, con actos que saltan intermitentemente a la luz de los medios de la comunicación, con declaraciones o implicaciones personales de mandos militares, que han sido denunciados como incompatibles con la actual Constitución, intolerables en unos funcionarios públicos uniformados, cuya razón de ser es precisamente preservar los derechos y deberes en ella representados.

La cadena de mandos intervinientes en esta sanción disciplinaria hoy anulada, hasta llegar a la ministra de Defensa Margarita Robles, han incurrido a juicio de ACMYR en un presunto delito de prevaricación y de conspiración para perseguir e intentar arruinar la vida profesional de un militar íntegro como el cabo del Ejército de Tierra Maco Antonio Santos Soto. Con este procedimiento, fue un aviso a los militares demócratas que se atreven a denunciar públicamente actitudes o conductas inspiradas en la ideología franquista, que hasta ahora vienen disfrutando de la más absoluta impunidad.

ACMYR exige al Gobierno que salga de las urnas en 23 J que adopte las medidas democráticas necesarias, para la erradicación del franquismo en las Fuerzas Armadas y demás instituciones que hoy perduran en España con la complicidad de monarquía instaurada por el dictador. El franquismo que soterradamente pervive y se transmite entre el mando de las unidades, una realidad que no se puede permitir por más tiempo para hacer creíble que las FAS están definitivamente descontaminadas del pensamiento heredado de cuarenta años de dictadura y cuarenta y ocho de impunidad.

El principio para terminar con el franquismo en las FAS y demás instrucciones es la proclamación de la III República, una República plenamente democrática, justa, libre, igual y solidaria, abierta a las transformaciones sociales

Ese es nuestro reto y nuestra esperanza.