Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens y revisado por Caty R.
Puede ser cierto o no que los diplomáticos occidentales siempre mienten por el bien de su propio país. ¿Pero podría servir la diplomacia occidental, en el caso de Oriente Próximo, para hacer que los gobernantes no occidentales mientan a sus propios países? Los cables reveladores de Wikileaks arrojan cierta luz sobre este acertijo.
¡Conocimiento es poder!
Lo dijo el filósofo francés Michel Foucault. Por cierto, un lugar común y el mantra de mucha gente en el mundo moderno. Los que carecen de poder no saben lo que poseen los poderosos. En el Corán «el conocimiento es rey» (sultán), que diferencia entre seres humanos no sólo según la piedad, sino también según el conocimiento.
El conocimiento disponible actualmente de lo que los árabes y los habitantes de Oriente Próximo saben sobre los «pensamientos» íntimos de sus Estados es escaso. Los asuntos, enfermedades, casi muertes, feudos, conspiraciones, tratos, conjuras y las personalidades involucradas son el bastión exclusivo de los círculos íntimos que rodean a las elites gobernantes. Por lo tanto, ¿cunden los rumores?
Los habitantes de Oriente Próximo viven en una región que continuamente se construye y reconstruye y los asuntos de los gobiernos están rodeados de secreto -en tal medida que algunos cronistas llegaron a decir que los árabes ganaron la catastrófica guerra de 1967 cuando sus ejércitos fueron derrotados por los israelíes.
¿Para qué servían las atractivas guardaespaldas de Gadafi y una voluptuosa enfermera ucraniana? ¿Cómo llegó Mohammed Dahlan, otrora un pobre habitante de un campo de refugiados, a convertirse rápidamente en millonario? ¿Cómo, preguntan burlonamente los israelíes al referirse al hijo de Mahmud Abbas, se hizo tan «misteriosamente rico»? ¿Usan algunos, como en el caso del Fatah palestino, la tentación sexual para chantajear a oponentes?
¿Quién es dueño de Oriente Próximo?
Los miles de cables hechos públicos por Wikileaks revelan un lado siniestro del gobierno de Oriente Próximo: La paz bajo Netanyahu es una quimera; Gamal no inspira fuerza, ni tampoco Abbas; Occidente apuesta al hombre fuerte Dahlan. ¡La democracia bajo Bin Ali es una ilusión! El reino de terror de Nouri Al-Maliki ha sido confirmado -pero no hay que perder la tranquilidad, lo que lo salva es que está del lado de los ‘buenos’.
Podríamos llegar a ver platillos volantes antes de presenciar la creación del Estado palestino, o una democracia en Túnez o Iraq. Y por si fuera algún consuelo, al parecer gozan de la buena compañía de Sarkozy de Francia – ¡el ‘emperador’ reencarnado!
En cierto modo, a pesar del humor y de las meticulosas notas de diplomáticos profesionales y de otros países occidentales, lo más difícil de imaginar no es sensacional: es su falta de conocimiento de la multitud árabe, a pesar de que se trata de cables de bajo perfil con un registro informal y práctico.
Eso incluye los estereotipos, los sarcasmos, e incluso las observaciones condescendientes. Sin embargo, también los hace tan fascinantes – ¡jerga diplomática sin retocar! En cierta medida, revelan un poco al público profano cómo «Occidente», en la tradición de Lord Kitchener y otros, construye el «Oriente».
Choque de idiomas, no choque de intereses
Volviendo a Foucault, los cables son un fragmento de un discurso, texto o conversación. Son por cierto impresionantes por lo que dicen tanto como por lo que no dicen. Uno quisiera visualizar a Brennan, funcionario de la Casa Blanca, mientras escucha a gobernantes árabes que pontifican sobre ex detenidos de Guantánamo. Cada mueca, cada gesticulación, risa nerviosa, y el lenguaje corporal que los cables no pueden articular, impartir o describir. Es donde el teatro de la diplomacia es defraudado por el cable como medio.
Y luego está la imaginería local. La reptante y astuta hayyah (víbora o serpiente) que es Irán -un eufemismo que saltó de la boca del rey Abdullah- y amenaza al orden mundial existente y tal vez un Armagedón en Oriente Próximo. Es la imaginería del desierto. El monstruo del desierto es la víbora oculta, adepta al camuflaje y a la emboscada, que ataca rápidamente a su presa mientras le inyecta su veneno.
En el Sagrado Corán, Moisés rechaza al Faraón y sus hechiceros convirtiendo su vara en serpiente. El rey Abdullah acertó con el lenguaje de la imaginería, pero se equivocó en lo político, al incitar a la guerra. ¿Se puede definir actualmente a un suní sólo por su oposición a los chiíes? ¿Por qué bombardear Irán? Habría que comprarlo. ¿No es el mercado el que supuestamente construye puentes entre intereses en conflicto? La inversión en Irán es el camino a la normalización. Una amistad probable en lugar de una enemistad probable debería ser la esencia de la diplomacia.
Como siempre en Oriente Próximo, la víbora de una persona es el ‘perro macho dominante’ de otra. ¿Cómo se puede explicar de otra manera que Abbas y Al-Salih, que colaboran en el bombardeo de sus propios pueblos, reciban legitimidad, dinero y armas? ¡Los que se resisten a la ocupación son objeto de amenazas de guerra y tribunales internacionales!
Los cables muestran cacofonía lingüística y, en términos de intereses, armonía. ¡Seguridad, seguridad, seguridad! Terroristas, detenidos en Guantánamo, bombas nucleares iraníes, Hamás, e Hizbulá son la adicción así como la obsesión de la diplomacia en Oriente Próximo.
El vigor de la ley en Kuwait
El Reino Unido se pronuncia enérgicamente en defensa de sus detenidos en la Bahía de Guantánamo y sus derechos legales. Precisamente la noción de derechos legales y de la ley es algo que parece preocupar al ministro del interior kuwaití, Jaber Khalid Al-Sabah, en su conversación a principios de 2009 con el embajador de EE.UU. Es decir, el vigor independiente de la ley.
El sistema legal parece proteger a individuos sospechosos de financiar el terrorismo o a terroristas liberados. ¡Quién quiere ciudadanos a los que no puede oprimrse con la ayuda de la ley del país! La solución de Su Excelencia al problema de los cuatro detenidos kuwaitíes: convertirlos, más o menos, en una especie de badun (kuwaitíes apátridas). ¿Dónde? ¡En medio de Afganistán, en el infierno de una guerra! Que se les dé la oportunidad permanente del martirio involuntario.
¿Quién es terrorista? Vete tú a saber. ¡Los cables están saturados de comentarios sobre el peligro terrorista, el tenor de la diplomacia moderna!
El monarca saudí no sugirió que se lanzara a los detenidos liberados de Guantánamo en medio del Empty Quarter [el mayor desierto de arena del mundo, N. del T.], sin embargo el consejero antiterrorista de la Casa Blanca, John Brennan, sonó desconcertado ante la idea del rey de insertar chips o artefactos de rastreo a los terroristas -como se hace con caballos y halcones- ¡por cierto no hubo mención alguna de víboras en esa ocasión en particular!
Brennan respondió correctamente que «los caballos no tienen buenos abogados». ¡Tampoco los tienen, por cierto, los habitantes sitiados de Gaza!
Egipto y el horrendo sentido de la oportunidad de Assange
Si el pueblo egipcio sólo hubiese conocido las sabias palabras de Mubarak de que olvidara la democracia (en Iraq) antes del 28 de noviembre. El dinero de las arcas de esa nación estaría mejor utilizado en algún otro bien público que en la organización, control, amaño y mal recuento de una votación. Por ejemplo, para construir más panaderías.
De tal palo tal astilla. A Gamal [hijo de Mubarak, N. del T.] le enseñan bien: «olvídate de la democracia», agregan los cables citando a Mubarak, «en Iraq». Pero si los iraquíes son árabes y los egipcios son árabes, debería haber sido obvio para Gamal que los iraquíes son egipcios.
Para que conste, el presidente Mubarak «otorgó» a la Hermandad Musulmana 88 escaños en 2005, Gamal no les dio ninguno en 2010. El próximo paso: tal vez sea Gamal como «dictador justo» parecido al que Mubarak padre desea para Iraq.
Cablegate y el Líbano
Es un tópico que debe ser seguido cuidadosamente por los que se interesan por la región. «Cablegate» absorberá gradualmente al Líbano. ¡Los cables estadounidenses dicen que Elias El-Murr, ministro de defensa del Líbano, aconsejó a Israel sobre cómo volver a invadir y eliminar exitosamente Hizbulá! ¡Con un ministro de defensa como el señor El-Murr, quién necesita enemigos!
El ‘viejo’-‘nuevo’ Oriente Próximo
Todavía se le asocia eternamente con intriga y se le decora como místico. Está construido con los mismos antiguos elementos – asesinos junto con terroristas… combinados con halagos, ‘bandidaje’, e incluso sobornos, retocados con indirectas sobre cuentos de las Mil y Una Noches en el desierto libio. Desde Tel Aviv, pasando por el Levante hasta el Golfo árabe y pérsico; guerra, seguridad y terrorismo encabezan las agendas de la diplomacia global. Las potencias globales hablan de tecnología, comercio, distribución del poder y del estatus de la ONU en Nueva Delhi y Pekín. En Tel Aviv, Damasco, Riad y El Cairo hablan de seguridad.
Los cables de las embajadas estadounidenses muestran a diplomáticos occidentales que promueven con dedicación los intereses de su gente. Hay que respetarlos por hacerlo. Al contrario, algunos políticos árabes piden la invasión, el bombardeo y la conspiración contra sus propios ciudadanos. Puede que actualmente los árabes no se debieran preguntar cómo son los gobiernan, sino quiénes lo hacen.
¡Los cables nos dicen lo que nos espera!
El Dr. Larbi Sadiki es profesor sénior de Política de Oriente Próximo en la Universidad de Exeter, y autor de Arab Democratisation: Elections without Democracy (Oxford University Press, 2009) y The Search for Arab Democracy: Discourses and Counter-Discourses (Columbia University Press, 2004), Próximamente: Hamas and the Political Process (2011).
Fuente: http://english.aljazeera.net/indepth/opinion/2010/12/2010125105945256495.html