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Entrevista a Josep Pàmies, histórico militante y activista campesinomiembro de la candidatura “Des de daix”

«Si se pagasen 1.200 euros a un cargo público seguramente sólo lo desempeñarían las personas con voluntad de servicio público»

Fuentes: La Mañana, Lleida

DES DE BAIX se define como anticapitalista, ecologista, feminista, soberanista… Es, también, una plataforma que propugna los ideales que antaño se atribuían a la izquierda. Y cuenta como número 3 con un histórico del sindicalismo agrario de Catalunya, Josep Pàmies i Breu. Hace dos legislaturas ocupó el segundo puesto de ICV por Lleida. ¿Por qué […]

DES DE BAIX se define como anticapitalista, ecologista, feminista, soberanista… Es, también, una plataforma que propugna los ideales que antaño se atribuían a la izquierda. Y cuenta como número 3 con un histórico del sindicalismo agrario de Catalunya, Josep Pàmies i Breu.

Hace dos legislaturas ocupó el segundo puesto de ICV por Lleida. ¿Por qué no acude a las urnas con este partido?

Me di de baja hace un mes. Y mi mayor decepción fue cuando en la cuestión de los transgénicos -no sólo ICV, sino también ERC- se limitaron a apoyar nuestras propuestas sin hacer nada más. Como creo que si era necesario se tenía que romper el Govern, porque la de los transgénicos es una cuestión esencial para la sociedad, decidí irme para casa. Ellos dijeron que en este tema habían hecho lo que podían y que ya no se podía hacer nada más, pero yo no lo compartía. De hecho, entonces decidí no participar en ninguna candidatura, pero me ilusionó el proyecto Des de Baix, impulsado por jóvenes procedentes de colectivos como Revolta Global. Son gente con ilusión y no marcados por el poder. Creo que si vale la pena ir a votar es para hacerlo por los que no pueden ganar.

La candidatura también cuenta con Pep Riera. Tienen a dos históricos del sindicalismo agrario, pues…

Coincidí con Pep Riera en la Conferència pel Sobiranisme, un intento de unir a todas las opciones independentistas para concurrir a las elecciones, pero no tuvo éxito. Ambos creemos que pese a que no tengamos representación hay muchas cosas que se pueden hacer desde la base, como la lucha por un consumo responsable, la búsqueda de la salud por otras vías distintas a las establecidas. En definitiva, lo hacemos porque creemos que aún hay política no pervertida por el poder.

¿Ya no cree en Unió de Pagesos?

Aún estoy afiliado y lo estoy por una cuestión sentimental. UP fue un gran sindicato, pero después se convirtió en una gestora de servicios. De todas formas, si tuviese que escoger un sindicato escogería UP. Creo, de todas formas, que desde este sindicato no se aportan soluciones para la salud porque no se puede defender a la vez el sector ecológico y el convencional. Yo creo que se tiene que apostar fuerte porque en 10 o 15 años la producción ecológica sea mayoritaria.

¿Y esto es posible?

Todos los agricultores hacían producción ecológica 70 o 80 años atrás. Ahora dependemos del sector farmacéutico, que domina los abonos, los medicamentos, las semillas, los pesticidas… Por este camino no vamos bien. Por esto decimos basta a los transgénicos. No queremos tantos productos químicos, ni pesticidas, sino una agricultura ecológica que prime la salud. Además, los partidos tradicionales están tocados por los poderes económicos y, como dijo el Nobel Richard J. Roberts, quien financia las grandes campañas son las industrias farmacéuticas, de manera que sólo se investiga lo que conviene a este sector.

En su programa hablan de la necesidad de retirar la PAC. ¿Se entenderá esto en el sector?

La PAC sólo ha provocado la creación de negocios ficticios y ha hecho que gente que no vive de la agricultura especule con la actividad agrícola. Además, tenemos claro que cobrar subvenciones limita la motivación y la calidad.

¿Cree que el Segarra-Garrigues tiene demasiadas zonas ZEPA?

Soy consciente de que es difícil mantener este discurso cuando en mi producción tengo agua. Creo que la riqueza la crea el gota a gota, porque no es cierto que regar en grandes cantidades ayude a que la gente se quede en el territorio. No ha sido así ni en los Monegros ni el Algerri-Balaguer, porque las grandes cantidades de agua tienden a la mecanización y al monocultivo, por lo que las máquinas ya hacen todo el trabajo. Yo soy partidario de un uso social del agua. El precio del agua tendría que ser más bajo cuando más uso social desempeñe. Para poner un ejemplo, si en una hectárea viven dos personas el agua tendría que estar a mitad de precio de si sólo vive una. Volviendo al tema del Segarra-Garrigues, creo que con el riego de gota a gota -y con las excepciones que se dictasen- se podría mantener el 50% de la tierra en secano y el 50% en riego para el resto de la explotación. Se trata, como digo, de hacer un uso social del agua que no perjudicaría ni a la agricultura, ni a las aves, ni al medio ambiente.

Defienden que el salario mínimo sea de 1.200 euros. ¿Cree posible conseguirlo?

Si un empresario no puede pagar 1.200 euros a un trabajador es que no lo hace bien. Si no se paga esto es que la empresa no sabe gestionar correctamente lo que tiene entre manos o porque está mal planteada. Es evidente, también, que pagando 700 o 800 euros no se puede exigir al trabajador que aumente la competitividad.

¿Los políticos deberían cobrar lo mismo?

¿Acaso son una casta superior? Si se pagasen 1.200 euros a un cargo público seguramente sólo lo desempeñarían las personas con voluntad de servicio público. O quizás sería gente que compaginaría su trabajo con la actitud política. ¿Por qué tiene que tener un político dedicación exclusiva? Si a la hora de la verdad se limitan a votar lo que dice su partido. Y diré más. Yo no conozco a la mayoría de diputados por Lleida porque seguramente no hacen trabajo en el territorio.

También hablan de referéndums populares. ¿Serían viables?

De lo que se trata es de cómo controlar al poder político durante cuatro años. Las consultas vinculantes populares son un instrumento eficaz y habitual en países como Suiza. Cuando existe un desequilibrio entre lo que votan sus políticos en el Parlamento y lo que cree la ciudadanía se organiza una consulta popular a través de la recogida de firmas. Sólo de esta manera el político hará la política que le toca hacer. Se trata de una democracia popular en un país como Suiza, en el que gobiernan las derechas, pero donde el pueblo no renuncia a ejercer sus derechos. Fíjate que cuando se habla de que Suiza entre en la Unión Europea no se les dice que renuncien al secreto bancario, sino a las consultas populares vinculantes.

¿El voto en blanco tendría que tener alguna validez?

Yo defiendo que el voto en blanco se traduzca en escaños, de manera que se dejen algunas sillas vacías durante aquella legislatura. Evidentemente esto pasaría una vez y provocaría alguna reacción. Es una manera de dignificar el voto.

También hablan de cerrar las nucleares. ¿No es una propuesta utópica?

En febrero se celebrará el primer congreso de Energías Libres. Son energías que podrían tener mucha importancia si no fuese porque los gobiernos las paralizan. En este congreso se hablará, por ejemplo, de la energía que provoca el campo magnético de la tierra con su propia ficción, que es similar a una dinamo. También de sacar el hidrógeno del agua para hacer combustible. Son energías que están en el desván esperando para que no afecten a los intereses del petróleo o del negocio en torno a las placas solares.

Fuente: http://www.lamanyana.es/web/html/lanoticia.html?id=101534&seccio=Pol%C3%ADtica&fecha=2010-11-16&sortida=03:00:00