El número de muertos palestinos en los últimos nueve días triplica el de israelíes civiles asesinados por cohetes en cinco años.Ehud Olmert, el premier israelí, dijo que lamentaba profundamente las operaciones del ejército que mataron a 14 palestinos civiles en sólo nueve días, pero que no había un «equivalente moral» entre ellas y los ataques […]
El número de muertos palestinos en los últimos nueve días triplica el de israelíes civiles asesinados por cohetes en cinco años.
Ehud Olmert, el premier israelí, dijo que lamentaba profundamente las operaciones del ejército que mataron a 14 palestinos civiles en sólo nueve días, pero que no había un «equivalente moral» entre ellas y los ataques palestinos a Israel. Las muertes, en tres separados ataques de misiles, ensombrecieron la primera reunión de Olmert con el presidente palestino, Mahmoud Abbas. Los deudos de las víctimas se reunieron aquí para llorar a las dos últimas víctimas civiles, Fatima Ahmed, una mujer embarazada de 37 años madre de dos pequeños niños, y su hermano Zakaría, de 45 años.
Los hermanos fueron muertos por un misil israelí lanzado en el segundo intento de asesinar a militantes en menos de 24 horas. Israel dijo ayer que continuaba con sus «ataques selectivos». Ayer resultaron heridos trece miembros de la familia, incluyendo a seis niños, y quedó destrozada la casa en la que habían estado celebrando una comida en honor de Ahmed, que volvía de Arabia Saudita, donde estuvo una semana para visitar a su madre de 83 años. Una pila de escombros y un agujero en el techo de paja de la casa era todo lo que quedaba. La casa, en la entrada a Khan Yunis, quedaba a unos 20 metros de la ruta principal de Salahadin, que corre de Norte a Sur en Gaza.
Las Fuerzas de Defensa Israelíes dijeron que el ataque de la noche del miércoles iba dirigido a un camión que transportaba miembros de Comités de Resistencia Palestinos. Los testigos dijeron que el cráter de 15 centímetros del otro lado de la ruta había sido hecho por un segundo misil. Amtiaz Ahmed, cuñada de las víctimas muertas, explicó cómo había estado preparando café y té en la cocina al final de la comida cuando el misil impactó. Mostrando las heridas en la espalda y los brazos de su sobrino de 15 años, Ahmed Sufian Ahmed, que dijo que eran de esquirlas, Amtiaz Ahmed exclamó: «¿Es un terrorista? ¿Acaso tiene cohetes? Son los sionistas los que son terroristas».
Tres niños murieron en un intento de asesinato destinado a detener el martes los ataques de cohetes Qassam de Gaza a Israel. Expresando su «profunda pena por la muerte de palestinos inocentes», Olmert dijo que le había dicho a Abbas en Petra, Jordania: «No hay un equivalente moral entre los ataques terroristas palestinos sobre Israel y las operaciones del ejército israelí, porque el ejército no tiene la intención de lastimar a inocentes». Kofi Annan, el secretario general de la ONU, le pidió esta semana a Israel que se asegurara de que sus respuestas fueran «proporcionadas y no pusieran en riesgo a civiles». El número de muertos palestinos en los últimos nueve días triplica la cantidad de israelíes civiles asesinados por los ataques con cohetes Qassan en los últimos cinco años.
El general Eliezer Shakedi, el comandante de la fuerza aérea israelí, a cargo de investigar cómo ocurrieron las muertes civiles, dijo a Radio Ejército: «Tenemos que hacer un gran esfuerzo para evitar hacer blanco en civiles». Pero añadió: «Debemos luchar contra el terrorismo y lo estamos haciendo. Esta es la manera más precisa y la mejor opción sin lanzar una gran operación terrestre».
El marido de la mujer muerta, Nidal Wahba, de 39 años, dijo que el hijo de 18 meses de la pareja, Khaled, estaba en el hospital después de haber sido sometido a una operación de emergencia por las heridas en la cabeza. Con ironía, agregó: «Estuvo lanzando cohetes a Amir Peretz», el ministro de Defensa israelí que vive en Sderot, la ciudad fronteriza más castigada por los ataques con cohetes Qassam.
Pero Wahba, que trabaja para una empresa que fabrica aluminio, dijo que quería ver el fin de la violencia en ambos lados. «Estamos en contra de todo esto. No queremos enseñarles violencia a nuestros hijos. No me gustaría ver que esto le sucediera al pueblo israelí.» El ataque ocurrió en medio de señales de progreso en las conversaciones entre Fatah y Hamas destinadas a llegar a un acuerdo sobre la solución de dos estados en elconflicto con Israel. Wahba dijo: «Hay gente en Gaza que quiere la guerra contra Israel y gente que quiere la paz. Quiero que los palestinos tengan un objetivo y eso debiera ser la paz». Sobre el ataque de misil que mató a su mujer y a su cuñado, añadió: «Espero que sea el último».
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Celita Doyhambéhère
Ehud Olmert, el premier israelí, dijo que lamentaba profundamente las operaciones del ejército que mataron a 14 palestinos civiles en sólo nueve días, pero que no había un «equivalente moral» entre ellas y los ataques palestinos a Israel. Las muertes, en tres separados ataques de misiles, ensombrecieron la primera reunión de Olmert con el presidente palestino, Mahmoud Abbas. Los deudos de las víctimas se reunieron aquí para llorar a las dos últimas víctimas civiles, Fatima Ahmed, una mujer embarazada de 37 años madre de dos pequeños niños, y su hermano Zakaría, de 45 años.
Los hermanos fueron muertos por un misil israelí lanzado en el segundo intento de asesinar a militantes en menos de 24 horas. Israel dijo ayer que continuaba con sus «ataques selectivos». Ayer resultaron heridos trece miembros de la familia, incluyendo a seis niños, y quedó destrozada la casa en la que habían estado celebrando una comida en honor de Ahmed, que volvía de Arabia Saudita, donde estuvo una semana para visitar a su madre de 83 años. Una pila de escombros y un agujero en el techo de paja de la casa era todo lo que quedaba. La casa, en la entrada a Khan Yunis, quedaba a unos 20 metros de la ruta principal de Salahadin, que corre de Norte a Sur en Gaza.
Las Fuerzas de Defensa Israelíes dijeron que el ataque de la noche del miércoles iba dirigido a un camión que transportaba miembros de Comités de Resistencia Palestinos. Los testigos dijeron que el cráter de 15 centímetros del otro lado de la ruta había sido hecho por un segundo misil. Amtiaz Ahmed, cuñada de las víctimas muertas, explicó cómo había estado preparando café y té en la cocina al final de la comida cuando el misil impactó. Mostrando las heridas en la espalda y los brazos de su sobrino de 15 años, Ahmed Sufian Ahmed, que dijo que eran de esquirlas, Amtiaz Ahmed exclamó: «¿Es un terrorista? ¿Acaso tiene cohetes? Son los sionistas los que son terroristas».
Tres niños murieron en un intento de asesinato destinado a detener el martes los ataques de cohetes Qassam de Gaza a Israel. Expresando su «profunda pena por la muerte de palestinos inocentes», Olmert dijo que le había dicho a Abbas en Petra, Jordania: «No hay un equivalente moral entre los ataques terroristas palestinos sobre Israel y las operaciones del ejército israelí, porque el ejército no tiene la intención de lastimar a inocentes». Kofi Annan, el secretario general de la ONU, le pidió esta semana a Israel que se asegurara de que sus respuestas fueran «proporcionadas y no pusieran en riesgo a civiles». El número de muertos palestinos en los últimos nueve días triplica la cantidad de israelíes civiles asesinados por los ataques con cohetes Qassan en los últimos cinco años.
El general Eliezer Shakedi, el comandante de la fuerza aérea israelí, a cargo de investigar cómo ocurrieron las muertes civiles, dijo a Radio Ejército: «Tenemos que hacer un gran esfuerzo para evitar hacer blanco en civiles». Pero añadió: «Debemos luchar contra el terrorismo y lo estamos haciendo. Esta es la manera más precisa y la mejor opción sin lanzar una gran operación terrestre».
El marido de la mujer muerta, Nidal Wahba, de 39 años, dijo que el hijo de 18 meses de la pareja, Khaled, estaba en el hospital después de haber sido sometido a una operación de emergencia por las heridas en la cabeza. Con ironía, agregó: «Estuvo lanzando cohetes a Amir Peretz», el ministro de Defensa israelí que vive en Sderot, la ciudad fronteriza más castigada por los ataques con cohetes Qassam.
Pero Wahba, que trabaja para una empresa que fabrica aluminio, dijo que quería ver el fin de la violencia en ambos lados. «Estamos en contra de todo esto. No queremos enseñarles violencia a nuestros hijos. No me gustaría ver que esto le sucediera al pueblo israelí.» El ataque ocurrió en medio de señales de progreso en las conversaciones entre Fatah y Hamas destinadas a llegar a un acuerdo sobre la solución de dos estados en elconflicto con Israel. Wahba dijo: «Hay gente en Gaza que quiere la guerra contra Israel y gente que quiere la paz. Quiero que los palestinos tengan un objetivo y eso debiera ser la paz». Sobre el ataque de misil que mató a su mujer y a su cuñado, añadió: «Espero que sea el último».
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Celita Doyhambéhère