Revisado por Caty R.
Las mentiras cotidianas nos ayudan a convivir. Si nuestra vecina es gorda o fea, obviamente, no se lo diremos. A diario nos mostramos falsos o hipócritas. Unos más y otros menos.
No es el caso de Simon Peres, que siempre ha tenido, y sigue teniendo, la incapacidad absoluta de decir alguna vez una verdad.
Isaac Rabin, su compañero de viaje, uno de sus socios en la obtención del Premio Nobel de la paz, y que fue dos veces Primer Ministro israelí, en su libro autobiográfico cuenta: «Ya entonces conocí a Peres, su carácter y sus valores. No creí ni una sola de sus palabras» (Isaac Rabin, Libreta de Servicios, 1979, ediciones Maariv, en hebreo, página 417).
Peres lleva más de 65 años en la vida pública sionista. Superó a Ben Gurión, Sharon, Rabin, Reagan y Bush.
Las mentiras de Peres
1. Las colonias
Considerado el padre de las colonias israelíes en los Territorios Ocupados de Cisjordania y la Franja de Gaza, en 1974 promovió y fundó la primera colonia israelí, Kdumim, en pleno corazón de Cisjordania.
Pero para mentir tiene su propia metodología. En 1996, durante los últimos meses de la administración Peres, el ministro de vivienda Ben Eliezer, cuando anunció los planes para Har Homa (ampliación del programa Rabin-Peres de extender la Gran Jerusalén en todas direcciones hasta absorber Maalé Adumin (al este), Guivat Zeev (al norte), Beitar (al sur) y más allá, explicó: «El Partido Laborista lo hace todo silenciosamente, con la protección absoluta del Primer Ministro (Peres), utilizando expresiones como ‘desarrollo natural’, en lugar de ‘nuevas colonias'». (Haaretz, 10 de abril de 2001).
En el gobierno de Sharon-Peres (2001) las tareas de la mentira y el ocultamiento del proyecto se le asignaron a Peres (entonces ministro de Relaciones Exteriores). El proyecto de la Gran Jerusalén en la actualidad ocupa casi un tercio del total de Cisjordania.
Junto a Sharon (como socio de éste en sus dos mandatos), completó su obra, anexando el 58% de los territorios de Cisjordania, construyendo el muro de la limpieza étnica, lo que permite no sólo la anexión de los territorios, sino también la apropiación de las fuentes acuíferas de la región. Los puestos militares de control, asesinatos y detenciones están a la orden del día.
2. La industria armamentista y la bomba atómica
Su historial comienza como responsable del reclutamiento, compra y producción de armamento para la Haganah-Palmaj, que era la fuerza de choque del sionismo junto con el Irgún (de Menahem Begin) y los ejecutores de las masacres y la expulsión de la población palestina, predecesores directos de lo que actualmente es el ejército israelí.
Continuó siendo hombre de confianza de Ben Gurión y cumpliendo funciones al frente del ministerio de Defensa. Dos nombres importantes a tener en cuenta: en 1949, el de Nes Tziona, donde se creó el centro de investigaciones bacteriológicas con fines bélicos que todavía existe.
El segundo nombre es el de Dimona, la primera central nuclear en Israel, inaugurada a mediados de la década de los 60 con la ayuda de Francia. Ésta última era entonces la principal proveedora de armamento (aviones como el Mirage y lanchas de guerra), como agradecimiento a la colaboración de Israel en la invasión de la Península del Sinaí en 1956.
Los principales instigadores de dicha invasión fueron Simon Peres y Moshe Dayan, como se desprende de la biografía de Ben Gurión (Ben Gurión, 1977, Michael Bar Zoar, Am Oved, hebreo, página 1.251).
Peres, en su serie de mentiras, ha dicho en reiteradas oportunidades que Israel no sería el primer país de Oriente Medio que poseería la bomba atómica, a pesar de su capacidad tecnológica para fabricarla.
El periodista Shlomo Slutzky, corresponsal del diario Clarín en Israel, informó de que «Simon Peres, ex jefe del gobierno israelí, reconoció ayer, indirectamente y por primera vez en público, que Israel posee potencial atómico bélico». «Israel no habría llegado a los acuerdos de Oslo sin su potencial atómico», dijo Peres aludiendo a que «sin un Israel fuerte no habría sido posible el proceso de paz con los árabes». Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) firmaron en Oslo, en 1993, un acuerdo sobre la autonomía palestina cuya aplicación está estancada desde entonces.
«‘Desarrollamos la opción nuclear no para llegar a Hiroshima, sino para llegar a Oslo’, dijo el ex Primer Ministro laborista admitiendo indirectamente la existencia de armamento nuclear», (Clarín, 15 de julio de 1998). Como es de público conocimiento, con o sin su arsenal atómico, Oslo sigue siendo parte de otra gran mentira (ver más abajo).
Hay que recordar que en 1986, Mordejai Vanunu, un joven estudiante que trabajó como técnico en el reactor nuclear, entregó al Sunday Times de Londres una importante serie de fotografías y datos específicos que había recopilado durante años de trabajo y de las que se desprenden pruebas fehacientes de que Dimona es un reactor de uso militar y que Israel tendría en su poder, como mínimo, un centenar de bombas atómicas preparadas para dispararlas sobre misiles tierra-tierra. Vanunu fue secuestrado poco después en Roma por agentes del Mossad (servicio de inteligencia israelí), durante el gobierno de Simon Peres. Vaanunu fue condenado por traición y puesto en prisión en difíciles condiciones y en total incomunicación.
E Irán se convirtió de repente, en boca de Peres, en un monstruo
Sus mentiras le llevan a declaraciones que rayan la criminalidad, cuando banaliza el Holocausto. Cuando fue recibido por Barack Obama declaró que «Como judío no puedo dejar de comparar a Irán con el régimen nazi». Tal comparación es absurda, mentirosa y linda con lo criminal, al mejor estilo de la Hasbará (la propaganda israelí).
El régimen iraní no asesino a seis millones de judíos y tampoco es un régimen antisemita (existen comunidades judías que viven en Irán). Tampoco agredió a otros países. Recordemos que la guerra contra Iraq fue provocada por Sadam Hussein.
Invirtiendo la analogía de Peres, si decimos que los nazis no fueron peores que el régimen iraní, podemos pensar y decir que el Holocausto no fue tan terrible…
Recordemos los «NO» de Israel al respecto:
NO a la firma del Tratado de No Proliferación Nuclear.
NO a la apertura del reactor nuclear de Dimona para su inspección y control internacionales por la Agencia Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
NO al cese inmediato de toda actividad productiva en el campo del armamento de destrucción masiva.
NO al comienzo del desarme unilateral israelí con el desmantelamiento de las bombas almacenadas y ya listas para su lanzamiento.
NO a la publicación de cualquier información concerniente al almacenamiento y destino de los residuos nucleares.
Ahora es precisamente Simon Peres quien pide al mundo (y a Barack Obama) que haga desaparecer el peligro atómico iraní.
3. Oslo y el Premio Nobel
Luego de las conclusiones a las cuales llegaron Peres y Rabin, como consecuencia de la Intifada de 1987, reconocieron a la Organización de Liberación de Palestina y aceptaron en 1993 el llamado Acuerdo de Oslo.
Dicho acuerdo fue violado inmediatamente por Israel al no cumplir fundamentalmente con la tercera etapa del mismo, que era la retirada de Israel de todos los territorios y la conformación de un Estado palestino, entre otros puntos, como el no establecimiento de una ruta de conexión entre los territorios de Cisjordania y la Franja de Gaza, o lo que es peor, las colonias continuaron con toda su intensidad.
Peres y Rabin, nunca tuvieron la intención de llegar a un acuerdo justo con el pueblo palestino.
Shlomo Ben Ami, ministro en el gobierno de Ehud Barak y negociador principal de Barack en Camp David, declaró: el «proceso de paz de Oslo» tuvo como objetivo establecer «una dependencia colonial permanente» en los territorios ocupados, con algún tipo de autonomía local. Este acuerdo les valió, en principio, a Rabin y Arafat, la nominación al Premio Nobel. En el ínterin, Peres hizo todas las gestiones para que dicho premio se le concediera también a él, como así ocurrió.
Años más tarde, con la sociedad Sharon-Peres, a partir del 2001 y a raíz del cerco a la Muqata y la muerte de Arafat declararon:
Hanna Kristine Kvanmo, miembro activa del Comité Nobel de la Paz: «Desearía que fuese posible que pudiéramos retirar el premio… Lo que está ocurriendo hoy en Palestina es grotesco e increíble. Peres es responsable, en tanto que miembro del gobierno. Ha expresado su acuerdo con el primer ministro Ariel Sharon. Si no hubiera estado de acuerdo con Sharon habría debido retirarse del gobierno» (Agencias, Oslo, Noruega, 10 de abril de 2002).
El presidente del Comité Nobel, Geir Lundestad, fue categórico: «Un galardonado con premio Nobel de la Paz muerto por las acciones de otro galardonado» (BBC Mundo, 5 de abril de 2002).
4. Líbano
En 1982, Rabin y Peres dieron su apoyo y sus consejos al ataque de Begin y Sharon a Líbano, así como a la decisión de mantener una «zona de seguridad», la cual se mantuvo hasta el año 2000 (27 años). Esta invasión dejó un saldo de más de 20.000 muertos libaneses, el sur de Líbano devastado y Beirut en ruinas; y se remató con la masacre de Sabra y Chatila.
En 1985, bajo su mandato efectuó la operación Puño de Hierro en los territorios del sudeste libanés, ocupados en ese momento por Israel, violando las órdenes del Consejo de Seguridad de la ONU. El objetivo, según los altos mandos israelíes, eran los llamados «terroristas aldeanos». En este caso, los crímenes de Peres se despeñaron por los nuevos derroteros de la «brutalidad calculada» y el «asesinato arbitrario».
En 1996, después del asesinato del primer ministro Rabin, para asegurar su elección (que no logró) inició un ataque a Líbano, en la localidad de Qana, causando decenas de muertos y refugiados.
El crimen de guerra más señalado fue su responsabilidad directa como Primer Ministro en el bombardeo de la oficina principal de la ONU en el pueblo de Qana. Más de 800 vecinos de la aldea buscaron refugio en el edificio de la ONU para escapar del fuego israelí. Asesinaron a 106 personas en la matanza y por lo menos 110 resultaron heridas.
5. Irangate y los contras
Israel proveyó de armas y colaboró con la policía secreta del régimen del Sha en todas sus formas.
Luego de la Revolución Iraní (que derrocó al Sha) siguió aprovisionando a Irán de repuestos y armamentos, por un importe de 500 millones de dólares al año. En ocasiones vendió armamento que los estadounidenses le habían prohibido vender.
Peres y su íntimo colaborador y periodista, Amiram Nir, fueron los principales protagonistas de la operación denominada Irán-Contra. Con los beneficios de las ventas de armas a Irán, el gobierno de EE.UU. subvencionó la formación de los contras en Nicaragua.
Amiram Nir desapareció en un misterioso accidente de aviación, en México, sin dejar rastro.
6. Gaza
Fue el principal socio del gobierno que provocó la masacre de Gaza.
«Lo único que quiere Israel es ser ‘un pueblo normal’, la operación militar sobre Gaza no tiene otro objetivo que evitar el lanzamiento de cohetes», ha asegurado el presidente de Israel, Simon Peres.
Pero sigue mintiendo.
Un pueblo normal, un gobierno democrático, frente a las atrocidades cometidas en Gaza, no hubiese negado la colaboración con la investigación de la Comisión Goldstone, como hizo el gobierno Israelí. ¿No es cierto, Sr. Simon Peres?
7. Terrorismo de Estado y la muerte de Arafat
Simon Peres, canciller de Sharon a partir de 2001, avaló el terrorismo de Estado israelí, las matanzas de palestinos durante la Intifada de Al Aqsa y el cerco militar al presidente Arafat.
El asedio, la falta de agua, de alimentos y de medicamentos, la falta de atención médica, los cortes de electricidad y de los teléfonos, los múltiples bombardeos y violaciones a la sede presidencial (Muqata, en Ramala), fueron los hechos que precedieron la muerte de Arafat, coronada con un envenenamiento.
Se acusa a Sharon, y con justicia.
Ésta se basa en la intención manifestada abiertamente por el Primer Ministro israelí, Ariel Sharon, de eliminar a Yasser Arafat. En la primavera de 2002, el general Sharon lanzó una nueva amenaza. Sólo la promesa que debió hacer al presidente George W. Bush le impedía llevarla a la práctica. Durante el año nuevo judío de 2004, el Primer Ministro insistía: «Arafat será expulsado de los territorios». ¿Expulsado o asesinado? Sharon recordó que Israel había asesinado al jeque Ahmed Yassin, jefe espiritual de Hamás, luego a su sucesor Abdel Aziz Rantisi. ¿Existe alguna diferencia entre Arafat, Yassin y Rantisi? Respuesta: «No veo ninguna. Así como actuamos contra esos asesinos, actuaremos contra Arafat» (Yediot Aharonot, Tel Aviv, 14 de septiembre de 2004).
A principios de noviembre de 2004, el periodista Uri Dan, un confidente de Sharon, escribió que este último «anunció a Bush que ya no se consideraba obligado a respetar lo que le había prometido durante su primer encuentro en marzo de 2001» (a saber): no atacar a Arafat. El presidente Bush señaló que tal vez era preferible dejar el destino de Arafat en manos del Todopoderoso, a lo que Sharon respondió «que a veces había que ayudar al Todopoderoso» (Maariv, Tel Aviv, 4 de noviembre de 2004).
En la Muqata habían tomado en serio esas declaraciones, más aún cuando la unidad de élite del ejército israelí, la Sayeret Matkal, se entrenaba para un eventual asalto al cuartel general de Arafat y, llegado el caso, para asesinarlo. El general Sharon incluso habría asistido a una de esas prácticas. Y nadie ignoraba cuánto lamentaba haber «dejado escapar» a Arafat durante el sitio de Beirut en 1982. El ministro de Defensa Shaul Mofaz y el ministro de Relaciones Exteriores Sylvan Shalom preconizaban también su asesinato. Y el corresponsal militar del segundo canal de televisión, Rony Daniel, describía a Arafat como «un muerto que camina»…
Un portavoz del gobierno israelí aseguró el fin de Arafat y determinó el necesario rol de la división del frente interno palestino al afirmar que: «Los planes del Gobierno de Ariel Sharon ya se han comunicado a Estados Unidos. Si Arafat continúa minando a Mahmud Abbas (actual presidente) reconsideraremos su localización y su inmunidad» (El Mundo, España, 13 de julio de 2003).
Los cómplices de Sharon fueron Simon Peres, el cual ni siquiera expresó sus condolencias, Shaul Mofaz y Ehud Olmert.
8. Simon Peres y America Latina
Israel ve a America Latina bajo los siguientes aspectos:
a. Como un mercado para la venta de armas. Vendió a los regímenes criminales de Argentina y Chile. Vende armas y asesora a Colombia.
b. Como agente de injerencia en los asuntos internos allí, donde a EE.UU. le resulta difícil maniobrar. Como en el caso de Nicaragua y otros países de América Central.
c. Como abastecedor de materias primas para su industria militar y nuclear. Brasil se dedicará a la fabricación de submarinos nucleares y Argentina se especializa en la fabricación de reactores nucleares, agua pesada (Israel esta construyendo su tercer reactor atómico) y para la obtención de uranio.
d. Como base de asentamiento de sus industrias estratégicas. Las principales industrias israelíes sufrieron en los últimos años un proceso de privatización que junto con una escalada con un ataque a Irán y/o Hezbolá en Líbano, ven peligrar sus empresas. Grandes empresas de armamentos, disfrazadas de empresas de electrodomésticos (Electra, Tadirán, etcétera), se radicaron en Argentina.
e. En los próximos meses esta programada la visita del presidente iraní a Sudamérica, y probablemente la de Peres sea «preventiva».
Conclusiones
Simon Peres, que se unió al gobierno de Sharon sirviéndolo con lealtad, diseminando por el mundo el mito de que Sharon es un hombre de paz, abriéndole el camino en Washington y apadrinando todas sus atrocidades: los asesinatos selectivos, la demolición de casas, la ampliación frenética de las colonias, es, según mi criterio, el personaje mas siniestro en la historia del sionismo.
Simon Peres tiene la mayor parte de la responsabilidad en la creación y consolidación de los crímenes de Israel. No se opone ni se opuso al asesinato de líderes palestinos. No se opuso a la «desaparición» de Arafat. No se opone a la demolición de casas.
Por años, sostuvo la llamada «Opción Jordania», que ignoraba la existencia del pueblo palestino. Luego estrechó la mano de Arafat e inventó el concepto de «el Nuevo Oriente Medio».
Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.