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Sionismo, una palabra que es toda una declaración de principios.

Fuentes: Rebelión

Muchos no saben (yo lo supe hace poco tiempo) el verdadero origen de la palabra Sión, de la que deriva el término Sionismo. Esta palabra aparece en la Biblia, en el Segundo Libro de Samuel, cuando se relata lo siguiente: «…Treinta años tenía (David) cuando comenzó a reinar y reinó cuarenta años. Reinó en Hebrón […]

Muchos no saben (yo lo supe hace poco tiempo) el verdadero origen de la palabra Sión, de la que deriva el término Sionismo.

Esta palabra aparece en la Biblia, en el Segundo Libro de Samuel, cuando se relata lo siguiente:

«…Treinta años tenía (David) cuando comenzó a reinar y reinó cuarenta años.

Reinó en Hebrón sobre Judá siete años y seis meses. Reinó en Jerusalén sobre todo Israel y sobre Judá 33 años.

Marchó el rey con sus hombres sobre Jerusalén contra los jebuseos que habitaban aquella tierra. Dijeron éstos a David: «No entrarás aquí; porque hasta los ciegos y cojos bastan para rechazarte.» (Querían decir: no entrará David aquí.)

Pero David conquistó la fortaleza de Sión que es la Ciudad de David.

Y dijo David aquel día: «Todo el que quiera atacar a los jebuseos que suba por el canal…, en cuanto a los ciegos y a los cojos, David los aborrece.» Por eso se dice: «Ni cojo ni ciego entrarán en la Casa.»

David se instaló en la fortaleza y la llamó Ciudad de David. Edificó una muralla en derredor, desde el Milló hacia el interior….»

Esa fortaleza de Sión, arrebatada a los Jebuseos y llamada por el vencedor hebreo como la «Ciudad de David» fue la base de la actual Jerusalén.

Queda claro, entonces, que el rey David y su pueblo no fundaron Jerusalén sino que fueron unos vulgares rapiñadores de una propiedad ajena. Aunque debe reconocerse que esto era habitual, en aquellos años, entre las tribus primitivas que habitaban las tierras de Canaán.

Pero esto me hace pensar que los muy inteligentes fundadores del Sionismo no eligieron ese nombre por casualidad.

Es posible que los sionistas adoptaran deliberadamente como su emblema el histórico despojo del Rey David contra los Jebuseos, en una clara provocación al mundo que había perseguido por siglos a los judíos.

Quizás el Sionismo quiso -a fines del siglo XIX- dar a la humanidad un mensaje muy explícito: «… Los judíos que rechazamos vivir en la Diáspora estamos formando con orgullo una organización de ladrones de tierras ajenas y por ello nos llamaremos sionistas. Como el Rey David, no trepidaremos en rapiñar los territorios que deseemos. Si nos conviene desplazaremos a los árabes musulmanes de Palestina que jamás nos perjudicaron y que convivieron durante siglos en paz con la comunidad cristiana, la comunidad judía y la comunidad armenia en la «Ciudad Vieja» de Jerusalén.

Pienso que en ese mensaje también afirmaban: «Desde hoy los sionistas desdeñamos el laborioso progreso realizado por la humanidad durante siglos y, conscientemente, volveremos a las tácticas de los primitivos hebreos y nos apropiaremos de lo que se nos antoje por la fuerza y sin respetar ninguna norma del derecho internacional…».

Toda una «declaración de principios».