Con la firma de establecimiento de relaciones de EAU y Bahréin con Tel Aviv, rubricado en Washington bajo la sonrisa de Donald Trump, el empresario estadounidense ve en esta acción la posibilidad de revertir algunos puntos en la caída de adhesión a su postulación para la reelección como presidente de Estados Unidos. En su visión mesiánica, de destino manifiesto, de una conducta megalómana e imperial cree haber concretado una acción que cambiará la faz del panorama político y las razones de fondo que impulsan los enfrentamientos en Asia occidental, encubriendo esta acción traicionera por parte de EAU y Bahréin a los objetivos de los pueblos árabes, sus sociedades, no sus gobiernos y los objetivos de la Umma (la comunidad del islam) que a través del Renacer del despertar islámico le dicen al mundo, que el camino de las naciones del islam o marcha por el camino de la asociación con el imperialismo y el sionismo.
El Despertar islámico, que muestra su decepción popular justamente a estas entidades regidas por dinastías, monarquías y gobiernos sometidos, rehenes de occidente, carentes de naturalidad cultural. Un despertar islámico motivado por el deseo de restaurar el islam a la ascendencia de un mundo que se ha distanciado de valores básicos. Es evidente que el mundo árabe y el de la umma no son monolíticos pero si existe un sentido de justicia y de acciones que deben favorecer a los pueblos y no aquellos que los sojuzgan.
El Despertar Islámico
Por ello, la Asamblea Mundial del Despertar Islámico celebró una sesión extraordinaria. «Tras la acción equivocada y terriblemente dañina de los líderes de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y de Baréin de reconocer al régimen sionista, ha surgido una ola de oposición contra esa medida en todo el mundo islámico. La Asamblea Mundial del Despertar Islámico considera que es su deber actuar al respecto”, según declaró el secretario general del organismo, Ali Akbar Velayati, asesor del Líder de la Revolución Islámica para Asuntos Internacionales. Según Velayati, países árabes reaccionarios de Asia occidental – como también del Magreb –, ya mantenían lazos en secreto con Israel, pero las victorias sucesivas del Eje de la Resistencia en la zona han hecho que ahora las saquen a la luz y expresen mediante esta firma vergonzosa en Washington, justamente allí donde se han tejido todas las maniobras que han significado dolor y muerte para los pueblos de Asia occidental, su deseo de pactar con el enemigo de la humanidad como es el sionismo.
Esta normalización, con un acto formal en Washington el día 15 de septiembre, cuenta con la firma de Netanyahu, Trump y la de los cancilleres de los EAU y Baréin, el jeque Abdolá bin Zayed bin Sultan Al Nahyan y Abdulatif Al Zayani respectivamente, que representan los nombres de la humillación más evidente de estos regímenes totalitarios y frente a los cuales la prensa occidental calla obsequiosa y en forma cómplice. Con los amigos del imperialismo y el sionismo no hay críticas a la ausencia de democracia en sus países y la violación constante de los derechos humanos.
Ello, en un proceso revestido de declaraciones altisonantes, parafernalia y oropeles que esconde, simplemente el acuerdo entre castas corruptas y criminales, que esconden sus verdaderos propósitos con mentiras viles, con argumentos hipócritas como el expresado por el canciller emiratí quien sostuvo sin un dejo de vergüenza: “Este acuerdo nos permitirá seguir defendiendo al pueblo palestino y hacer realidad su esperanza de un Estado independiente dentro de una región estable y próspera”, mientras su colega bareiní calificaba el pacto de “un paso histórico en el camino hacia una paz genuina y duradera, seguridad y prosperidad en la región”, de Asia Occidental.
Como no podía ser menos, el corrupto premier israelí señaló que “los acuerdos alcanzados pondrán fin “de una vez por todas” al conflicto árabe-israelí. Una mentira, una falsedad tan monumental como aquella historia del tercer templo o que existe un pueblo elegido al cual se le prometió una tierra ya habitada. Palabras que mediante la clásica Hasbara sionista tratan de lavar la imagen sangrienta y criminal de una entidad sionista que lleva 72 años violando los derechos del pueblo palestino, robando sus tierras y generando desestabilización allí donde se hace presente. Si de verdad estos acuerdos, que en modo alguno será así, llevan a la paz a la región, entonces este cuarteto de la muerte y su sonrisa embustera y falsa deberán responder algunas preguntas.
¿Existirá un Estado palestino con plena autodeterminación con las fronteras anteriores al año 1967? Lo que, desde ya, implica una generosidad máxima al permitir que colonos extranjeros ocupen parte importante de la Palestina histórica. ¿Dejará el sionismo de asesinar al pueblo palestino, de destruir sus cultivos, demoler sus viviendas, impedir el libre tránsito de este pueblo? ¿Se concretará la salida de los 650 mil colonos extranjeros sionistas asentados ilegalmente en suelo cisjordano? ¿Se procederá a la demolición del muro de la vergüenza que atraviesa y fragmenta por 720 kilómetros a Cisjordania? ¿Retornarán los millones de refugiados palestinos a sus pueblos y aldeas? ¿Cesarán las intervenciones, bombardeos, asesinatos selectivos, apoyo a grupos terroristas que ejecuta el sionismo contra los pueblos de El Líbano, Irak, Siria? ¿Saldrán de Asia Occidental las decenas de bases militares, aéreas y navales que el imperialismo ha instalado en Irak, Siria, Jordania, Kuwait, Catar, Omán, Arabia saudí, Bahréin, EAU, Afganistán?
Desde ahora veremos coordinaciones de los servicios de seguridad de estos regímenes, destinados a satisfacer las necesidades de dominio hegemónico de Washington y del papel desestabilizador que cumple el sionismo en la zona. EAU y Bahréin verán favorecidas la protección de sus castas gobernantes. Se abrirán representaciones diplomáticas, para dar la impresión de plena normalidad pero bien sabemos que una cosa son las decisiones de los gobiernos y otras los pueblos que solidarizan con el pueblo palestino. Esta idea obligará a extremar los resguardos a la embajada que los sionistas instalen en Abu Dabi y Manama. Se habla de una explosión en el sector turístico pero…querrán viajar los colonos ocupantes de la Palestina histórica a países árabes sin que ello implique tensiones, exigencias de medidas de seguridad y otros anexos que se irán mostrando a medida que esta “normalización” se concrete.
Uno de los temas a resolver y donde el complejo militar industrial estadounidense tiene mucho interés es la posibilidad de vender armas, aviones F35 y sistemas de defensa de misiles a EAU, ante lo cual se niega Israel. La industria militar estadounidense y la europea, con ventas multimillonarias a estas monarquías árabes, se frotan las manos y de paso cierran los ojos frente a las violaciones cometidas a los derechos humanos de las poblaciones propias y ajenas, pue anhelan entrar de lleno en la oferta de armas y donde los sionistas querrán tener su parte en el pastel. Ya los Ministerios de Guerra de EAU, Bahréin y el régimen israelí han entrado en contacto en espera del término de las restricciones y embargo de suministros de armamento de alta tecnología. El cese de las sanciones contra los sionistas termina por parte de dos países árabes, con escasa importancia real. Pero es una arista publicitaria que vende e incluso da puntos, para posibles postulantes al alicaído Premio Nobel de la Paz.
El mismo día de la firma de la llamada normalización entre dos países árabes con el sionismo, la humanidad conmemoraba los 38 años de la matanza en los campos de refugiados palestinos de Sabrá y Chatila, ocurrida entre los días 15 al 18 de septiembre del año 1982 y calificada como un acto de genocidio por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Campamentos situados en Beiruth oeste, en El Líbano donde miles de palestinos fueron asesinados por milicianos de una falange libanesa (cristiano maronita) junto a efectivos del llamado Ejército del Sur de El Líbano, aliados de Estados Unidos e Israel, bajo la complicidad y apoyo precisamente de las fuerzas sionistas que en ese momento ocupaban la ciudad de Beiruth, comandadas en ese momento por el ministro de la guerra israelí Ariel Sharon, que posteriormente llegaría a primer ministro.
Miles de hombres y mujeres, niños entre ellos, asesinados salvajemente, sin que hasta el día de hoy los responsables paguen por esos crímenes. Sabra y Chatila están en la memoria de los pueblos de Asia occidental y de la humanidad en general. Esto, a diferencia de estos actos políticos vergonzosos como el que se concretó el día 15 de septiembre en los jardines de la Casa Blanca y que normaliza la indecencia de proteger a las castas corruptas y criminales de Estados Unidos, Israel, EAU y Bahrein. Hablan de paz y en todo lo que se ha hecho está excluido el pueblo palestino. Se habla de favorecer a Palestina y se le impone planes y acuerdos. Se le sigue asesinando, ocupando sus tierras. No hay paz sin la plena autodeterminación de Palestina, lo demás es espectáculo barato, hollywoodense, lavado de imagen infame. De mi parte nada positivo le deseo y pronostico a este contubernio vergonzoso entre imperialista, sionistas y monarquías totalitarias. Un cuarteto patológico.
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