En los años setenta, un Richard Nixon de escasa inteligencia y sin ideas de cómo salir de Vietnam pensó que aparentando locura podría intimidar a Ho Chí Minh: si no firmaba la paz, el jefe descontrolado de EEUU apretaría el botón nuclear. La teoría del Líder Loco plantea que los presidentes de EEUU para conseguir […]
Ver los acontecimientos previos al ataque por el supuesto uso de las armas químicas por Damasco nos vuelve a mostrar cómo la verdad sigue siendo la primera víctima de las guerras:
– 29 de marzo: Trump anuncia la retirada de sus tropas de Siria.
– 3 de abril: el presidente de EEUU recibe -según The Times of Israel- una llamada «tensa» de Netanyahu en la que le manifiesta su preocupación por dejarle a Israel «solo» ante el enemigo iraní en Siria. Para Tel Aviv, la «línea roja» no son las armas químicas sino la presencia de las milicias dirigidas por Teherán en Siria. El líder judío, fan de la teoría Madman, ha pedido a Theresa May que actúe de la misma manera respecto al programa nuclear iraní que lo ha hecho con las «armas químicas» sirias.
– 7 de abril: los Cascos Blancos sirios y los activistas de Violations Documentation Center, patrocinados por EEUU y sus aliados, anuncian el uso de las armas químicas por el gobierno de Asad en Douma. Sin embargo, el presidente sirio que ni está loco ni es suicida no necesitaba perpetrar dicho crimen y reclutar a los países de la OTAN en su contra, justo cuando desde los «pactos de reconciliación» había recuperado el control de la ciudad, evacuando a los terroristas de Jaish al-Islam que la controlaban. Por otro lado, sin el permiso de Rusia nunca habría llevado a cabo la operación, y Putin, que intenta alcanzar un acuerdo con Occidente para poner fin a la guerra, no lo habría autorizado.
– 9 de abril: Israel aprovecha el polvo levantado por la propaganda de los rebeldes y ataca ilegalmente a la base aérea de Tiyas en Siria, matando a 14 militares sirios e iraníes. Sobra decir que ningún organismo internacional protestó.
– 10 de abril: El FBI irrumpe en el despacho del abogado de Trump en busca de documentos relacionados con su escándalo sexual en el caso Stormy Daniels que puede costarle la presidencia. Con el ataque, Trump gana tiempo para preparar su defensa. Está por ver si los inspectores eran amigos del presidente y pretendían recoger dichos papeles antes de que lo hiciera el juez Mueller. El nexo entre este «affaire» y el bombardeo de Siria recuerda el ataque de Bill Clinton en agosto de 1998 a las supuestas fábricas de armas químicas de Bin Laden en Sudán que ocultó la declaración de Monica Lewinsky ante el Gran Jurado el día anterior.
– 11 de abril: Rusia y Siria niegan el uso de armas químicas y atribuyen la falsa noticia a la oposición derrotada. Para demostrar que esto es así invitan a la Organización para la Prevención de Armas Químicas (OPAQ) a visitar Douma. Pero el Madman amenaza a Moscú con lanzar misiles » bonitos y nuevos e inteligentes» sobre Siria, aunque un día después se desdice: «Nunca he dicho cuándo se producirá el ataque a Siria. Podría ser muy pronto o no tan inmediato».
– 13 de abril: EEUU, Francia y Reino Unido lanzan 103 misiles sobre los supuestos depósitos de armas químicas de Siria, de los cuales 71 fueron interceptados por los sistemas antiaéreos sirios de fabricación rusa (¡la guerra, que es un negocio, también sirve para exhibir la capacidad de los artefactos militares!). Pero, ¿no pensaron que iban a provocar una catástrofe medioambiental, matando a miles de personas?, ¿por qué no esperaron el informe de OPAQ?, ¿temían acaso que su evaluación fuese igual a la que hizo en 2002 el enviado de la ONU a Irak Hans Blix que, en sus casi 4.000 visitas por todo el país, no había encontrado armas químicas?, ¿o es que se trata del muy estadounidense método de d isparar primero y preguntar después ?
Las falsedades del trío atacante
«Me dirijo a nuestro loco líder: no ataques Siria… De esta lucha, ¡EEUU no obtendrá nada!», advirtió Trump a Obama en 2013. ¿Qué ha cambiado? Para que un presidente de EEUU cometa un acto inconstitucional y ataque a un país sin la autorización del Congreso ha de haber unos intereses supremos que vayan más allá de la «necesidad» de castigar al presidente de un país por matar a decenas de civiles, no olvidemos que muchos de sus íntimos aliados son asesinos de masas profesionales. El Congreso, cómplice de su Madman, ni siquiera le ha reprochado su declaración de intenciones de volver a bombardear el país » si el régimen vuelve a usar» dichas armas. ¡Ni Erdogan se atrevería a saltar el parlamento de su república islámica!
El trío atacante no buscaba el efecto disuasorio, ya que, en el 2017 también le acusaron a Asad de emplear dichas armas y se lanzó una lluvia de misiles sobre el país.
Además, lo que ha matado a medio millón de sirios han sido armas convencionales. El trío atacante no ha gastado cientos de millones de dólares en una movilización militar por vengar la vida de unos sirios desharrapados. Si no han derramado ni una sola lágrima por decenas de miles de civiles asesinados en Yemen por la coalición EEUU-Arabia.
Y si el trío conocía la ubicación de aquellos depósitos, ¿por qué no lo denunció ante la ONU?
Muy sencillo, acusar a Asad de usar agentes químicos se decidió en la reunión del «Pequeño Grupo sobre Siria» el pasado enero en Washington.
Lo que buscaba la agresión militar
– Enviar «un mensaje a Irán», afirma EEUU, aunque en realidad pretende empujar a Teherán a romper el acuerdo nuclear antes de que en el mes de mayo Trump decida renovarlo o desecharlo. Centrarse en destruir Irán es uno de los motivos de las negociaciones de paz entre EEUU y Corea del Norte.
– Preparar un clima bélico contra Rusia, aumentando la presión diplomática, política, económica y militar sobre esta potencia en la víspera de la Copa del Mundo de Fútbol de Rusia. En el mes de marzo, Occidente acusó a Moscú de envenenar con la sustancia Novichok al doble agente Sergei Skripal y su hija Julia en Inglaterra. El desmentido de Moscú, y la afirmación tanto de la OPAQ como del laboratorio militar británico de Porton Down de que no han podido probar que el agente nervioso fuese fabricado en Rusia, no impidieron una crisis diplomática de gran envergadura. ¡Hay notables ganas en los círculos bélicos de EEUU y Europa de llevar al mundo al borde de una guerra con Rusia! Occidente teme que Rusia se convierta en un «rival estratégico». Intentan debilitar al propio Vladimir Putin, mientras buscan un nuevo Yeltsin, obediente y afín a los intereses de EEUU. La enorme presión diplomática, política, económica y militar que se está ejerciendo sobre Rusia, busca dicho objetivo.
– Aumentar los costos de la guerra de Siria a Rusia e Irán, y retenerlos en el pantano sirio para defender a Asad, a pesar de que Vladimir Putin anunció en diciembre pasado el fin de la misión rusa. Nadie en el gobierno de Trump muestra interés por eliminar al Partido Baaz: carecen de una alternativa «no yihadista» para un país vecino de Israel. De hecho, no han atacado el búnker de Asad, y al informar al Kremlin del plan de ataque, permitieron a Siria trasladar sus aviones de guerra a las bases rusas de Tartus y Hamimim.
– Tener protagonismo en el escenario sirio, aunque de momento sin «pisar el terreno». El trío, forzado por Israel, Arabia Saudí y sus lobbies, retoman el control de Próximo Oriente, algo debilitado desde que la doctrina Obama dio la prioridad a la contención de China.
– Romper el alto el fuego acordado en la conferencia de Astaná. El 6 de abril, los terroristas del Jaysh al-Islam, atacaron con cohetes y morteros a las áreas residenciales de Damasco, dejando 8 muertos y 37 heridos. Han regalado un balón de oxígeno a los rebeldes exhaustos. Lo único que les podía salvar era una intervención de EEUU.
– Mostrar la credibilidad de las amenazas de EEUU: mensaje a Irán o Turquía.
– Socavar la fuerte lucha antirracista por la igualdad y el estado de bienestar en EEUU, Francia y el Reino Unido.
– Presionar a Rusia para conseguir un acuerdo más favorable a los intereses de Occidente en Siria.
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Hay que recordarle a Trump, en los mismos términos zoológicos que él suele utilizar sobre el presidente sirio, que detrás del León (significado de «Asad») de Damasco, está el oso ruso, y quizás también el dragón chino que en Siria aplica su política de «acupuntura» en vez de «ataques quirúrgicos». Trump, el Madman que declaró la guerra comercial a Pekín el 5 de abril, ha recibido dos contundentes respuestas del presidente Xi: 1) China impondrá aranceles del 25% a las mercancías importadas de EEUU, y 2) el mismo día del ataque del trío a Siria, China empezó la maniobra naval más grande de su historia en las aguas del Mar de China Oriental acercándose al estrecho de Taiwán. Las guerras bélicas casi siempre empezaron por los conflictos comerciales.
Y la devastadora carnicería siria está envolviendo a Turquía, Líbano, Irak, Irán y Rusia, taponando las rutas comerciales de Eurasia. Oriente Próximo, que también tienen sus propios Madman, va hacia una mayor catástrofe sin freno.