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¿Son ilegales las armas de Israel en Gaza?

Fuentes: Haaretz

Traducido por Manuel Talens

Marc Garlasco, un experimentado analista militar de Human Rights Watch (HRW) ha viajado a Israel para determinar si las armas utilizadas por ambos bandos en conflicto son legales y si su uso es legal.

El usamericano Garlasco, al igual que otros miembros de organizaciones de derechos humanos y periodistas extranjeros, no ha obtenido permiso para entrar en Gaza. Por lo tanto, dice, dado que no puede examinar los restos de los explosivos y ver las ruinas con sus propios ojos, sólo puede adivinar o hacer suposiciones en algunos casos. Pero, incluso desde lejos, no le queda la menor duda: Israel está utilizando bombas de fósforo blanco. Lo tuvo claro de inmediato mientras observaba la Franja de Gaza desde una colina colindante y vio los bombardeos del ejército israelí durante varias horas.

El sábado pasado (24 de febrero), HRW se apresuró a publicar un llamamiento a Israel para que «dejase de utilizar el ilegal fósforo blanco en Gaza». El uso de fósforo blanco está permitido en el campo de batalla, explica Garlasco, pero los efectos colaterales sobre los seres humanos y el entorno son graves y muy peligrosos. La declaración señala que «el potencial de producir daños a la población civil se ve magnificado por la alta densidad poblacional de Gaza, una de las más elevadas del mundo».

Las explosiones, que se asemejan a fuegos artificiales, el espeso humo, los gases sofocantes y las llamas que el agua no puede apagar, sino que más bien aviva, son característicos de las bombas de fósforo blanco que está utilizando el ejército israelí. Garlasco cree que la decisión de hacer un uso tan intensivo de esas bombas, fabricadas por la usamericana General Dynamics Corporation, se debe a las conclusiones que sacaron los israelíes de la segunda guerra de Líbano, en la cual su ejército perdió muchos tanques.

«Las bombas de fósforo blanco crean una espesa cortina de humo y, si Hamás posee un misil antitanque, el humo impide que éste lo localice», explica. Existen dos maneras de utilizar las bombas: la primera consiste en impactarlas en tierra, en cuyo caso la espesa cortina de humo cubre un área limitada; la segunda manera es la explosión aérea de la bomba, que contiene 116 láminas empapadas de fósforo blanco. Cuando la bomba explota y el fósforo entra en contacto con el oxígeno, se inflama. Eso es lo que crea los «fuegos artificiales» y las nubes de humo en forma de medusa. La lluvia cubre una dilatada zona y el peligro de fuegos y daño a la población civil son enormes. El fósforo quema el vidrio e inmediatamente hace arder el papel, los árboles, la madera y todo lo que esté seco. Las láminas ardientes causan terribles heridas a cualquiera que entre en contacto con ellas. La ironía es que los gases lacrimógenos están incluidos en la Convención sobre Armas Químicas y sujetos a todo tipo de restricciones, mientras que el fósforo no lo está.

Y, entretanto, en los hospitales de Gaza hay heridos, entre ellos muchos niños, cuyas gravísimas heridas y quemaduras han horrorizado al personal médico

Fallando el tiro

Otra nueva arma que se ha abierto camino contra los gazanos es el mortero guiado por GPS, un sistema equipado con navegación por satélite desarrollado en Israel a finales del 2006 y principios de 2007, tras la segunda guerra de Líbano. Según fuentes militares locales, fue este tipo de mortero el que falló el tiro por 30 m y alcanzó por error una escuela de Naciones Unidas la semana pasada; según el informe de la ONU, 30 personas murieron de inmediato y otras más tarde a causa de las heridas. «Es algo que me deja pasmado», comenta Garlasco. «De acuerdo con los informes tiene un margen de error de 3 metros, no de 30». Es un mortero que se lanza con una trayectoria en forma de arco hacia un objetivo invisible, explica, con la intención de ser preciso y minimizar las bajas civiles.

Garlasco dice que es la primera vez que este arma se ha utilizado en un conflicto militar: «Los palestinos dicen, ‘claro, lo utilizan contra nosotros, experimentan para los usamericanos’. Pero experimentar tiene un sentido diferente para los usamericanos. Nosotros pensamos en experimentos con animales, eso sí es un campo de experimentación.»

El nuevo mortero fue desarrollado de forma conjunta por la industria armamentista israelí y una compañía privada usamericana de nombre Alliant. Israel, señala Garlasco, ha aprendido mucho de las guerras que Usamérica está librando en Afganistán y en Iraq, pero sobre todo aprendió de su propia guerra en Líbano en 2006. El mortero que no hubiera debido aterrizar en la escuela fue desarrollado a sabiendas de que las tropas «están luchando contra un enemigo que se encuentra en una zona de alta densidad poblacional y aquí es la primera vez que lo utilizan».

Otra importante lección que Israel aprendió en la guerra de Líbano es que no puede confiar totalmente en Usamérica para el aprovisionamiento de armas. Durante aquella guerra, cuando el ejército israelí se quedó sin bombas de racimo, Israel pidió un envío urgente de 1200 (cada una con 644 minibombas). Usamérica se negó y en aquel momento, dice Garlasco, Israel se dio cuenta de que no podía basarse únicamente en la ayuda usamericana.

Por eso, Israel ha desarrollado, por ejemplo, un nuevo tipo de rifle, el (Tavor) TAR-21 («un arma increíble», dice Garlasco sin poder evitar el elogio) para reemplazar al M-16 usamericano. También ha inventado el misil teledirigido Delilah, pero Garlasco no sabe si lo han utilizado en Gaza. Pero no hay que preocuparse, añade: a pesar de las bombas de racimo y del desarrollo armamentista independiente israelí, Israel y Usamérica «todavía conservan una buena relación. La mayoría de las armas de Israel son usamericanas.»

No todas las armas son nuevas e innovadoras. La mayoría, de hecho, son productos usamericanos desarrollados durante la guerra fría. La artillería y las armas incendiarias en posesión de Israel fueron diseñadas para destruir tanques rusos «y no hogares palestinos», señala. Las armas que se producen ahora se desarrollan a sabiendas de que los objetivos son militantes que operan desde la población civil. Sin embargo, buena parte de las matanzas y la destrucción en Gaza son el resultado de armas pasadas de moda, baratas y poco sofisticadas.

Usamérica sólo proporcionó a Israel un cargamento de 1000 bombas de un nuevo tipo, las GBU-39, el pasado mes de septiembre. Llegaron a principios de diciembre y los habitantes de Rafá han sido testigos de su uso -sin saber qué eran- desde el primer día de los ataques aéreos contra los túneles (el Jerusalem Post fue quien primero identificó las GBU-39). Los gazanos se vieron sorprendidos porque no escuchaban la explosión inmediatamente después de que los aviones disparasen; en vez de ello, la tierra temblaba a sus pies.

El fabricante de las GBU-39 es Boeing Corporation. El pequeño diámetro y el ligero peso de estas bombas teledirigidas asegura que cualquier avión pueda transportar un gran número de ellas e incrementar el número de ataques en cada vuelo. Garlasco dice que esa arma es muy precisa y penetra profundamente en la tierra. También está diseñada para minimizar daños colaterales, puesto que no explota en una gran área de terreno como otras bombas. Pero también se han utilizado otras bombas para destruir casas a lo largo de la frontera con Egipto.

Los gazanos han sido testigos de que hay bombas que producen nubes en forma de champiñón con varias tonalidades de rojo. En esto, Garlasco admite que «sólo puede hacer conjeturas. Parece como si Israel estuviese utilizando una nueva arma hasta ahora desconocida: la DIME (explosivo metálico inerte denso), que consiste en un 25% de TNT y un 75% de tungsteno, un metal pesado. Se mezclan los dos en grano fino, como pimienta, y cuando la bomba golpea la tierra se transforma en aerosol. En menos de un segundo la neblina se disipa y explota.»

Dice que la ventaja de la DIME es que «afecta un área pequeña, de 10 a 20 m, y el fuego que se produce se consume muy rápidamente; mata a quien alcanza, pero a nadie a su alrededor. El problema es que la persona alcanzada queda reducida a pequeños fragmentos, se desintegra.» Además, las heridas que causa son en general más graves que las de una bomba «ordinaria».

Un paramédico del hospital Al-Awda, en el campo de refugiados de Jabalya, ha referido al Centro Palestino de Derechos Humanos que alrededor del 90% de los heridos que rescató durante las pasadas semanas le llegaban con amputaciones de al menos un miembro. ¿Será la DIME el arma que está causando estas graves heridas observadas por el personal médico? Garlasco dice que son «sólo rumores. Nadie la ha visto utilizada antes, quizá la estén utilizando ahora, pero como Israel no deja que entren periodistas ni organizaciones de derechos humanos, corren los rumores y la gente dice que los israelíes están utilizando nuevas armas terribles.»

Quizá, dice, la rojez sea el resultado del metal presente en los explosivos, pero sólo será posible asegurarlo si se permite que los expertos entren en la Franja de Gaza o hablan con miembros del ejército israelí. Garlasco señala que ahí está la gran diferencia entre el ejército israelí y el ejército usamericano: en calidad de funcionario de una organización de derechos humanos recibe correos electrónicos diarios de las fuerzas aéreas usamericanas con un informe detallado de las bombas que han lanzado sobre Afganistán e Iraq. «Los israelíes nunca harían eso», explica. «Nunca hablan sobre las armas que utilizan y nunca permitirán ninguna discusión pública sobre que armas deben usar».

Otra nueva arma que, según él, ahora se está utilizando es la Spike. «Es muy nueva, data de 2005-2006, se trata de un misil especial capaz de cambiar de trayectoria a gran velocidad, de tal manera que si un objetivo se mueve y trata de huir, es posible seguirlo y alcanzarlo. Fue desarrollada por la marina usamericana en colaboración con Rafael (el ente encargado del desarrollo de armamentos en Israel). El fabricante es Rafael.»

Los aviones teledirigidos, vale la pena señalarlo, son un producto totalmente israelí, señala; los israelíes son líderes mundiales en este campo y Usamérica está aprendiendo mucho de ellos. Las fragatas que lanzaban bombas contra Gaza desde el mar también son de fabricación israelí. Pero los cañones de los barcos son italianos, producidos por la compañía Oto Melara.

Desde su frustrante lugar de observación fuera de Gaza, y considerando el «pésimo antecedente israelí de haber utilizado bombas de racimo en Líbano y de venderlas a Georgia», Garlasco dice que teme que Israel esté utilizando ahora también APAM (bombas antipersonales, un nuevo tipo de munición redonda para tanques, desarrollado después de la guerra de Líbano, cada una de las cuales contiene seis bombas de racimo. Los cañones del tanque apuntan por encima de un objetivo que se esconde detrás de cualquier cobertura y la munición explota por encima de las cabezas de los escondidos, como es el caso de las células de Iz al-Din al-Qassam, por ejemplo, cuando lanzan misiles.

El otro bando

Garlasco y Human Rights Watch también examinan el otro bando, y él dice, «creemos que los Grad y Qassam son armas ilegales porque no son lo bastante precisas para ser utilizadas en esta situación». Añade que Hamás utiliza con frecuencia minas y cargas explosivas capaces de herir civiles.

Sin embargo, dado que él y sus compañeros expertos no pueden entrar en Gaza, «no sabemos cuál es el número de heridos civiles provocados por Hamás, ya sea porque están disparando a los soldados y sus balas terminan por matar a civiles o porque sus misiles antitanques fallan el tiro contra un tanque israelí y terminan por alcanzar una casa. No sabemos.»

El 2005, Garlasco se encontró con un representante político de Hamás y le dijo que el uso de los Grad contraviene la Convención de Ginebra. La respuesta que obtuvo de éste fue: «Todos los israelíes son militares». «Les expliqué que su lectura del Derecho internacional es errónea». Es impresionante, añade, que los palestinos puedan fabricar los Qassam en las condiciones de Gaza. Sin embargo, el Grad «es una verdadera arma militar, de 3 m de largo, con una ojiva importante. El problema es que está diseñada para disparos masivos, de 21 misiles a la vez, de tal manera que se cubre un área entera y se obtiene un efecto de choque. No sólo hay una explosión, sino también un choque que cubre un área enorme. El hecho de disparar uno cada vez lo convierte en inofensivo desde el punto de vista militar.»

Con respecto a lo que dicen los israelíes de que los palestinos esconden armas y municiones en edificios públicos como las mezquitas, Garlasco reitera que sólo fuentes independientes serán capaces de estudiar y clarificar la veracidad. Si las mezquitas que saltan por los aires en el centro de una zona residencial densamente poblada escondiesen armas y munición sería de esperar que hubiese muchas explosiones secundarias que causarían importantes daños colaterales y abrirían profundos cráteres. Resulta difícil analizar las pretensiones israelíes sólo basándose en fotografías, dice.

Garlasco tampoco acepta las afirmaciones israelíes de que Hamás utiliza a los civiles como escudos. «Los israelíes hablan mucho, pero prueban poco y, como no dejan entrar a los observadores independientes, alimentan las dudas». Además, Israel tiene un largo historial de no decir la verdad: «Dijeron que en Líbano no habían utilizado bombas de racimo. Nosotros encontramos 4 millones. Evitan responder que usan fósforo y nosotros lo vemos a diario. Dicen que han bombardeado un camión lleno de misiles Grad y, según testigos presenciales entrevistados por el periódico Haaretz, resultó ser un camión con bombonas de oxígeno. No todo lo que es largo es un misil. ¿Quién va a creer a los militares israelíes?»

El portavoz del ejército israelí responde: «El ejército israelí, en su lucha contra elementos terroristas, observa meticulosamente las reglas del Derecho internacional. Por razones operativas fáciles de entender, no publica una lista detallada del material de que dispone ni de los parámetros que utiliza. Sin embargo, debe recalcarse que el ejército israelí sólo utiliza métodos y material permitidos por el Derecho internacional.»

Fuente: Is Israel using illegal weapons in its offensive on Gaza?

Sobre la autora, Amira Hass

Manuel Talens es miembro de Rebelión y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor, al revisor y la fuente.