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8500 niñ@s saharauis llegan al Estado Español, en el programa “Vacaciones en Paz”

Thawra escribe en el desierto

Fuentes: Rebelión

Thawra domina el español porque lo aprendió de sus padres, y también porque tiene un hermano, Ali, que viajó a Cuba para estudiar medicina y que, desde que regresó, juega al béisbol en las dunas y habla ese idioma con acento caribeño Hoy Ali ejerce su profesión en los campamentos de refugiados saharauis de Tindouf […]

Thawra domina el español porque lo aprendió de sus padres, y también porque tiene un hermano, Ali, que viajó a Cuba para estudiar medicina y que, desde que regresó, juega al béisbol en las dunas y habla ese idioma con acento caribeño

Hoy Ali ejerce su profesión en los campamentos de refugiados saharauis de Tindouf y Thawra (*) practica su español escribiendo cartas. La última iba dirigida a quienes, en España, reciben estos días a miles de niños y niñas que, como ella, han nacido en un desierto inhóspito, pero que saben que son dueños de un país donde hay playas y palmeras.

Leo:

«En la casa donde vivo, de día hace muchísimo calor, demasiado. Por eso, lo primero que quiero hacer es enviar un abrazo («apretao», dice mi hermano) a las familias, que acogen a los niños saharauis durante el verano, un tiempo que es muy duro, en el desierto en el que nos vemos obligados a crecer.

Escribo esta carta porque confío en que ustedes sean de esas personas que apuestan por el derecho y la justicia frente a cualquier interés.

Y les escribo también para decirles que mi pueblo tiene derecho a ser libre, que ese derecho nos lo usurpan desde hace más de treinta años, pero que sabemos que nos pertenece.

Aprendimos de la Historia que nuestro país fue doblemente robado, por la colonia y por la ocupación, y que, heroicamente, combatimos ambos ultrajes. Aprendimos a aborrecer la injusticia, a luchar contra quienes pretenden imponerla como única realidad posible, y queremos compartirlo con ustedes.

Es seguro que todos por ahí conocen que su país está en deuda con el mío, que España dejó que Marruecos invadiera militarmente el Sáhara Occidental y que nunca llevó a cabo la descolonización a la que está obligada.

Es seguro, además, que ustedes han visto en los periódicos que los cuerpos de represión marroquíes torturan a diario a nuestra gente, en los territorios ocupados, y pienso que no les gustaría que algo así les ocurriera a los suyos.

Los miles de niños y niñas saharauis que pasamos los veranos en España sabemos bien lo que es la solidaridad, porque nuestras familias ahí la practican con nosotros y también porque otros pueblos, mucho más lejanos, nos la han hecho sentir muy profundamente.

Mi hermano estudió en Cuba y me ha contado que Fidel, que es un comandante en jefe, pero que todo el mundo lo llama así, Fidel, afirmó una vez, en un país de África, que decir las verdades con franqueza haría que a los africanos se nos escuchara y se nos respetara más; que siglos de engaño eran más que suficientes.

Y yo creo que las dos cosas están bien: decir la verdad y que lo respeten a uno por ello.

Eso también lo aprendimos de la Historia».

(*) Thawra, en hassania, la forma del árabe que hablan los saharauis, significa Revolución.