El principal interés de la administración estadounidense, encabezada por el empresario peculiar Donald Trump, es el comercio donde haga falta y de cualquier manera. Los árabes, y los palestinos en particular, deben entender que el único aliado fiel de la administración americana es Israel. A pesar del buen recibimiento, ficticio, al presidente palestino en la […]
El principal interés de la administración estadounidense, encabezada por el empresario peculiar Donald Trump, es el comercio donde haga falta y de cualquier manera.
Los árabes, y los palestinos en particular, deben entender que el único aliado fiel de la administración americana es Israel. A pesar del buen recibimiento, ficticio, al presidente palestino en la Casa Blanca, y el saludo en las puertas de la misma y con la bandera palestina detrás, y sentarse en el mismo sitio que Ángela Merkel y la conferencia de prensa del palestino y el americano, nada ha cambiado para los palestinos.
El presidente estadounidense hizo, eso sí, algunas exigencias al presidente palestino, la primera: que se implique más en la lucha contra el terrorismo, no se si lo ha entendido Abu Mazen porque Trump no se refería sólo a los yihadistas o a Daes, ni por supuesto al terror de Israel, ni al papel de los cuerpos de seguridad de la Autoridad Palestina, no debería entender Abu Mazen más que le hacía una exigencia de gran calibre a que mantenga los Acuerdos de Oslo en todo momento, quiere decirse, que se entregue aún más al servicio.
La segunda exigencia tenía que ver con las promesas de ayuda económica: Tump ha exigido que, bajo ningún concepto, entregue dinero, ayuda económica, a los prisioneros y prioneras y que tampoco se le de a las familias de los mártires, pero además declaró que no entregará ni un dólar para que lo emplee en el desarrollo de una economía nacional independiente.
Como vemos el recibimiento no es más que una zanahoria acondicionada por muchas exigencias dañinas y envenenadas para los palestinos. A eso hay que añadir que en el mismo momento que estaba el presidente palestino en la Casa Blanca, estaba Mike Pence, vicepresidente estadounidense, participando en la conmemoración del Estado de Israel, y anunciaba con voz fuerte y clara que la administración del imperio realizará el traslado de la embajada de EEUU a Jerusalén tarde o temprano. Así es que no se entiende la satisfacción del presidente palestino por esa visita, en la que además tuvo que oir otras cuestiones de principio en materia de negociaciones bilaterales con Israel como el no reconocimiento a la existencia de dos Estados, no parar los asentamientos, el que la Autoridad Palestina no vaya al Consejo de Seguridad ni a las Cortes Penales, y se le exigió a Abu Mazen el cambio de los planes de estudio en las escuelas por uno que hable bien de los israelíes y salte el proyecto de éstos con el fin de presentarlos como portadores de paz. También destaca, aunque no le dieron ninguna publicidad, que el Centro de la Administración Civil de los asentamientos sionistas ha presentado el proyecto de crear 2.100 viviendas en territorios ocupados desde que entró Trump.
Después ha venido el anuncio del presidente palestino contra Gaza, es un proyecto de axfisia económica que incluye el recorte de sueldos a sus mismos seguidores, funcionarios de Al Fata, y el corte de ayuda a más de 270 prisioneros palestinos. ¿Se entiende lo que ha sucedido? Todo lo quiere traducir como una lucha contra Hamas, y eso no favorece ni al pueblo de Gaza ni al Movimiento de Liberación Palestino, porque si Hamas es responsable de numerosos herrores, la misma Autoridad Palestina ha cometido los suyos ansiando vivir el sueño de la paz americana.
Quienes nutren las políticas sionistas en el seno palestino, me refiero a los países del golfo y otros, parece que se han dividido tras la visita del empresario Trump. Bajo el lema «Lucha contra el terrorismo» se ha celebrado la Cumbre de los Países del Golfo, con Arabia Saudí como anfitrión, a la que asistían los países árabes e islámicos bajo la bendición del presidente estadounidense. Sólo ha pasado una semana y ha saltado la sorpresa, acusan a Qatar como única dinastía petrodolarizada que alimenta al terror en la región y fuera de ella, y ahí acusan al Partido de Dios en el Líbano, Hezbolá, en Gaza culpan a Hamas, y a los Hermanos Musulmanes, algunos de cuyos lideres están en Qatar.
Es preciso que recordemos quiénes son en realidad los terroristas, quién ha creado ese mal político religioso, con quién colaboran sus patrocinadores, por qué un día nos dicen Irán, otro dicen es el talibán, otro día dicen que es Fidel, otro los rusos, … y mañana seguro que nos dirán que es Turquía o Suecia. La cuestión principal: hemos visto que Trump se ha llevado un botín de 110.000 millones de dólares en venta de armas, además hay otros negocios y regalos de una coalición que trabajaba en conjunto, Qatar, Barhein, Emiratos Árabes, Arabia. Trump prometió en su campaña electoral que haría pagar a todos éstos por su protección y por lo del 11 de Septiembre, pues el terror nación en la Península Arábiga.
A los ciudadanos y ciudadanas del mundo que están al tanto de lo queviene sucediendo después de la caída del muro de Berlín, ya no les engañan con sus malabares propagandísticos, con tanta demagogia y con tanto venir a decirnos ahora que sólo Qatar colabora con organizaciones terroristas, porque tanto Qatar, Arabia Saudí, Barhein, Emiratos Árabes y otros forman el llamado Consejo Árabe del golfo y actuan conjuntamente en muchos campos, de seguridad, comercial, económico, … a pesar de las muchas diferencias y contradiciones que hay entre esas dinastías y monarquías, o diríamos «principados», o acaso la vigilancia de las bases americanas no bía visto esos movimientos de cheques, entrenamientos, transportes de armas y mercenarios en la zona, ¿sólo lo han visto en Gaza? Tanto en el pasado como en el presente han tenido entre ellos, problemas internos, con las fronteras diseñadas por los ingleses luchas por el poder sobre ciertas islas, ajustes de cuentas, competencias en materia de petróleo y sus derivados, y problemas por el poder sobre la región en su totalidad.
Como decíamos, la Administración estadounidense se ha llevado un buen puñado de dinero, ¿acaso Qatar no pagó su parte?; muchos interlocutores de la zona dicen que es la causa principal del revuelo montado. ¿Habrá otras cuestiones como que Qatar empezó a ocupar un puesto que, en la región o a nivel internacional, no le corresponde por ser un principado pequeño? Según algunos analistas se ha desmarcado del poder de Arabia Saudí, que es más grande y más importante, ¿o es una pantomima para creaer un nuevo eje, Qatar, Irán, Turquía?, que es lo que geoestratégicamente aproxima la guerra después de dejar a parte del mundo árabe encharcado en sangre y destrucción, Libia, Iraq, Siria, Yemen.
Pero lo que más llama la atención es acusar a Qatar de colaboración con Hamas y le exigen expulsar a algunos dirigentes presentes en su territorio, o sea, ofensiva contra Gaza, contra los palestinos, pero ésta vez desde el Golfo. También llama la atención la disposición del mandatario estadounidense como si hubiese estado alejado de la región durante todos éstos años, y viene ahora como salvador y hombre de paz.
Se están palpando varias cuestiones principales, agudización de la tensión bélica, un enemigo creado por los mismos después de la caída de la URSS, el yihadismo para vender armas, más guerras y más sangre y muertos en la escena árabe, que es la región más rica del mundo en petróleo. En ese sentido a la Administración estadounidense y al Estado sionista de Israel no les importa que se maten entre los árabes mientras sus planes prosperen y avancen. Desde mi punto de vista éstos dos aliados dan por terminada la primera fase de destrucción de la zona con el asalto a Siria, ahora preparan o ya han puesto en marcha la segunda, en ella se preparan nuevas alianzas y objetivos que abran puertas a nuevas destrucciones y posesión imperialista, pero quieren que paguen los mismos árabes todo o buena parte de ello.
Por eso, tanto los palestinos como los árabes en su conjunto deberían saber quiénes son y dónde están sus enemigos.
Ramón Pedregal Casanova, los dos últimos libros «Gaza 51 días» y «Palestina. Crónicas de vida y Resistencia» pueden bajarse de internet. Presidente de la Asociación Europea de Cooperación Internacional y Estudios Sociales AMANE. Miembro de la Comisión Europea de Apoyo a los Prisioneros Palestinos.
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