La Hermandad Musulmana egipcia en los últimos años, profesando que el Islam es la solución y el Corán la constitución, han cambiado los métodos para intentar llegar al poder. Son un movimiento ilegal pero que cuenta con el mayor número de candidatos independientes en el parlamento egipcio (20%). La organización de los Hermanos Musulmanes representa: […]
La Hermandad Musulmana egipcia en los últimos años, profesando que el Islam es la solución y el Corán la constitución, han cambiado los métodos para intentar llegar al poder. Son un movimiento ilegal pero que cuenta con el mayor número de candidatos independientes en el parlamento egipcio (20%).
La organización de los Hermanos Musulmanes representa:
«… el mensaje salafiyya [«tradicionalista»], el camino sunnì, la verdad sufì, una organización política, un grupo deportivo, una empresa económica y una idea social».
Tariq Ali.
» El choque de los fundamentalismos: cruzadas, yihads y modernidad«.
Actualmente existe un enfoque negativo sobre los movimientos que proponen un retorno a las fuentes del islam y por eso me interesó tratar de descubrir qué hay de cierto en las noticias y en las publicaciones que nos llegan a diario sobre ellos en el Medio Oriente. La mayoría de las veces la información llega tergiversada de tal manera que es imposible crearse una opinión diferente a la de los canales establecidos y de aquí la importancia de conocer realmente que existe, que pasa, como piensan (o al menos intentar investigar como lo hacen) y cuáles son las estrategias de estos movimientos que proponen un retorno a las fuentes.
Específicamente, se toma el ejemplo de la Hermandad Musulmana y la administración de Mubarak porque es uno de los movimientos más conocidos por el mundo occidental, debido a su existencia hace más de 50 años y principalmente por la influencia que ejerce actualmente tanto en Egipto como en toda la región.
La Hermandad Musulmana constituye el principal opositor al actual mandatario Hosni Mubarak, que está en el poder hace màs de 25 años, y que para reprimir la influencia del movimiento ha recurrido a medidas represivas (arrestos masivos, el acoso de la policía y un sistema político esencialmente cerrado) que han estado presentes a través de toda la historia del movimiento.
A pesar de esto la organización domina a muchos sindicatos de profesionales y estudiantes, es popular por su red de servicios sociales y ha realizado llamados para un sistema político más democrático (2005 participó en las demostraciones pro-democracia con el movimiento de Kifaya, movimiento que fue creado en el 2004 con el objetivo de movilizar a los egipcios en apoyo a las reformas políticas).
La Hermandad se declara con el principio legal «Somos todos iguales» pero lo cierto es que aunque han ocurrido transformaciones de acuerdo al momento y el entorno histórico en que se desenvuelven, ya que de lo contrario no lograrían ninguna vía para conseguir sus proyectos, no han realizado ningún cambio radical en su programa. Han cambiado la táctica pero no la estrategia.
Lo ocurrido en Argelia estableció un patrón en toda la región de lo que podría suceder si un movimiento con ideas fundamentalistas alcanza el poder. El Islam como solución continúa siendo su consigna aunque se han percatado de la necesidad de cambiar los métodos para conseguir sus objetivos. ¿Tal vez si se les diera una oportunidad seguirían el ejemplo de Turquía y el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP)? o ¿establecerían un estado islámico en su interpretación más radical y estricta? Los verdaderos planes para cuando asuman el poder no los van a exponer porque están en una fase en que necesitan más adeptos y sus mensajes imprecisos forman parte de la política ya que así un mayor número de personas se identifican con el movimiento.
Los representantes de la Hermandad se postulan con el lema: «El Islam es la Solución» y como candidatos independientes, ya que el movimiento es ilegal en Egipto y por consiguiente no pueden participar oficialmente en las elecciones; a pesar de que todos los canales y medios de comunicación egipcios y árabes identifiquen a estos candidatos como representantes de la Hermandad Musulmana. Las cifras demuestran el número de adeptos y que si se producen elecciones democráticas en Egipto, la Hermandad podría obtener un lugar en el poder.
1984: 7 miembros de la Hermandad Musulmana .
1987: 35 escaños.
Década 90: se establece un boicot a las elecciones y los representantes de la HM vuelven a las cárceles y los partidos q los apoyaban se inclinan por el poder, abandonándolos.
2000: 17 escaños.
2005: 88 escaños (20 del total) para constituir el bloque del partido de oposición más grande, a pesar de muchas infracciones del proceso electoral, incluyendo el arresto de cientos de miembros de la Hermandad. Los partidos de oposición legalmente acreditados ganaron solamente 14 asientos. Esto reavivó el debate dentro de la élite política egipcia sobre si la Hermandad debe quedarse prohibida.
El tema permanece abierto en disímiles cuestiones ya que el hijo de Mubarak se está preparando para asumir el poder debido a la enfermedad de su padre y la Hermandad Musulmana podría tener una posibilidad real de formar parte en el gobierno.
La Hermandad tiene que aceptar al gobierno y sus reglas y demostrar que a pesar de propugnar un regreso a la época de Mahoma y los califas Rashidin, lo que los convierte en un movimiento fundamentalista, si se les concede la posibilidad real de llegar al poder pretenden establecer un estado basado en la sharia pero no con una visión intransigente. Si la Hermandad no intenta arreglarse con el régimen solo le quedarán dos variantes en las elecciones: cooperar con los sistemas políticos actuales, o aceptar el papel de oposición ilegal.
El gobierno provocando un enfrentamiento con el movimiento no llegará a ninguna solución, al contrario, estimulará un auge aún mayor de grupos de tendencia islamista entre los sectores más amplios de la población.
En abril de 2008 se produjo una nueva oleada de encarcelamientos contra los miembros de la Hermandad como resultado de las elecciones locales que se desarrollaron en Egipto y que impidieron que de los 10 000 representantes iniciales en las elecciones, solo 21 miembros hayan sido incluidos en las boletas electorales.
El siglo XXI pondrá a prueba la capacidad de los movimientos de tendencia islamista que son una amenaza y los que representan o pretenden representar legítimos intentos autóctonos por reformar e imprimir una dirección nueva a las sociedades.