Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu fue elegido en base a un programa de «paz económica» con los palestinos en Cisjordania. Sostenía que desarrollar la economía palestina proporcionando a los palestinos mejores empleos y un mejor nivel de vida haría que los «problemas» entre israelíes y palestinos fueran «más accesibles a soluciones».
El pasado mes de agosto Salam Fayyad, que fue nombrado primer ministro de la Autoridad Palestina (AP) y fue un alto cargo del Fondo Monetario Internacional, lo siguió rápidamente con su propio plan complementario. Sus políticas se ganaron los elogios del presidente israelí Shimon Peres que llamó a Fayyad un «Ben Gurionista» palestino, en referencia al primer ministro fundador de Israel. La paz económica se ganó un amplio respaldo de Naciones Unidas, de los dirigentes europeos así como del presidente estadounidense Barack Obama, representantes de los cuales forman el autoproclamado «Cuarteto» que dicta los términos del «proceso de paz».
Tony Blair, el enviado del Cuarteto para el proceso de paz en Oriente Medio, calificó a Fayyad de «persona absolutamente de primer orden, profesional, valiente e inteligente». Blair tampoco escatimó elogios a Netanyahu, al que calificó de «conciliador».
Entre la elite política e incluso entre los Estados Árabes se ha formado una opinión general de mejorar la calidad de vida de los palestinos, aun estando bajo una ocupación militar, es la solución largamente buscada para las desgracias palestinas. Netanyahu nombró al ex primer ministro Silvan Shalom para dirigir el grupo de trabajo de paz y coordinarse tanto con Blair como con la AP.
El plan Netanyahu-Fayyad ha sido un imán para el capital extranjero. El pasado mes de julio el Congreso estadounidense aprobó un depósito de 200 millones de dólares en el tesoro de la AP, bajo el control directo de Fayyad. En septiembre los países donantes prometieron a la AP al margen de la Asamblea General 400 millones de dólares para finales de 2009. El mes pasado la Unión Europea transfirió 21 millones de euros para «ayudar a la AP a pagar los salarios y pensiones de enero de 80.551 funcionarios y pensionistas palestinos».
Esta política de desarrollo económico de «Primero Cisjordania» sustituyó a la fallida política de Bush de promoción democrática. En 2006 los palestinos de Cisjordania y Gaza eligieron a Hamás, pero Israel y sus aliados occidentales boicotearon al movimiento porque no se conformaba a las exigencias del Cuarteto, muchas de las cuales son contrarias al derecho internacional.
El Cuarteto cambió su estrategia hacia encontrar socios «moderados» que pudieran implementar su visión de «paz». Una de estas personas es el presidente de la AP Mahmoud Abbas, cuyo mandato expiró por segunda vez el mes pasado (tras haberlo prolongado de manera dudosa a otro año a principios de 2009).
Los donantes occidentales también escogieron cuidadosamente a Salam Fayyad para el puesto de primer ministro a pesar de que su partido Tercera Vía obtuvo menos del 3% de los votos en las elecciones legislativas de 2006. Su control exclusivo de los fondos palestinos le da un inmenso poder para implementar políticas para su propio crédito al tiempo que, como se teme en algunos círculos de la AP, cada vez se especula más con la idea de que Occidente lo está preparando para sustituir a Abbas.
La «paz económica» unida a la política de desarrollo económico de «Cisjordania Primero» sirve también como una advertencia a los palestinos. O bien se ajustan a un programa político aprobado por Israel y los donantes occidentales o bien se arriesgan a compartir la misma suerte espantosa que Gaza, bajo un atroz bloqueo desde junio de 2007. Bajo una intensa presión, Hamás está moderando gradualmente sus posturas, con cautas aperturas a Israel y Occidente con la esperanza de ser incluido en el proceso y quizá de una porción de recompensas económicas.
Los resultados del primer año de paz económica de Netanyahu son visibles. Aunque no ha habido progresos en el frente político, la cooperación económica y de seguridad con la AP nunca ha sido mejor. Las fuerzas de seguridad [palestinas] adiestradas por Estados Unidos han mantenido un control férreo sobre las ciudades de Cisjordania, y han aplastado a los disidentes y mantenido el «orden». Cuando el ejército israelí invade por la noche, las fuerzas de seguridad palestinas se retiran rápidamente. Los servicios de inteligencia conjuntos han permitido campañas de detención de miembros de la resistencia.
El diario The Guardian informaba de que las fuerzas de seguridad palestinas han estado trabajando estrechamente junto con la CIA para torturar a los disidentes palestinos. Cuando el pasado mes de diciembre unos palestinos mataron a un colono, las fuerzas de Abbas trabajaron «horas extras» para encontrar a los culpables y en el proceso detuvieron a cientos de palestinos. Un portavoz de la AP describió la situación de seguridad hasta este ataque como «casi perfecta», refiriéndose al diligente papel de las fuerzas de seguridad palestinas en evitar ataques a israelíes pero ignorando los ataques diarios que sufren los palestinos a manos del ejército israelí y de los colonos. Las drásticas medidas de Abbas no impidieron que un escuadrón de la muerte israelí invadiera Nablus y asesinara a tres palestinos a sangre fría en un acto de venganza.
Israel considera a la AP un socio de confianza por sus diligentes esfuerzos para proporcionar seguridad a los israelíes, incluyendo los colonos comprometidos activamente en colonizar Cisjordania. Esta idea motivó a Netanyahu para ordenar el desmantelamiento de una docena de controles de carretera y el levantamiento de checkpoints estratégicos para facilitar los movimientos entre ciudades palestinas. Dentro de Cisjordania sigue habiendo más de 578 «obstáculos de cierre». Según Naciones Unidas, «aunque algunas de estas medidas han contribuido a facilitar los movimientos, exigen un precio a los palestinos en términos de perdida de tierra, alteración de las carreteras tradicionales y profunda fragmentación del territorio de Cisjordania». Sin embargo, estos «gestos de buena voluntad» contribuyen a dar la impresión de mejoras.
Otras políticas dirigidas al 17% de Cisjordania controlada por la AP, denominada Zona A según los Acuerdos de Oslo de 1993, incluyen la apertura de un centro comercial en Jenin y de un cine en Nablus. Netanyahu planea otras 25 iniciativas económicas en Cisjordania incluyendo más centros comerciales, una pequeña zona industrial en la zona de Belén, una importante zona industrial en la zona de Jenin y una zona de exportación y proceso agrícola en Jericó. Con cada ceremonia inaugural de cortar la cinta a la que asiste Fayyad refuerza el discurso de normalidad propagado por la AP y los medios de comunicación afiliados a Fatah que lo oponen a la destrucción y desesperación de la Gaza bloqueada por Israel y controlada por Hamás.
Existe el temor de que estos proyectos estén atrayendo a especuladores extranjeros. «Mi mensaje es muy claro: tienen ante ustedes un premio económico, existe un doble dividendo para ustedes como compañías», afirmó el primer ministro británico Gordon Brown ante una conferencia de inversores en Belén. Este «premio» es la creación de mercado de valores palestino. El Fondo de Inversión Palestino (PIF, en sus siglas en inglés), el organismo que dirige este esfuerzo, espera entregar un rendimiento anual del 15%. El PIF planea usar tanto depósitos en metálico en bancos locales como dinero de inversores para fomentar el crecimiento del gasto de los consumidores. «Nuestros bancos tiene depósitos en metálico de 7.000 millones de dólares y ellos afirman que no hay suficientes oportunidades para invertir», afirmó Mohammad Mustafa, presidente del Fondo y ex alto cargo del Banco Mundial.
Las inmobiliarias son el principal objetivo de la inversion extranjera corporativa. Rawabi, la primera ciudad palestina que se ha planeado, es el proyecto bandera de Fayyad. El Washington Post informaba de que Rawabi «está diseñada específicamente para familias de movilidad social ascendente de un tipo que en Estados Unidos puede gravitar en lugares como Reston, Virgina. Las urbanizaciones se basan en otra importación estadounidense, las hipotecas de vivienda, incluyendo la creación de una institución al estilo de Fannie Mae* en Cisjordania». USAID, una filial del gobierno estadounidense, está canalizando fondos a través de organizaciones no gubernamentales (ONG) para la promoción de una cultura de las hipotecas en Palestina para mantener esas iniciativas desde abajo. Un ejemplo de ello es CHF International, una ONG de desarrollo dirigida corporativamente que está organizando grupos centrados a nivel comunitario y adiestramiento técnico como parte de su programa de «educación del comprador de una casa».
Al cabo de un año el coste del plan Netanyahu-Fayyad está quedando claro. Se está animando a familias de bajos ingresos y a pequeñas empresas a pedir préstamos para avivar una economía de alto riesgo. Israel ha demostrado una y otra vez que no dudará en atacar las infraestructuras palestinas en caso de que los palestinos disientan del actual consenso a su favor. Las familias se arriesgan a perder sus posesiones como aval por sus deudas. Las empresas responsables del colapso financiero global están aplicando sus modelos fallidos en Palestina. Abraaj Capital, un fondo de inversión con base en Dubai que recientemente provocó el temor de que fuera moroso morosidad con sus deudas, anunció un fondo de patrimonio neto privado de 50 millones de dólares dedicado a «aumentar el nivel de vida», como un reflejo del comportamiento depredador que llevó al colapso del sistema de las hipotecas subprime en Estados Unidos.
Los inversores, tanto palestinos como internacionales, están dirigiendo los esfuerzos para normalizar las relaciones económicas con Israel en violación del llamamiento de la sociedad civil palestina al boicot, la desinversión y las sanciones [a Israel] (BDS). Existe la preocupación por el creciente poder que la emergente clase capitalista palestina puede tener en el proceso político ya que sus valía personal aumenta a medida que se intensifican sus relaciones económicas con Israel. Se dice que Abbas cedió a las presiones por intereses económicos cuando el pasado mes de octubre perdió el derecho a que se discutiera en Naciones Unidas el Informe Goldstone, lo que causó la ira popular.
El modelo de paz económica llega con una dosis de imperialismo cultural. Los palestinos no tienen derechos básicos pero se les dice que pueden disfrutar de lo mundano y lo superfluo en cines y centros comerciales. Esto se ve más vívidamente en la rodeada por el Muro ciudad de Ramala, la sede del gobierno de la AP. Están apareciendo clubes de lujo para ofrecer servicios a la elite occidentalizada. Estos espacios levantan invisibles barreras de clase y de estatus social con los que la mayoría de la gente no se puede relacionar o simplemente no se puede permitir. Este tipo de estratificación social lleva inevitablemente a la creación una cultura individualista y dirigida por el interés personal y a la satisfacción por el statu quo. La disponibilidad de ingresos incluso ha fomentado la presencia de cadenas rusas de prostitución en la ciudad. Fahmi Shabaneh, ex presidente del Departamento Anticorrupción de la AP, fue obligado a dimitir el año pasado tras descubrirse un escándalo sexual de uno de los asesores de más alto rango de Abbas en Ramala. Como era de esperar la AP denegó las acusaciones. Shabaneh afirmó que «Abbas se ha rodeado de muchos ladrones y altos cargos que están implicados en el robo de fondos públicos y que se han convertido en iconos de la corrupción financiera».
También se está fomentando una división entre las poblaciones urbanas y rurales. Los palestinos que viven en el 60% de Cisjordania oficialmente controlado por Israel, también conocido como Zona C, son desposeídos continuamente de sus tierras y se les está empujando gradualmente a los enclaves controlados por la AP. El enfoque casi exclusivo en el sector servicios del plan de Fayyad mientras que ignora a la comunidad agrícola llevará inadvertidamente a la aceleración de la desertificación de las zonas rurales ya que se empuja a los jóvenes a nuevos trabajos en las ciudades. Se está acelerando el proceso de bantustanización con la construcción del Muro del Apartheid de Israel. La población rural, representada por los comités populares, dirige ahora la resistencia contra el cercenamiento de los derechos por parte de Israel. Se les ha dejado sin representación política efectiva y se encuentran en la primera línea de las políticas anexionistas de Israel. Estas dos realidades dicotómicas, la urbana y la rural, han hecho que ciertos sectores de la población de centros urbanos como Ramala sean completamente ajenos a lo que ocurre a sólo unas millas.
La elección de Hamás en 2006 demostró lo vital que es para la AP su dependencia de donantes extranjeros. También demostró lo fácilmente que los donantes extranjeros pueden cerrar el grifo del dinero y causar la destrucción casi total del tejido social palestino como en Gaza. El plan que se está forjando para Cisjordania alimenta aún más esta dependencia y aumenta el coste de la mantener la lucha palestina de liberación. Si las masas despertaran del actual engaño, muchas de las elites ricas no dudarían en volverse contra sus hermanos para proteger su estatus y su poder. Además de la actual separación política y territorial que afecta a los palestinos, la emergente estratificación económica es otro desafío en el camino a la unidad y liberación palestina.
* N. de la t.: Fannie Mae, creación fonética, a partir de la sigla de la empresa Federal National Mortgage Association (FNMA) (NYSE: FNM), que significa Asociación Federal Nacional Hipotecaria, es una empresa cuya propiedad (por mandato del Congreso de Estados Unidos) está en manos de accionistas, y que tiene como fin proporcionar financiamiento al mercado de la vivienda. Es una de las empresas estadounidenses al borde de la bancarrota con la última crisis, véase http://news.bbc.co.uk/hi/
Ziyaad Lunat es un activista por Palestina. Su correo electrónico es [email protected]