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Un Estado que necesita tratamiento psicológico

Fuentes: Rebelión

Traducido por Carlos Sanchis y revisado por Caty R.

En un «Estado democrático» uno de sus ciudadanos privilegiados, un judío sionista, asestó 24 puñaladas y mató a un hombre de la categoría de sus «ciudadanos sin privilegios», con la excusa de que, como el resto de sus componentes, los árabes ¡¡¡son animales sin alma!!!

El relato continúa y nos dice que un tal Julianne Savvier (Julien Soufir), de 24 años, «israelí», que además tiene nacionalidad francesa, llevó al taxista árabe de Jerusalén, Taisir Karaki, de 35 años, a su apartamento y lo apuñaló 24 veces hasta que el árabe cayó muerto; y suponemos que el asesino Savvier, dadas sus convicciones racistas, respiró con alivio por haber ejecutado ¡¡¡su deber sagrado!!!

Un tribunal de Tel Aviv decretó el envío de Julianne Savvier a un hospital psiquiátrico en lugar de enviarlo ante un tribunal judicial, a pesar de que admitió que cometió su crimen, en 2007. Savvier justificó su crimen diciendo: «¡¡¡Los árabes son como animales, matarlos es como matar a cualquier animal; los árabes no tienen alma, he decidido matar a un árabe, sólo porque era árabe!!!

Al mismo tiempo, leemos en el mismo periódico que el Centro Palestino de Derechos Humanos publicaba las cifras finales de las bajas del ataque a la sitiada Franja de Gaza por el autodenominado «ejército más moral del mundo», léase «El ejército israelí de ocupación»: 1.434 mártires, la mayoría de los cuales eran civiles.

El informe continúa con el desglose de la cifra anterior y dice que precisamente durante el largo ataque de 22 días a la Franja de Gaza, quedó demostrado que el ejército más inmoral y racista del mundo causó las bajas siguientes, que prueban que no diferenció entre civiles y no civiles en medio de una población asediada que fue el objetivo en la franja de tierra más densamente poblada del mundo, cuya superficie es de 360 kilómetros cuadrados:

De los 1.434 mártires que cayeron, 960 eran civiles.

239 policías durante su ceremonia de graduación

235 hombres de la resistencia

288 niños

121 mujeres

A ellos hay que sumar los 5.303 heridos, principalmente civiles, entre los que había:

1.606 niños

828 mujeres

Un alto porcentaje de los heridos tienen discapacidades permanentes

Por supuesto, el caso no se llevará ante un tribunal sionista porque todos los hospitales psiquiátricos se desbordarían de criminales de guerra etiquetados de necesitados de psicoterapia.

Por lo tanto, los palestinos insisten especialmente en llevar este caso ante los tribunales internacionales que se encargan de crímenes de guerra y derechos humanos.

¡¡No vamos a preguntar la sencilla cuestión de quién pertenece al reino de los animales y quién no, porque es una cuestión demasiado bochornosa para preguntarla!!!

La justificación del sistema judicial de la entidad sionista para el asesinato de Taisir Karaki a manos de Julianne Savvier, no es diferente en absoluto de la de los demás organismos de esta ilegal y criminal entidad, como el castigo para los ilimitados crímenes de guerra cometidos antes, durante y después del genocidio de la Franja de Gaza, que es en sí mismo un crimen que debe recibir el más severo castigo. Aquí la excusa es exactamente la misma que la que dan el aparato ejecutivo y sus miembros de la seguridad. Los empleados de cada organismo que forman la entidad sionista, particularmente los aparatos legislativo, judicial y ejecutivo han crecido, se han educado y adiestrado de la misma manera, lo que demuestra que se han criado y atiborrado con una teoría racista para justificar sus crímenes de guerra y contra los derechos humanos; de manera que ésta es una sociedad que necesita un amplio e intenso tratamiento terapéutico psicológico y la expulsión de todas las tierras árabes ocupadas. Semejante sociedad es un peligro para la comunidad internacional; por lo que debería ser puesta en cuarentena en un lejano, desierto y apartado lugar como el polo sur…

 

Estudiantes de Gaza con los nombres de sus compañeros asesinados durante la guerra en la Franja de Gaza; éstos son los auténticos seres humanos