Una operación «Bota-el-dinero-por-la puerta»: así calificó las actividades de la USAID en Cuba, un experto de la agencia interrogado por Tracey Eaton, un periodista e investigador de la Florida. Eaton ha reunido en un sitio web dedicado a Cuba, Alongthemalecon.com, un importante fondo de datos sobre las «inversiones» de decenas de millones de dólares de […]
Una operación «Bota-el-dinero-por-la puerta»: así calificó las actividades de la USAID en Cuba, un experto de la agencia interrogado por Tracey Eaton, un periodista e investigador de la Florida.
Eaton ha reunido en un sitio web dedicado a Cuba, Alongthemalecon.com, un importante fondo de datos sobre las «inversiones» de decenas de millones de dólares de la administración norteamericana en operaciones de subversión en la Isla.
El reportero, quién representó hace unos años un diario tejano en La Habana, entrevistó tres fuentes vinculadas a la USAID en la capital estadounidense que aceptaron compartir sus puntos de vista, siempre y cuando se les asegurara el resguardo de su identidad.
El primer entrevistado confesó que, según su experiencia, se entregaba dinero a los llamados disidentes cubanos en la medida que «eran amigos de los congresistas cubano-americanos».
«Si no eran amigos, no le daban nada», indicó.
La fuente admitió que la tecnología de última generación -como la entregada por un subcontratista de USAID, Alan Gross, condenado por la justicia cubana- ya dejó de ser de esa naturaleza.
«No lo hacen en este momento», sostiene.»No lo están haciendo desde que Alan Gross fue arrestado. Fue entonces cuando se detuvieron. No lo están haciendo porque es demasiado peligroso, y no por otra razón».
«Ahora tienes que averiguar por dónde pasamos todo ese dinero que solía pasar… y esto es realmente una operación de bota-el-dinero-por-la puerta. Usted puede imaginar que estos cubano-americanos (de Miami) están gritando: «Hay que gastar este dinero ahora!» Así que no es fácil».
«HAN LOGRADO SU OBJETIVO DE PROVOCAR»
El secundo entrevistado de Eaton confiesa al inicio de la conversación: «No hay evidencia de que los programas funcionan y punto».
«Han logrado su objetivo de provocar – y con un costo político – pero no hay pruebas que yo sepa de que el pueblo cubano se ha beneficiado de estas actividades o que haya «sacudido al régimen».
«Y todo eso es SECRETO, sin medidas de rendimiento, no hay rendición de cuentas, sin supervisión seria, pero con graves riesgos para quienes reciben fondos sin advertencia».
«Los cubanos que reciben apoyo de las organizaciones financiadas por Estados Unidos no saben siempre que el gobierno norteamericano es detrás de la financiación de sus actividades, aunque sea indirectamente. Eso les expone al riesgo de ser arrestado», dijo la fuente.
Y, afirma este conocedor de la maquinaria USAID, «hay «contratistas» extranjeros que enseñan como cifrar datos».
«Algunos informantes cubanos dijeron que se les enseñó cómo ocultar documentos en archivos JPEG y WAV. ¿Por qué enseñar cifrado?», dijo la fuente sin dar la respuesta – evidente – a su interrogación.
El mismo entrevistado confirma que el propósito de los programas USAID es fundamentalmente de «provocar los funcionarios cubanos».
«Es puramente político. Pura provocación. El propósito principal de esto es provocar».
«LOS PROGRAMAS DE USAID EN CUBA SON CLANDESTINOS»
La tercera persona entrevistada por Eaton es una mujer. Entre otras cosas señala que la negativa de la USAID en proporcionar información más completa sobre sus programas en Cuba, pone esta agencia en la posición de ser incapaz de discutir las acusaciones de las autoridades cubanas expuestas en un programa televisivo como «Las Razones de Cuba».
«Los programas de USAID en Cuba son clandestinos», admite al opinar que no cree que esta agencia que se pretende de ayuda humanitaria «debería estar haciendo ese tipo de trabajo».
Este es un trabajo «de agencia de inteligencia», confiesa al pedir a la USAID de dejar de mandar a Cuba «un hombre que no habla español y tiene un carte que dice «Dame una patada en la espalda».
Y añade, en un tono profético: «Habrá más gente detenida. Este no es el final».
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