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¿Una clara victoria rusa?

Fuentes: Rebelión

Al mirar las consecuencias inmediatas del resultado de las negociaciones entre EUA y Rusia respecto al arsenal sirio de armas químicas una victoria rusa no parece una conclusión descabellada. Sin embargo, si se analiza más detenidamente, EUA e Israel pueden estar celebrando tras bambalinas este resultado. Si bien la coyuntura internacional del momento no favorece […]

Al mirar las consecuencias inmediatas del resultado de las negociaciones entre EUA y Rusia respecto al arsenal sirio de armas químicas una victoria rusa no parece una conclusión descabellada. Sin embargo, si se analiza más detenidamente, EUA e Israel pueden estar celebrando tras bambalinas este resultado. Si bien la coyuntura internacional del momento no favorece un ataque militar contra la nación árabe, nada hace pensar que a corto o mediano plazo no se logre, con inteligencia y paciencia, un escenario más favorable en el que las élites políticas de las naciones más poderosas puedan imponer al mundo una nueva guerra que al parecer va siendo cada vez más necesaria para ciertos sectores del capital. Resulta incluso sospechoso que haya sido el propio Kerry quién sugiriera, como quién no quiere las cosas, que si Siria entregaba su arsenal químico habría posibilidades de detener la intervención.

Desde el punto de vista del gobierno sirio no deja de ser una oferta tentadora. Está en una posición estratégicamente favorable, obteniendo más victorias que derrotas en sus operaciones militares y una intervención por parte de occidente podría complicarle las cosas y quién sabe si incluso invertir los papeles en el terreno. No resulta un desatino ceder a la custodia internacional un arsenal que desde el punto de vista político puede ser el pretexto para que los rebeldes reciban un apoyo decisivo por parte de la mayor potencia militar del planeta y que, desde el punto de vista militar, no ha sido imprescindible para lograr la cadena de éxitos obtenida hasta ahora.

Para colmo tal vez ni siquiera pueda ser útil en el futuro dada la complejidad política de su uso contra los rebeldes. Sin embargo, como quiera que se mire, desde el punto de vista estrictamente militar siria se está debilitando. No solamente por la pérdida de su única ADM y de las instalaciones de producción de la misma, sino por la obligatoriamente aceptada presencia de inspectores que tendrán «libertad ilimitada» para recorrer el país con el objeto de lograr que la entrega y destrucción de las armas químicas sea total. Sin embargo, no es la primera vez que algunos de estos inspectores son a la vez agentes con capacidad de establecer prioridades a blancos de futuros bombardeos. Abrirse a este tipo de inspecciones tiene el buen efecto político de mostrar un compromiso con los acuerdos de desarme pero al mismo tiempo el mal efecto militar de permitirle a tu enemigo obtener información precisa y actualizada sobre posibles blancos. Si Saddam Hussein estuviese vivo podría hablar mucho al respecto.

Si algo ha mostrado la historia es que EUA nunca ceja en sus propósitos. Lleva 50 años de bloqueo a Cuba en la espera de un momento oportuno para dar un golpe de gracia. Y así se mantendrán. El plan de invasión a Libia estaba elaborado ya desde el 2010, antes incluso de que la primavera árabe diera alguna señal de existencia. Así pues, ¿qué es para los EUA y compañía esperar un año más a cambio de mejores condiciones políticas para un ataque y para colmo, con la garantía de que el pequeño enemigo ya ni siquiera contará con alguna ADM? Incluso disminuye el riesgo para un desembarco de tropas terrestres cosa que tendría más posibilidades de someterse a consideración si el arsenal de armas químicas es finalmente destruido. Israel, por otra parte, acrecienta su ventaja y estará más tranquilo sabiendo que ni Bashar Al Asad ni los que le sucedan en el poder, ya sean los revolucionarios o los islamistas, tendrán ya este tipo de armas como factor disuasivo.

Por otro lado, tanto EUA como Francia se han esforzado en dejar claro que la opción militar no está descartada a pesar de los acuerdos. ¿Pura fanfarronería de los derrotados? Tal vez pero, ¿y si no?…

Pienso más bien que se trata de dejar el terreno abonado. No se puede permitir que la opinión pública asuma que el caso está cerrado porque para EUA sigue más abierto que nunca. El gobierno sirio está jugando la carta más conveniente. Decir que no entregará el arsenal es mostrar intenciones de usarlo, es dar el pretexto de la intervención en bandeja de plata. Tal vez no se debió caer desde un principio en la trampa de Kerry y la lucha diplomática debió continuarse basada en las pruebas rusas de que las armas químicas fueron utilizadas por los rebeldes y, por otra parte, capitalizar a favor de la paz el rechazo de los pueblos, sobre todo del norteamericano, a una nueva jugada belicista. Ciertamente este camino es más arriesgado pero a la larga más seguro. El desarme evita la confrontación hoy pero la asegura mañana. Mientras más débil el adversario más decidida al ataque nuestra potencia hegemónica planetaria. Saddam y Gadafi se desarmaron y ambos cayeron bajo la bota de aquellos a los que entregaron sus armas. Mejor fue la carta jugada por Asad cuando ante las primeras amenazas de intervención declaró que la única manera en que el gobierno sirio haría uso de sus armas químicas sería precisamente si alguna coalición internacional osaba mancillar el suelo sirio. Ahora la tortilla ha sido volteada y bajo la amenaza de intervención se entrega el arsenal. El debilitamiento es claro. La que no está tan clara es la victoria rusa.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.