Traducido para Rebelión por J. M. y revisado por Caty R.
En respuesta a la aprobación del gabinete del proyecto de ley que limita la financiación a los grupos de derechos humanos, Shelly Yachimovich dice que el Primer Ministro actúa para sacar a Israel del grupo de las democracias mundiales. Para Tzipi Livni, Israel debe ser un país en el que todos puedan expresar su opinión.
El gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu procura limitar la libertad de expresión y se declara en guerra con el sistema judicial israelí, afirmó la líder laborista Shelly Yachimovich el domingo, añadiendo que una ola de recientes proyectos de ley del Likud estaba empujando a Israel fuera del mundo democrático.
El comentario de la parlamentaria Yachimovich se produjo después, del domingo, cuando el Comité Ministerial de Legislación aprobó dos proyectos de ley que limitarían la financiación extranjera de las organizaciones israelíes de derechos humanos. Netanyahu ya había anunciado también el apoyo a uno de los proyectos de ley, patrocinado por dos miembros de su partido Likud, los parlamentarios Tzipi Hotovely y Ofir Akunis, sobre el tope de 20.000 NIS para las contribuciones de los gobiernos extranjeros a las organizaciones no gubernamentales «políticas».
El Ministro de Relaciones Exteriores de Israel Avigdor Lieberman, del partido Israel Beiteinu, por su parte, está lanzando su peso político sobre la segunda iniciativa presentada por la diputada de su partido Fania Kirshenbaum, que daría un guantazo de un impuesto del 45% sobre las donaciones de gobiernos extranjeros a las ONG para los fondos estatales.
En respuesta a la decisión del gabinete, y con varios proyectos de ley polémicos en la lista de la Knesset, Yachimovich, dijo en un comunicado el domingo que el Likud liderado por Netanyahu se ha dedicado a «declarar la guerra al sistema judicial, herir la libre expresión y salirse de los regímenes democráticos del mundo ilustrado».
«Netanyahu ya no puede esconderse detrás de los diputados de su partido y lavarse las manos de la avalancha de proyectos de ley antidemocráticos», dijo la dirigente del Partido Laborista, y agregó que su partido «seguirá luchando con todas sus fuerzas por la preservación de los valores democráticos y para frustrar proyectos de ley similares».
Yachimovich dijo además que el primer ministro debe «abrir los ojos y conducirse como hizo [el ex primer ministro] Menachem Begin cuando puso el imperio de la ley por encima de todo para no participar en la destrucción de los bastiones de la democracia en Israel».
También comentando sobre el movimiento del gabinete para llevar el polémico proyecto de ley a la aprobación de la Knesset, la dirigente de la oposición y presidente del partido Kadima, Tzipi Livni, acusó a la coalición de Netanyahu de promocionar el «silencio» sobre los proyectos de ley, diciendo que cada miembro del gabinete estaba «tratando de demostrar que era más nacionalista que sus compañeros».
«Este gobierno, actuando por miedo e instinto de conservación, ha estado pasando una serie de proyectos de ley destinados a tapar la boca a otros que harían a los jueces tener que agradecer a los políticos un día después de ser elegidos para el cargo».
Livni dijo que «Israel era lo suficientemente fuerte como para no tener que tapar la boca y ser el tipo de país en el que todo el mundo puede expresar sus opiniones, incluso si no lo sabemos apreciar».
En otra respuesta a la decisión del gabinete, la Nueva Fundación para Israel (NIF), declaró en un comunicado que estaba consternada y decepcionada de que la legislación aprobó el «desfinanciamiento» progresivo de la sociedad civil de Israel con el apoyo del Primer Ministro Netanyahu».
«Pese a la condena generalizada de estas medidas específicamente diseñadas para destruir a las Organizaciones No Gubernamentales de la comunidad progresista de Israel, la dedicación del gabinete para la democracia israelí parece sólo un estribillo político de la secretaría de difusión del gobierno -Hasbará- , y ahora sacrificó el miedo a la disidencia y la conveniencia política», expresaba el comunicado, agregando que el NIF y nuestras organizaciones aliadas seguirán luchando contra esta legislación a medida que avance en la Knesset «.
«Si esta ley pasa, Israel se convertirá en la única democracia occidental que prohibirá el financiamiento externo de las organizaciones no gubernamentales designadas como» políticas». Hacemos un llamado a todos los israelíes y simpatizantes de Israel en todo el mundo para rechazar este nuevo asalto a los valores y libertades que mantiene toda democracia real», prosigue el comunicado.
Uno de los patrocinadores del proyecto de ley, la parlamentaria Tzipi Hotovely, dijo tras la reunión del gabinete que Israel «aprobó un importante obstáculo en el camino a la limpieza de las políticas de Israel de la influencia extranjera, del tipo que no desea el bienestar de Israel». Hotovely criticó la reacción negativa que la reunión de gabinete recibió de los partidos de oposición, que calificó de «hipocresía».
«Es el derecho y el deber del Estado de Israel comportarse de acuerdo con la voluntad de la opinión pública israelí, en lugar de sucumbir a los intentos extranjeros de comprar influencia dentro de Israel», agregó.
El parlamentario del Likud Danny Danon calificó la aprobación del proyecto de ley como «una buena noticia para todos aquellos involucrados en la empresa sionista», agregando que una organización que subvierte la autoridad del Estado debe prohibirse por ley. Danon dijo que el proyecto fue un primer paso en el camino a «arrancar de raíz la lesión que es la extrema izquierda en la sociedad israelí».
Shelly Yachimovich interviene en una reunión del Partido Laborista. Foto Moti Milrod