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Entrevista a Gilbert Achcar

«Una ofensiva contra la reconciliación palestina»

Fuentes: Politis

En lugar de debilitar a Hamas, la ofensiva israelí refuerza sus lazos con la población palestina, y puede suscitar un ascenso del yihaidismo entre la diaspora. -¿En qué estado político estaba Hamas antes de la ofensiva israelí? -Gilbert Achcar.- Hamas estaba en una disposición favorable. Esto se ha traducido en la reconciliación con la Autoridad […]

En lugar de debilitar a Hamas, la ofensiva israelí refuerza sus lazos con la población palestina, y puede suscitar un ascenso del yihaidismo entre la diaspora.

-¿En qué estado político estaba Hamas antes de la ofensiva israelí?

-Gilbert Achcar.- Hamas estaba en una disposición favorable. Esto se ha traducido en la reconciliación con la Autoridad Palestina y la aceptación de un gobierno de unidad, aún cuando este último no sea en absoluto paritario. Hamas no está verdaderamente representado en él y las posiciones tomadas están alineadas con las de Mahmud Abbas. Este gesto estaba motivado por la situación precaria del movimiento, en particular tras las acontecimientos de Egipto. Tras el derrocamiento de Mohamed Morsi, el nuevo poder militar puesto en pie es hostil a Hamas debido a sus lazos con los Hermanos Musulmanes, que sufren una represión aún más terrible que bajo Mubarak.

-¿No ha contribuido también la posición de Hamas, favorable a la rebelión en Siria a su aislamiento en la medida en que se ha encontrado en una posición opuesta a la de Irán, que es para él un apoyo financiero importante?

-El régimen sirio no significa mucho para Hamas, Irán le resulta más importante. Ha habido un enfriamiento neto, pero Hamas está intentando una reconciliación. Por otra parte, la cuestión financiera es la razón por la que han hecho el acuerdo con Ramalá, una de cuyas consecuencias habría debido ser el pago de los salarios a los funcionarios de Gaza. Israel ha bloqueado todo eso y ha manifestado su oposición vehemente desde el comienzo. La ofensiva israelí, por tanto, no responde en absoluto a alguna radicalización de los palestinos o de Hamas. Al contrario, es una ofensiva contra las concesiones hechas por Hamas y contra la reconciliación palestina.

-En efecto, se ha tenido la impresión de que Netanyahu había explotado el asesinato de los tres adolescentes judíos el 12 de junio…

-El gobierno de Netanyahu ha aprovechado esta ocasión para declarar a Hamas culpable, sin tener la menor prueba de ello. Su objetivo era detener de nuevo a una gran parte de los militantes que había liberado a cambio de Gilad Shalit.

-Como a menudo en parecidas circunstancias, ¿no está la ofensiva israelí reforzando los lazos entre Hamas y la población gazatí?

-Ha habido una acumulación de rencores contra Hamas, lo que se comprende perfectamente. La gente ha atribuido su desgracia y su miseria a la presencia de Hamas, sobre todo tras el cambio en Egipto. Para los gazatís, Egipto es fundamental. Y saber que sus gobernantes son la nueva bestia negra del régimen de El Cairo no es fácil. En cambio, los gazatís ven también muy claramente que la ofensiva israelí ha tenido lugar en el preciso momento en que Hamas emprendía el giro que todos deseaban. Es decir la reconciliación y cambio de dirección, sobre una línea más moderada, para salir de la asfixia que sufren desde hace tanto tiempo.

-Ciertos medios tienden a amalgamar Hamas y la nebulosa islamista. ¿No es necesario recordar que, a pesar de su carácter conservador y reaccionario, ese movimiento tiene también unas raíces reales en la historia palestina reciente?

-Si, es la diferencia entre, por ejemplo, los Hermanos Musulmanes en Egipto y al-Qaeda o el Estado Islámico. Hay una distinción evidente entre movimientos de masas que tienen un método esencialmente político y organizaciones que están fundadas sobre la violencia y no dudan en recurrir al terrorismo.

-Hamas es presentado por muchos medios como un cuerpo extraño en el seno de la población civil palestina. Sin embargo, ha salido totalmente de ella…

-Como todas las organizaciones de masas, Hamas recluta, de un lado gracias a la ideología, de otra parte, y en gran parte, gracias a los servicios sociales que proporciona. Pues recluta, como toda oposición política, en función del descontento contra el enemigo y contra rivales que no son ya convincentes, como fue el caso de la OLP. Hamas nació con la primera intifada, en 1987, sobre fondo de descrédito de la OLP, expulsada de Líbano y reconciliada con Jordania. El fracaso de Oslo, evidente a partir de mediados de los años 1990, y la frustración generada han contribuido igualmente luego a su enraizamiento. De la misma forma, el descrédito de Mahmud Abbas, que ha ido sin embargo muy lejos en términos de capitulación, y la humillación que le inflige a pesar de todo Israel, han favorecido a Hamas.

-¿No hay un riesgo de emergencia, o incluso de proliferación, de nebulosas yihadistas, menos preocupadas por la suerte de los palestinos y que podrían unirse a un movimiento como el Estado Islámico?

-Si, eso existe, pero no particularmente en los territorios palestinos. Una red terrorista no tiene los medios de instalarse allí, ni en Gaza ni en Cisjordania. Entre las autoridades locales y la ocupación israelí, no son verdaderamente territorios inmensos. Sin embargo, entre los palestinos de la diáspora, los de los campos de refugiados, ese tipo de movimientos atraen. Palestinos de Siria o de Jordania han podido unirse al Estado Islámico. Israel es un factor de radicalización. Su gobierno parece tener por divisa: «Después de nosotros, el diluvio».

No hay ninguna preocupación para trabajar por el largo plazo, por el futuro incluso de los hijos de Israel. Están acumulando tensiones y, con la proliferación de las armas de destrucción masiva, la probabilidad de una catástrofe como nunca se ha visto es muy elevada. Siembran el viento de una tempestad que puede resultar terrible para todo el mundo.

 

Fuente original: http://www.politis.fr/Gilbert-Achca…

Traducido por Faustino Eguberri para VIENTO SUR