Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
La Autoridad Palestina (AP), que tiene su sede en Ramala, ha estado haciendo desesperados esfuerzos para bloquear la «conferencia nacional» que la oposición, encabezada por Hamas, planea convocar en Damasco para dejar bien claro su rechazo a la próxima conferencia patrocinada por EEUU que se celebrará en Annapolis, Maryland, que está fijada para noviembre o primeros de diciembre. La conferencia en la capital siria debía tener lugar el 7 de noviembre pero se ha retrasado, al parecer para hacerla coincidir con la conferencia de Annapolis.
El Presidente de la AP, Mahmoud Abbas, ha pedido a Siria que cancele esa reunión de dos días, sosteniendo que exacerbará las divisiones internas palestinas y debilitará seriamente la posición palestina en Annapolis. A principios de esta semana envió a tres personas de su confianza a la capital siria en un intento de convencer al Presidente sirio Bashar Al-Assad de que prohíba la reunión. Los funcionarios sirios han dejado claro que Siria no asistirá a la conferencia de Annapolis a menos que en el orden del día figure la ocupación israelí de los Altos del Golán.
Además de Hamas, varias facciones palestinas tienen previsto asistir a la conferencia de Damasco, incluido el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), la segunda facción más importante de la OLP después de Fatah. La participación del FPLP es significativa en cuanto que representa el final de la antigua unidad de la OLP contra Hamas que ha prevalecido desde la toma del poder por parte de ésta en la Franja de Gaza a mediados de junio. Abbas ya no puede seguir afirmando que disfruta del apoyo total de las facciones de la OLP en su largo enfrentamiento con Hamas.
Entre los participantes figurará también el Mando General del FPLP con sede en Damasco, a cuyo frente está Ahmed Yibril, así como también la organización para la Yihad Islámica, encabezada por Ramadan Abdullah Shallah. Faruk Al-Qaddumi y Hani Al-Hassan, dos miembros históricos de Fatah, han indicado que asistirán en protesta contra lo que denominan la «línea de Abbas» y «su sumisión ante EEUU e Israel».
Además de las facciones organizadas, hasta 700 palestinos e intelectuales árabes podrían acudir a la conferencia, dando al encuentro incluso mayor credibilidad aún como vehículo de expresión de la preocupación nacional.
Según sus organizadores, la conferencia tratará de reafirmar las constantes nacionales palestinas y reafirmará su oposición al «intento de liquidación de la causa palestina», especialmente del derecho al retorno de cinco millones de refugiados palestinos.
«La conferencia pondrá a dirigentes, intelectuales y políticos árabes y palestinos frente a frente con su responsabilidad nacional e histórica de no dar cobertura política a los planes estadounidense-israelíes de poner fin a la causa palestina en Annapolis», dice Mohamed Nazzal, miembro del buró político de Hamas. También tiene como objetivo poner de relieve la unidad nacional como piedra angular de la lucha por la liberación, que es por lo que, defiende Nazzal, Fatah afirma que la conferencia profundizará las divisiones y sería rechazada como «hipócrita» y «falsa».
«Abbas y sus hombres temen que la conferencia de Damasco ofrezca una alternativa a la OLP, lo que explica su impaciencia por abortar la reunión.»
Los organizadores afirman que los esfuerzos estadounidenses para presionar a Abbas a que se comprometa en cuestiones tales como el estatuto de Jerusalén y el derecho al retorno, han hecho de la convocatoria de la conferencia de Damasco una «emergencia nacional».
«El liderazgo de la OLP en Ramala ya no representa al pueblo palestino por dos razones: primera, es prisionero de la ocupación israelí y ha perdido cualquier semblanza de la independencia y libertad que hubiera tenido en otro tiempo, y segundo, los dirigentes de la OLP no han sido elegidos, son antidemocráticos y anacrónicos, dependiendo para su supuesta legitimidad de entidades obsoletas», dijo a Al Ahram Weekly Hassan Jreisha, miembro del Consejo Legislativo Palestino.
Jreisha reveló que existen planes para que la conferencia de Damasco tenga continuación en dos reuniones, una en Gaza, la segunda en Cisjordania, a fin de seguir denunciando que está descartada lo que describe como «esa farsa» -i.e. los esfuerzos dirigidos por EEUU para que Israel y Abbas, entre otras cuestiones, lleguen a un acuerdo sobre el derecho al retorno de los refugiados palestinos-.
El 28 de octubre pasado, el Jerusalem Post citaba a Sari Nusseibeh, un protegido de Abbas, diciendo: «Canjearemos el derecho al retorno por la retirada israelí a las fronteras de 1967».
La conferencia de Damasco, manifiestan fuentes cercanas a los organizadores, podría bien optar por escoger «entidades nacionales paralelas y alternativas» si llegara a quedar claro que la actual OLP en Ramala, con el apoyo de EEUU, trata de seguir adelante haciendo caso omiso del «consenso nacional palestino». Las instituciones paralelas podrían incluir un nuevo Consejo Nacional y un nuevo Comité Ejecutivo, ofreciendo una alternativa al actual comité ejecutivo de la OLP en Ramala que encabeza Abbas.
El diario isrelí Yediot Aharonot cita a un «importante dirigente palestino», del que no ha querido dar el nombre, declarando que ahora resulta vital elegir un nuevo presidente de la OLP: Abbas, alega, nunca fue debidamente elegido tras la muerte de Yasser Arafat hace tres años y la conferencia podría, por tanto, seleccionar una personalidad independiente para actuar como presidente paralelo de la OLP.
Al defender su liderazgo frente a las crecientes críticas, Abbas continúa insistiendo en que la OLP tiene derecho a negociar con Israel. Niega que esté planeando hacer concesiones de largo alcance a Israel en Annapolis y dice que cualquier acuerdo de paz que pudiera alcanzar con Israel tendría después que ser ratificado por una mayoría de los palestinos.
«Cualquier acuerdo a que se llegue sólo podrá implementarse una vez que haya sido ratificado, bien a través de un referéndum, donde todo el mundo, incluido Hamas, pueda expresar su opinión, o mediante la aprobación del Consejo Nacional Palestino, que representa al pueblo palestino», dijo Abbas.
Sin embargo, Jreisha defiende que, en su forma actual, el Consejo Nacional Palestino está muy lejos de representar al pueblo palestino y no está «cualificado» para decidir en cuestiones que determinarán su futuro. «Es un consejo senil que fue nombrado, no elegido, por Yasser Arafat. Es una entidad amorfa, y en realidad no sabemos cuántos miembros tiene. El CNP no es más que una burla».
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