Desde su humilde hogar en el barrio habanero de Lawton hasta las páginas de su blog «Negra cubana. tenía que ser», Sandra Álvarez ha vivido en una lucha constante por reivindicar su valor como ser humano, en una sociedad donde el machismo y las actitudes racistas aún son parte de la realidad cotidiana. En poco […]
Desde su humilde hogar en el barrio habanero de Lawton hasta las páginas de su blog «Negra cubana. tenía que ser», Sandra Álvarez ha vivido en una lucha constante por reivindicar su valor como ser humano, en una sociedad donde el machismo y las actitudes racistas aún son parte de la realidad cotidiana.
En poco más de dos años, su blog ha ganado reconocimiento en esta nación caribeña como espacio de encuentro de personas provenientes de diversas latitudes, interesadas en los estudios de género, la diversidad sexual, cuestiones raciales o el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), temas que concentran su labor de periodista ciudadana.
«Creo que de alguna manera mi blog le conviene al país», dijo Álvarez a IPS. Ella considera que su iniciativa coincide con la apertura paulatina a los debates sobre la diversidad sexual y el tema racial en medios académicos y de comunicación de la isla.
«Mi blog puede servir para recoger esas cosas que no suelen salir en la prensa», estimó esta joven licenciada en psicología. «No creo que esté diciendo nada del otro mundo, pero en Cuba no estamos acostumbrados», acotó.
La discusión abierta sobre la homosexualidad, el travestismo o la transexualidad es un fenómeno relativamente reciente en Cuba, donde en mayo pasado se celebró por primera vez una jornada nacional contra la homofobia, con apoyo oficial.
En cambio, el racismo sigue siendo una cuestión tabú, a pesar de los señalamientos de varios intelectuales locales sobre la persistencia de manifestaciones discriminatorias en los medios de comunicación masiva y en los programas de enseñanza general.
«Ser mujer nunca ha sido un problema, ser negra sí», aseguró Álvarez, de 35 años. Sin embargo, esta bloguera reconoce que ser una mujer «diferente», ajena a los estereotipos establecidos para su sexo, le ha cerrado espacios y por «decir lo que la gente no quiere oír» la han llamado «bocona y conflictiva».
«El límite me lo pone no tener la habilidad, no el hecho de ser mujer», indicó.
«Me di cuenta que las capacidades son humanas, no de mujeres y hombres. La sociedad te dice que las mujeres tienen que ser sensibles y los hombres valientes, pero la valentía y la sensibilidad son humanas», observó.
En Cuba, 10 por ciento de su población se reconoce negra y cerca de 25 por ciento mulata o mestiza, según el Censo de Población y Viviendas de 2002.
El artículo 42 de la Constitución nacional proscribe la «discriminación por motivo de raza, color de la piel, sexo, origen nacional, creencias religiosas y cualquier otra lesiva a la dignidad humana está proscrita».
En mayo de 1961, el gobierno de Fidel Castro eliminó los exclusivismos raciales, con la nacionalización de clubes y asociaciones.
«La mujer negra en Cuba tiene los mismos derechos y oportunidades que las otras mujeres, sin embargo me llama mucho la atención cómo es posible construir una identidad racial desde el hecho de que no te tomen en cuenta», apuntó Álvarez.
La falta de productos cosméticos específicos para personas no blancas o la escasa presencia de hombres y mujeres negras en la televisión estatal son, a su juicio, muestras de esta especie de invisibilidad calificada en uno de sus artículos para el blog como «ceguera blanca».
«Yo me tengo que preparar mucho, doblemente, pero no para ser blanca», afirmó Álvarez, quien trabaja como editora en el portal digital Cubaliteraria.
«Como soy negra estudio mucho porque tengo que demostrar a dónde puedo llegar», confesó esta mujer, que aún recuerda los consejos de su madre, una costurera pobre, sobre la necesidad de estudiar «porque en los negros la carrera vale el doble».
«Sé que la raza como concepto biológico no existe, pero socialmente y psicológicamente sí, porque la gente sigue mirando y diciendo: tenía que ser negro», sostuvo Álvarez.
Esa frase, dicha en la isla con un tono despectivo, le sirvió para nombrar su blog, aunque con un sentido opuesto a su carácter originalmente racista. Desde el inicio, su objetivo ha sido «propiciar la reflexión sobre algunas áreas de la vida cotidiana a partir del feminismo negro», según su ponencia titulada «El uso del blog desde el ciberfeminismo».
Esta corriente se sustenta sobre el uso de los ordenadores para propagar las ideas feministas, el intento de «desenmascarar los presupuestos machistas y patriarcales» existentes en Internet, la brecha tecnológica resultante de ellos, y la creación de comunidades virtuales donde «las mujeres puedan encontrarse a sí mismas y reconstruir su identidad fuera de la influencia de la mentalidad patriarcal».
«He recibido testimonios de mujeres que se han sentido identificadas y han tomado el blog como un espacio para ellas también», relató Álvarez. «Me ha servido para comunicarme con otras personas y sobre todo para expresarme», dijo.
Los blogs son sitios en Internet que suelen reflejar los intereses y opiniones de una persona, por lo general autor y administrador al mismo tiempo, sobre cualquier tema. Con frecuencia permiten la publicación de comentarios de los internautas, a partir de lo cual se tejen redes sociales multinacionales hoy en plena expansión.
La blogosfera cubana aún se encuentra en un estado incipiente, con unas pocas decenas de páginas personales, en un país donde el acceso a Internet está restringido a centros de trabajo y estudio según la estrategia establecida por el gobierno de priorizar la conectividad social por encima de la individual.
«Que mi blog no exista es ser cómplice de lo que no se dice, apuesto por decir las cosas, aunque las lean tres personas», sostuvo Álvarez. «No quiero que sea relevante, sino decir lo que necesito», afirmó.