Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
NAZARET – Rabinos extremistas y sus seguidores, decididos a librar una guerra santa contra los palestinos, están tomando silenciosamente las riendas del ejército israelí, según los críticos.
En un proceso que un historiador militar ha calificado de rápida «teologización» del ejército israelí, hay ahora unidades enteras de soldados religiosos en combate, muchos de ellos basados en asentamientos en Cisjordania. Siguen la opinión de rabinos de la línea dura que llaman a establecer un Gran Israel que incluya los territorios palestinos ocupados.
Su influencia en la conformación de los objetivos y métodos del ejército comienza a ser sentida, dicen los observadores, a medida que más y más graduados de los cursos para oficiales también provienen de la población religiosa extremista de Israel.
«Hemos llegado a un punto en el que una masa crítica de soldados religiosos tratan de negociar con el ejército sobre cómo y con qué propósito se emplea la fuerza militar en el campo de batalla,» dijo Yigal Levy, politólogo en la Universidad Abierta que ha escrito varios libros sobre el ejército israelí.
La nueva atmósfera se hizo evidente en la «fuerza excesiva» utilizada en la reciente operación en Gaza, dijo el doctor Levy. Más de 1.300 palestinos fueron muertos, en su mayoría civiles, y miles fueron heridos al ser arrasados barrios enteros de Gaza.
«Cuando soldados, incluyendo laicos, están imbuidos de ideas teológicas, se hacen menos sensibles a los derechos humanos o al sufrimiento del otro lado.»
El papel más importante de grupos religiosos extremistas en el ejército salió a la luz la semana pasada cuando se conoció que el rabinato del ejército había distribuido un folleto a los soldados preparándolos para la reciente ofensiva de 22 días en Gaza.
Yesh Din, un grupo israelí de derechos humanos, dijo que el material contenía mensajes «que rayaban en la incitación racista contra el pueblo palestino» y que podría haber alentado a los soldados a ignorar el derecho internacional.
El folleto cita ampliamente a Shlomo Aviner, un rabino de extrema derecha que dirige un seminario religioso en el sector musulmán de Jerusalén Este. Compara a los palestinos con los filisteos, el enemigo bíblico de los judíos.
Aconseja: «Cuando muestras piedad a un enemigo cruel, eres cruel hacia soldados puros y honestos… Ésta es una guerra contra asesinos.» Cita también una prohibición bíblica contra «la entrega de un solo milímetro» del Gran Israel.
El folleto fue aprobado por el rabino jefe del ejército, brigadier general Avichai Ronsky, de quien se informa que está determinado a mejorar «los valores en el combate» del ejército después de que no logró aplastar a Hezbolá en el Líbano en 2006.
El general Ronsky fue nombrado hace tres años con la intención, según los medios israelíes, de apaciguar a elementos religiosos de la línea dura dentro del ejército y a la comunidad de los colonos.
El general Ronsky, él mismo colono de la comunidad de Itimar, cerca de Nablus en Cisjordania, es cercano a grupos de extrema derecha. Según informes, realiza visitas regulares a miembros encarcelados de grupos terroristas judíos; ha ofrecido su casa a un colono que está bajo arresto domiciliario por herir palestinos; y ha presentado a altos oficiales a un pequeño grupo de colonos extremistas que viven entre los más de 150.000 palestinos en Hebrón.
También ha reajustado radicalmente el rabinato, que originalmente fue fundado para ofrecer servicios religiosos y asegurar que soldados religiosos pudieran observar el Sabbat y comer comidas kosher en las cantinas del ejército.
Durante el último año, el rabinato se ha hecho cargo efectivamente del papel del cuerpo de educación del ejército a través de su Departamento de Conciencia Judía, que coordina sus actividades con Elad, una organización de colonos activa en Jerusalén Este.
En octubre, el periódico Haaretz citó a un alto oficial anónimo que acusó al rabinato de realizar un «lavado de cerebro» religioso y político de los soldados.
El doctor Levy dijo que el poder del rabinato del ejército aumenta a medida que crecen las filas de soldados religiosos.
Rompiendo el Silencio, un proyecto realizado por soldados que tratan de denunciar la conducta del ejército hacia los palestinos, dijo que el folleto entregado a los soldados en Gaza había sido originado entre colonos de Hebrón.
«El documento ha existido desde por lo menos 2003,» dijo Mikhael Manekin, de 29 años, uno de los directores del grupo, él mismo religioso practicante. «Pero lo que es nuevo es que el ejército ha sido efectivamente subcontratado para promover los puntos de vista de colonos extremistas a sus soldados.»
El poder de la derecha religiosa en el ejército refleja tendencias sociales más amplias dentro de Israel, dijo el doctor Levy. Señaló que las cooperativas rurales conocidas como kibbutzim que otrora fueron la residencia de las clases medias seculares y produjeron la masa del cuerpo de oficiales han estado decreciendo desde comienzos de los años ochenta.
«El vacío dejado por su retirada gradual del ejército fue llenado por jóvenes religiosos y por los hijos de los asentamientos. Ahora dominan muchas ramas del ejército.»
Según las cifras citadas en los medios israelíes, más de un tercio de todos los soldados de combate de Israel son religiosos, así como más de un 40% de los que se gradúan en los cursos de oficiales.
El ejército ha alentado esa tendencia al crear unas dos docenas de hesder yeshivas, seminarios en los que los jóvenes pueden combinar estudios bíblicos con el servicio en el ejército en unidades religiosas separadas. Muchas de las yeshivas están basadas en Cisjordania, donde los estudiantes son educados por los rabinos extremistas de los asentamientos.
Ehud Barak, el ministro de defensa, ha expandido rápidamente el programa, aprobando cuatro yeshivas, tres basadas en asentamientos, el verano pasado. Se informa que otras 10 esperan su aprobación.
El señor Manekin, sin embargo, advirtió contra que se culpe sólo a la influencia de extremistas religiosos por la violencia infligida a los civiles de Gaza.
«El ejército sigue siendo dirigido por las elites seculares en Israel y siempre han sido irresponsables respecto a la seguridad de los civiles cuando van a la guerra. El nacionalismo judío que justifica las muertes palestinas es igual de peligroso que el extremismo religioso.»
Jonathan Cook es escritor y periodista. Vive en Nazaret, Israel. Su libro más reciente es «Disappearing Palestine: Israel’s Experiments in Human Despair» (Zed Books). Su página en Internet es: www.jkcook.net. La primera versión de este artículo apareció en The National (www.thenational.ae), publicada en Abu Dhabi.
Una versión de este artículo apareció originalmente en The National (www.thenational.ae), publicado en Abu Dhabi.