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Investigación: la muerte de Simon Wiesenthal y la violencia fascista en el País Valenciano

Uno de los detenidos en la última operación policial contra las bandas neonazis estuvo en prisión por el asesinato del joven Guillem Agulló

Fuentes: Lavanç/Rebelión

Según informa el periódico Levante y el diario independiente electrónico Vilaweb (1), Pedro Cuevas fue uno de los nueve detenidos que el pasado fin de semana ingresaron en prisión tras declarar ante la titular del juzgado de primera instancia e instrucción número 1 de Carlet, mientras los otros 11 quedaban en libertad con cargos. Único […]

Según informa el periódico Levante y el diario independiente electrónico Vilaweb (1), Pedro Cuevas fue uno de los nueve detenidos que el pasado fin de semana ingresaron en prisión tras declarar ante la titular del juzgado de primera instancia e instrucción número 1 de Carlet, mientras los otros 11 quedaban en libertad con cargos. Único acusado por el asesinato del joven independentista Guillem Agulló el 11 de Abril de 1993, a pesar de haber sido condenado a 16 años de prisión, salió a los cuatro años. En esta última operación policial contra presuntos integrantes del grupo neonazi Frente Anti-Sistema (FAS), se encontraron todo tipo de armas y propaganda filonazi. Entre los detenidos destacan también tres militares -hecho confirmado por el propio Ejército de Tierra- y un dirigente del partido ultraderechista Alianza para la Unidad Nacional (AUN), considerado el jefe del grupo. La reaparición de Pedro Cuevas pone de manifiesto una realidad de violencia fascista e impunidad potenciada por el Partido Popular en el País Valenciano. 

El pasado Martes 20 de Septiembre moría en Viena el famoso cazador de criminales nazis Simon Wiesenthal. Este judío después de pasar por los campos de concentración decidió dedicar toda su vida a intentar llevar ante la justicia a los nazis que lograron escapar de su país a Argentina, Estados Unidos o la costa valenciana. Más de 1100 nazis -entre ellos el jerarca nazi Adolf Eichmann, autor intelectual de la Solución Final que llevó a seis millones de personas al genocidio de los campos de concentración- fueron investigadas y arrestadas por este anciano nacido en Buczaz (actualmente Ucrania). Los medios de comunicación dedicaron numerosas y merecidas páginas a este personaje, sin embargo estos mismos medios no han tenido la voluntad de seguir su espíritu a pesar de los últimos episodios relacionados con la violencia neonazi.

La última operación policial contra grupos neonazis violentos -la Operación Pánzer– ha servido a la Delegación del Gobierno de cortina de humo frente a las diferentes convocatorias que se han dado por parte de grupos de extrema derecha en la ciudad de València de cara al próximo día 12 de Octubre, día de la hispanidad. Desde la semana pasada se desarrolla una operación de la Guardia Civil contra el denominado Frente Antisistema en diferentes puntos del País Valenciano. En estas operaciones, que todavía siguen en marcha, se han decomisado, entre muchas otras armas, lanzagranadas, munición de mortero, rifles y armas automáticas, dándose la casualidad de que entre los detenidos se encuentran tres individuos -dos soldados y un cabo- pertenecientes al Ejército español. Entre la larga lista de delitos imputados a los 22 detenidos, destacan la asociación ilícita, el depósito, tenencia y tráfico de armas, delitos contra los derechos fundamentales y las libertades públicas y delitos contra la salud pública. Los neonazis actuaban de forma jerarquizada y solían organizar cacerías de inmigrantes, homosexuales o personas sospechosas de pertenecer a la izquierda. A pesar de todas estas actividades, la policía ha tardado dos años en dar con los responsables.

Uno de los locales que utlizaban para reunirse, situado en la Avenida Tres Cruces de València estaba vinculado al partido Alianza para la Unidad Nacional (AUN), fundado por el conocido líder ultraderechista y presunto traficante de cocaina -el cual se encuentra actualmente cumpliendo condena por ello-, Ricardo Sáez de Ynestrillas. Además, el dirigente de AUN detenido durante la operación policial está considerado como el cabecilla del grupo, según informaba el periódico Levante. Estos hechos pasarían inadvertidos si no fuese por la situación que vive la ciudad de València y el País Valenciano respecto a los movimientos de extrema derecha. El hecho de que uno de los detenidos sea Pedro Cuevas -según publicaba el periódico Levante en su edición del miércoles 21 de Septiembre (2)- pone de manifiesto las relaciones entre la extrema derecha legal de José Luís Roberto Navarro, el Partido Popular y los grupos violentos neonazis.

Doce años sin Guillem Agulló

El 11 de Abril de 1993 era asesinado en Montanejos (Castellón) el joven independentista Guillem Agulló, perteneciente al colectivo juvenil Maulets, por un grupo de jóvenes neonazis que le siguieron desde la ciudad de València. Este hecho conmocionó a la sociedad valenciana. Después de un polémico proceso judicial, Pedro Cuevas fue condenado a 16 años de prisión. Sin embargo a los cuatro años volvía a las andadas.

Durante este proceso, se dieron todo tipo de campañas difamatorias contra Guillem Agulló, sobre todo desde el periódico Las Provincias, dirigido entonces por María Consuelo Reyna, la cual ha acabado sus días de periodista en un decadente periódico cuya venta diaria no llega a los mil ejemplares. Desde las tribunas de Las Provincias -especialmente desde la columna diaria de Consuelo Reyna, La Gota- se intentó criminalizar al joven asesinado y al movimiento al cual pertenecía, potenciando así un ambiente de confrontación en la sociedad valenciana. Los proyectos de María Consuelo Reyna y de su marido, Sánchez Carrascosa, después de espectaculares fracasos, sobreviven gracias a su antigua amistad con Eduardo Zaplana, actual portavoz del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados y ex-presidente de la Generalitat. Un tiempo después del asesinato de Agulló, Davide, un joven de origen gallego implicado en la campaña antifascista fue asesinado en extrañas circunstancias cerca de un centro social de la ciudad. El joven había sido señalado desde hacía un tiempo por el periódico Las Provincias. El mismo año 1993, miembros de la organización paramilitar Acción Radical, vinculada al asesinato de Agulló, son detenidos después de apuñalar una persona en el barrio de El Carmen y herir a otras dos.

El proceso judicial -que no se celebraría hasta Octubre de 1995- no fue menos polémico que los artículos de M. C. Reyna, y llegaron al extremo de que Maulets, el colectivo juvenil al que pertenecía el joven, se retirara como acusación particular al considerar que el juez no estaba siendo objetivo tratando el caso como un homicidio y no como un crimen político. De los encausados -Gerardo Mora, Juan Manuel Sánchez, Pedro Cuevas y Francisco García- sólo Cuevas fue condenado a 16 años de prisión. Éste cumplió cuatro años de prisión y ahora reaparece en escena a raíz de las últimas detenciones. Además, las investigaciones judiciales que se desarrollaron no pasaron de los jóvenes implicados, dejando libres de sospecha a los verdaderos organizadores de estos grupos de extrema derecha, que no son ni tan jóvenes ni tan desconocidos. Ahora, once años después del asesinato, Manuel Salazar Aguado es el abogado de uno de los detenidos en la denominada Operación Panzer (3). Casualmente este abogado es el socio de José Luís Roberto Navarro, conocido líder ultraderechista, compartiendo el despacho Roberto-Salazar en la calle Conde Altea de València. Todos los indicios parcen apuntar a una estrecha relación entre la extrema derecha legal y estas bandas ultraviolentas neonazis.

José Luís Roberto Navarro y la violencia neonazi.

José Luís Roberto Navarro, alias El Cojo, es un personaje bien conocido en el País Valenciano. Este personaje habría empezado su carrera en la extrema derecha organizando una serie de atentados a la izquierda independentista a finales de los años 80. Más tarde este abogado, que se habría licenciado a duras penas debido a sus pésimos resultados universitarios, estaría vinculado a lo que se conocerá como Acción Radical y su tapadera que persiste hasta la actualidad: la empresa Levantina de Seguridad. Un año antes del asesinato del joven nacionalista, en 1992, Acción Radical organizó un encuentro europeo de jóvenes neonazis en lo que se conoció como Concierto por la Raza. En el caso del asesinato de Agulló, los detenidos estaban vinculados a Acción Radical, e incluso uno de ellos a la propia empresa de seguridad de Roberto Navarro.

A pesar de las centenares de denuncias anuales hacia esta empresa por agresiones, las instituciones de la Generalitat Valenciana en manos de Francisco Camps, continúan concediendo contratos millonarios a Roberto para las tareas de vigilancia de los edificios administrativos especialmente las consellerias. La policía local de València es entrenada y preparada por Levantina de Seguridad y además esta empresa participa sistemáticamente en los desalojos de centros sociales okupados de la ciudad. Y es que las amistades de la extrema derecha valenciana con los cuerpos de seguridad del Estado y con el ejército español son ampliamente conocidas, sino, ¿cómo se explica que José Luís Roberto Navarro fuese durante tanto tiempo director de un colegio de Paterna pagado por el mismísimo Ministerio de Defensa donde solían asistir hijos de militares y de guardias civiles? ¿Se trata de pedagogía de la violencia? ¿Cómo se explican las dos medallas de honor concedidas a Roberto Navarro por el Ministerio de Defensa y por el Ministerio del Interior? Hace algunos años, la revista El Temps publicaba un reportaje de investigación en el que se relacionaba a este personaje con una tienda de venta de productos paramilitares, donde además se organizaban brigadas internacionales para combatir en las filas de las tropas croatas durante la guerra de Yugoslavia. Los redactores de la revista semanal fueron denunciados por el mismo Roberto, aunque finalmente ganarían el juicio y se demostraría la veracidad del reportaje. Casualmente en la Operación Panzer se decomisó un video titulado Croatas en Valencia. Los redactores de la revista El Temps no han sido los únicos señalados por Roberto: en una exposición de la ONG SOS Racisme sobre el fascismo en València en la cual aparecía irremediablemente su persona, éste y algunos de sus matones se presentaron para destruirla y agredir a los responsables de la exposición.

ANELA y el partido de Roberto Navarro.

Sin embargo, sus actividades empresariales no acaban aquí. Su faceta de representante a nivel estatal de la Asociación Estatal de Empresarios de Alterne (ANELA), le ha costado algún que otro disgusto político con algunas formaciones de la extrema derecha española más tradicionalista, a raíz de unas declaraciones en las que pedía mujeres inmigrantes para sus locales de alterne a pesar de estar en plena campaña contra la inmigración.

Su vertiente del proxenetismo tampoco impide que periódicos como Las Provincias, El Diario de Valencia o El Levante publiquen habitualmente sus pésimos artículos de opinión, entre otros uno de hace algunos años titulado Yo también tengo libros nazis. Finalmente, como no podía faltar, Canal 9, máximo órgano de expresión del PP en el País Valenciano invita asiduamente a este personaje a sus tertulias. La última aventura de Roberto es el espectáculo del Valetudo, práctica deportiva frecuentada por los jóvenes neonazis que consiste en llevar la pelea urbana libre de cualquier regla a un ring. Estas prácticas denunciadas incluso por las instituciones oficiales del deporte, alimentan económicamente el bolsillo de Roberto, al igual que los negocios de ocio que se extienden desde Marsella hasta Alicante, donde aparecen antiguos miembros de la Legión francesa, mercenarios convertidos a empresarios de la noche y destacados miembros del Frente Nacional Francés, que cuenta con el 15% de los votos en Francia. Casualmente, el partido de Roberto Navarro -España 2000- mantiene unas intensas relaciones con la formación francesa de extrema derecha. Estas relaciones se tradujeron, el pasado 1992, en la asistencia del mismísimo Jean Marie Le Pen a una de las manifestaciones organizadas por Roberto en Russafa.

Desde hace algunos años, Roberto Navarro mantiene una nueva plataforma electoral de la extrema derecha, con la cual pretende modernizar un discurso y una estética que comenzaba a resultar anacrónica, aunque los resultados electorales sean pésimos. Muchos de los jóvenes neonazis abandonaban la estética skinhead e ingresaban en este partido que desde hace algunos años ha venido protagonizando diferentes manifestaciones en la ciudad de València. Estas manifestaciones han sido sistemáticamente denunciadas por partidos políticos, sindicatos, ONG’s y movimientos sociales, por la apología del holocausto, por exaltación pública del racismo y de la xenofobia -especialmente la islamofobia- y sistemáticamente autorizadas por la Delegación del Gobierno. Además después de este tipo de manifestaciones -desfilaban por barrios marcados por la convivencia entre las diferentes etnias y culturas, como Ruzafa- se daban sistemáticamente episodios de palizas contra inmigrantes y contra jóvenes. En estas manifestaciones -que no superaban las cincuenta personas- la propia empresa Levantina de Seguridad era la responsable del servicio del orden, demostrando el solapamiento que se da entre la citada empresa y el partido. En estas manifestaciones a parte de los gritos de ¡Moros no, España no es un zoo!, los vecinos del barrio también podían escuchar cánticos como ¡Hitler, Hitler! La policía cargaba violentamente contra las contramanifestaciones antifascistas, resultando habitualmente varios detenidos y heridos.

Otra de las actividades favoritas de España 2000 es intentar infiltrarse a través de lo que denominan Dirección de Protección y Seguridad (DPS) -idea calcada al pie de la letra del Frente Nacional francés- en manifestaciones y actos de la izquierda y de los movimientos sociales. Durante estas infiltraciones se dedican a fotografiar y a grabar a las personas que acuden a ciertos actos -como el mismo partido publica en su página web- para mantener un control y una intimidación de los movimientos sociales y vecinales, además de las amenazas y coacciones que suelen protagonizar. Un ejemplo de ello fue el intento de boicot protagonizado por el mismo Roberto y un grupo de diez matones de su partido a una charla en la Facultad de Filología de la Universitat de València organizada por un sindicato de estudiantes, presentándose en el acto y amenazando y coaccionando a sus asistentes al más puro estilo del Sindicato de Estudiantes Universitarios de los años del franquismo. En este caso ni la policía ni el equipo del rector hicieron el más mínimo esfuerzo para impedir estos hechos. De hecho estas actividades no son nuevas. Hace ya algunos años que el mismo Roberto y su equipo de la DPS obligaron a anular una charla sobre la situación del País Vasco en el Ateneu de Russafa, e intentaron lo mismo, unos años más tarde, con una charla del periodista Pepe Rei en la misma Universitat de València.

Las evidencias y el círculo que se cierra.

La última manifestación convocada por España 2000 en València es para el día 12 de Octubre, bajo el lema «orgullosos de ser españoles». El acto, de convocatoria estatal, ha sido parcialmente abortado por estar ese día solicitado el trayecto que la manifestación tenía previsto recorrer. Sin embargo, no parece que las intenciones del grupúsculo hayan variado.

Todas las evidencias y todas las casualidades parecerían ubicarse en un mismo círculo que se cerrase: las bandas neonazis violentas y el asesinato de Guillem Agulló, España 2000, José Luís Roberto Navarro y la empresa Levantina de Seguridad… Y, como no podía faltar, los contratos millonarios otorgados por el Partido Popular.

Doce años después del asesinato de Guillem Agulló, todo son preguntas.

En València todo son preguntas. ¿Cómo se explica que uno de los últimos detenidos saliera a los cuatro años de la prisión tras asesinar a Guillem Agulló? ¿Saldrá tan pronto esta vez? ¿Continuará la delegación del gobierno -actualmente en manos del PSOE y ya no del PP- concediendo permisos a este tipo de manifestaciones como hasta ahora? ¿Continuará el Partido Popular concediendo contratos millonarios a la empresa Levantina de Seguridad denunciada en incontables ocasiones? ¿Por qué le es tan útil al Partido Popular esta extrema derecha violenta? ¿Tendrá que producirse otro asesinato para que haya alguna respuesta contra estos grupos fascistas?

Simon Wiesenthal juró no olvidar nunca los nombre de sus verdugos en los campos de concentración del nazismo, para después perseguirlos y llevarlos ante la justicia internacional. Sigamos el ejemplo de este fallecido anciano y no olvidemos tampoco estos nombres del círculo que se cierra.

Notas:

(1) Véase: http://www.vilaweb.com/www/noticia?p_idcmp=1527088

(2) Véase la edición digital de El Levante del miércoles 21 de septiembre del 2005 en: http://www.levante-emv.es/

(3) Véase la edición del Miércoles 21 de Septiembre de 2005 del periódico Las Provincias.