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València, como Baltimore

Fuentes: L'Informatiu.com

Seguramente muchos de ustedes ya hayan tenido la fortuna de ver The Wire. Si no es así, les comento que se trata de una serie de televisión que, pese a no obtener durante su emisión un gran respaldo de las audiencias, es considerada de modo casi unánime como la mejor ficción televisiva de todos los […]

Seguramente muchos de ustedes ya hayan tenido la fortuna de ver The Wire. Si no es así, les comento que se trata de una serie de televisión que, pese a no obtener durante su emisión un gran respaldo de las audiencias, es considerada de modo casi unánime como la mejor ficción televisiva de todos los tiempos. Y si es así se debe, entre otras cosas, a lo contrario: a que lo que cuenta The Wire es tan real como la vida misma. Porque en la serie, sus creadores -el periodista, escritor y ahora productor David Simon, y el ex policía Ed Burns– trataron de radiografiar con precisión y desde diversas perspectivas (y con una investigación policial como telón de fondo) el funcionamiento de una gran ciudad en decadencia. Y lo consiguieron. En este caso, el Baltimore en que uno desarrolló su carrera periodística y el otro la policial. Así, a lo largo de cinco temporadas el espectador, como si de una excelente novela negra se tratara, va conociendo cómo se manejan los engranajes de una ciudad: cómo se mueve su policía, cómo funcionan los sindicatos, cómo la educación pública, cómo los medios de comunicación, y cómo, finalmente, la delincuencia navega entre todo ello. Es una obra maestra y nadie debería dejar de verla.

El visionado de ‘The Wire’ ayuda y mucho a entender la realidad que a uno le rodea. En el caso de València, la ciudad en la que vivo, el parecido con determinados detalles es asombroso

No diré que haciéndolo se aprenda más que leyendo una decena de libros o centenares de periódicos, porque depende que qué libros y qué diarios atienda uno; pero desde luego, su visionado ayuda y mucho a entender la realidad que a uno le rodea. En el caso de València, la ciudad en la que vivo, el parecido con determinados detalles es asombroso. Les pondré dos ejemplos sencillos que, los que hayan visto The Wire, entenderán con más facilidad. Por ejemplo, es más fácil entender cómo la Policía Nacional cargó contra los ciudadanos que defendían el Cabanyal hace unos meses, a pesar que desde el gobierno en Madrid se apunta a la salvación del enclave: porque para los responsables valencianos de la policía el Cabanyal es el «Hamsterdam» de The Wire, ese espacio en el que pueden refugiar parte del tráfico de drogas para tenerlo controlado, molestando a unos pocos, pero alejado de los muchos, y facilitándoles su control, que sería imposible si no se centrara en un enclave.

Otro más reciente: ¿por qué también la Policía Nacional detiene a inmigrantes interpelándoles en lugares de paso por el color de su piel o buscándolos junto a las fundaciones de ayuda a las que van a estudiar y a realizar los trámites para su regularización? Pues porque para los responsables de los cuerpos de seguridad, lo importante es cuadrar los números, y si para completar el cupo de inmigrantes irregularizados detenidos, en lugar de ir a buscar a los que puedan estar delinquiendo -con el esfuerzo que eso supondría-, pueden plantarse junto a los lugares de paso en los que los que tienen deseos de normalizar su situación y detenerlos a ojo y sin que opongan resistencia, mejor. Lo importante son los números. Lo contaba The Wire y, por desgracia, la actualidad de València confirma que, aquí al menos, es así. Por muy lejos que parezca que estamos del oeste de Baltimore.

Fuente: http://www.linformatiu.com/nc/opinio/detalle/articulo/valencia-como-baltimore/