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Vanunu: «Quería impedir el uso de armas atómicas»

Fuentes: IMEMC

Traducido para Rebelión por Germán Leyens

A la espera de la libertad

Mientras presionan a Irán para que interrumpa su programa nuclear, la posesión de armas nucleares por Israel casi no recibe atención alguna. Aunque pone en peligro su propia libertad, Mordechai Vanunu consideró que tenía la obligación de revelar que Israel ya poseía armas nucleares hace dos décadas. Por hacerlo, agentes del Mossad israelí lo secuestraron en Italia, lo condujeron a Israel y fue sentenciado a 18 años de prisión por espionaje y traición. Tommy Lapid, ex ministro de justicia israelí, líder del partido laico centrista Shinui, quería que lo ahorcaran.

El 21 de abril del año pasado Vanunu fue liberado, -después de más de 6.500 días de encarcelamiento. Pero sigue sin gozar de libertad. Desde su liberación ha sido arrestado dos veces por soldados israelíes, y – lo que es más importante – se le prohíbe que abandone lo que considera su «prisión israelí».

El corresponsal de IMEMC, Kristoffer Larsson, entrevistó a Vanunu sobre su acto y sus esperanzas futuras.

Kristoffer Larsson: Ante todo, le agradezco que se haya hecho tiempo para participar en esta entrevista.

Mordechai Vanunu: (asiente con la cabeza)

KL: Comencemos por el principio. Usted nació en Marruecos en 1954. ¿Por qué emigró su familia a Israel?

MV: Mi familia emigró a Israel en 1963 como la mayoría de los judíos marroquíes.

KL: ¿Tuvo un papel importante en su vida el judaísmo?

MV: Oh, sí, nací en una familia judía religiosa, y me enviaron también a la escuela infantil judía. Pero ya a temprana edad comencé a rechazar y a criticar al judaísmo.

KL: ¿Podría contarnos algo sobre su infancia?

MV: Viví en una ciudad muy pobre en esa época. Beer Sheva, en un pobre vecindario de judíos que inmigraron de Marruecos. Era una vida muy pobre, poca actividad. Solía jugar fútbol con los niños.

KL: ¿Tuvo hermanos o hermanas?

MV: Tengo una familia grande, somos once hermanos y hermanas, soy el segundo. Solía ayudar a mi madre y a mi padre a criar a todos esos niños. Fui un estudiante muy bueno en esos años. A los 18 años, en la secundaria, viví en un internado.

KL: ¿Qué estudió después, en la universidad?

MV: Serví en el ejército durante tres años. Mi trabajo era entrenar a soldados novatos. No fue una actividad militar, sólo entrenar soldados. Fue cerca de Gush Etzyon en Belén. Después fui a estudiar a la universidad. Terminé mi bachillerato y estudié física durante un año. Después de eso lo dejé y fui a trabajar al centro nuclear de Dimona durante nueve años. Mientras trabajaba allí, también estudié filosofía y geografía en la universidad.

KL: ¿Cómo llegó a ser empleado en Dimona?

MV: Simplemente me postulé, porque publicaron un anuncio en un periódico buscando jóvenes para ir a trabajar en el centro nuclear Dimona. Así que seguí la información en el periódico y fui a la oficina en Beer Sheva. Me aconsejaron que fuera, me dieron papeles que llenar, y así pasó.

KL: ¿Qué sabía sobre Dimona en esa época?

MV: Sabía que tal vez estaban involucrados en armas nucleares, pero nada más- Solían escribir en los periódicos que tal vez tenían armas atómicas, pero eso es todo.

KL: ¿Sabía alguno de sus colegas que ellos tenían armas nucleares?

MV: ¿Los que trabajaban en el lugar?

KL: Sí.

MV: En el sitio en el que trabajaba, en ese edificio, por cierto que lo sabían. Porque producían el material para armas nucleares, plutonio. Así que cualquiera que tenga un poco de entendimiento del asunto sabe que plutonio es para armas nucleares. Y también, ese sitio es muy secreto, lo que significa que están involucrados en alguna producción de armas. Así que los que trabajan en ese sitio saben exactamente que están produciendo armas atómicas, incluso si no las han visto. Pero saben que están produciendo armas.

KL: ¿Cuál era su trabajo en Dimona?

MV: Mi trabajo en los primeros años fue producir plutonio, separar el plutonio de materiales radioactivos y de uranio, y pasar el uranio a la estación siguiente. Así que el trabajo de cada día era producir plutonio, y sabíamos exactamente cuánto producíamos.

KL: ¿Cuándo comenzó a cuestionar los actos del gobierno israelí?

MV: Pienso que en los primeros años tenía una actitud de crítica, de hacer preguntas. Quería saber qué es lo que hacían. Y sabía que se producía plutonio, así que sabía cuántas armas atómicas podían tener. Y al mismo tiempo, ellos mienten al pueblo israelí y al mundo sobre lo que tienen. Así que tal vez comencé a criticar este sistema cuando me di cuenta cuántas armas atómicas estaban produciendo y que yo formaba parte de esas mentiras y engaños.

KL: ¿Cuándo comenzó a considerar la posibilidad de revelar eso al mundo?

MV: Después comencé a participar en política en la universidad, a apoyar a los palestinos. También comencé a criticar a Israel cuando invadieron Líbano en 1982, También tal vez comencé a criticar a Israel cuando bombardearon el reactor iraquí en 1981. Yo trabajaba en ese sitio y vi. cómo bombardearon Irak y al mismo tiempo estaban engañando en ese lugar.

Así que decidí revelar la información tal vez unos cuatro o tres años antes de abandonar el sitio, pero no tenía ningún plan en particular. Sólo pensaba que iría y hablaría.

KL: ¿Cree que alguno de sus colegas en Dimona tuvo los mismos pensamientos, sobre esa revelación?

MV: No. La mayoría de ellos son muy buenos judíos sionistas y confían en el gobierno israelí. Tal vez haya algunas personas que lo critican, pero no lo expresan. No están dispuestos a hacer ninguna cosa.

KL: Y después de esto, usted abandonó Israel…

MV: Después de renunciar a mi trabajo, decidí que me iba a Estados Unidos, pero fui al Lejano Oriente. Así que fui a Tailandia y Nepal, viajé por las montañas del Himalaya, caminando, haciendo senderismo. Y luego fui a Bangkok, Singapur y Australia. Y me hice bautizar en Sydney.

KL: ¿Por qué decidió hacerse bautizar?

MV: Porque, como le dije, a la edad de 16, comencé a criticar el judaísmo y decidí que quería abandonar esa fe judía. Así que desde los 16 hasta los 30, creciendo, criticando, haciendo preguntas, rechazando, hasta que me liberé. Decidí que no iba a volver atrás a Israel. Quería comenzar una nueva vida, así que decidí que también quería bautizarme.

KL: ¿Cómo reaccionaron su familia y sus amigos ante su bautismo?

MV: En esa época nadie sabía de mi bautismo. No hablé con nadie. Sé que no les gusta. Sólo se lo dije a un hermano. Pero cuando me secuestraron en Roma y me trajeron acá, descubrieron mi bautismo y no les gustó. Trataron de hacerme volver al judaísmo.

KL: ¿Por qué decidió revelar esta historia al London Sunday Times?

MV: Porque, como le dije, Israel está mintiendo, engañando, y también, a través de mi trabajo, sabía que Israel estaba produciendo más de 40 kilogramos de plutonio por año. Bastan para diez bombas atómicas por año. Decidí que eso era demasiado. Israel tenía muchas, muchas armas atómicas y podrían ser utilizadas por Israel en una próxima guerra en esa época, contra algunos estados árabes. Quería impedir el uso de armas atómicas.

KL: ¿Creyó el Sunday Times su historia?

MV: Les llevé fotos, tomé fotos secretas en ese lugar, les di toda la información sobre cómo producen plutonio. Un científico nuclear me hizo preguntas, y aceptó lo que yo decía, decían que querían comprobarlo más y más.

KL: ¿Cuánto se demoraron?

MV: Cerca de un mes. Pero antes de que fuera publicado, Israel me secuestró en Roma. Lo publicaron unos pocos días antes de que fuera secuestrado.

KL: ¿Cómo encontró a «Cindy», la espía del Mossad?

MV: La encontré en las calles de Londres. Era de noche, yo iba caminando, le pregunté «¿Cómo le va?» y entonces comenzamos a hablar y a vernos.

KL: Y después los dos fueron en un viaje a Roma.

MV: Volamos a Roma y entonces me atacaron de inmediato.

KL: ¿Lo sorprendió que el mundo no haya reaccionado cuando lo secuestraron?

MV: Sí, me desilusionó mucho que el mundo no hiciera nada, desde Roma a Washington, desde Londres a … Estocolmo. A nadie le importó, nadie habló para defenderme. Sigue siendo igual. Ninguno de los gobiernos habla de mi y de mi caso, todos se quedan callados.

KL: ¿Por qué piensa que tienen tanto miedo de criticar a Israel?

MV: Pienso que tienen un problema en cuanto a Israel, qué hacer y qué decir. Porque ahora Israel tiene esas armas atómicas, y se siente muy fuerte, y no le importa lo que cualquier gobierno diga. Nadie puede decirle qué hacer.

KL: Lo que nos lleva a otra pregunta. ¿Piensa que Israel está dispuesto a utilizar sus armas nucleares?

MV: Israel, creo, estaba dispuesto a utilizarlas. Pero ahora, desde mi publicación y cuando todo el mundo está informado al respecto, el mundo no le permitirá que utilice sus armas.

KL: Un antiguo director del Mossad reveló que Israel consideró asesinarlo a usted, pero que no lo hicieron «porque judíos no matan a judíos». En todo caso, lo sentenciaron a 18 años en prisión. ¿Le sorprendió la sentencia?

MV: Sí. Me sentenciaron como espía y traidor, pero yo no era espía. Yo di la información a The Sunday Times, así que deberían haberme sentenciado como un hombre que habla con los medios. Pero el juez me sentenció como espía y me dio una sentencia muy dura, muy larga.

Israel no me mató porque «judíos no matan judíos», sino porque ellos no sabían qué hacer en este caso. Estos espías judíos del Mossad, matan ellos mismos a muchos judíos. Cuando quieren, los matan. A algunos de ellos los matan en secreto, en algunos casos lo llaman «ataques cardíacos». Ellos, el Mossad, incluso tuvieron que ver con el asesinato de Rabin. Así que eso de que «judíos no matan judíos» es una mierda.

KL: ¿Piensa que tuvo un juicio justo?

MV: De ninguna manera. Fue a puertas cerradas, no se permitió que nadie entrara. Sólo estábamos yo y mi abogado. Y no se permitió que el juez escuchara nada de parte del gobierno, que explicara a la corte por qué Israel tiene 200 armas nucleares, por qué han comenzado a producir la bomba de hidrógeno. Le dije todo esto al tribunal, pero no se le permitió formular preguntas. Pedimos que testimoniara Shimon Peres, queríamos preguntarle por qué decía que Dimona era pacífico, por qué si tiene 200 armas nucleares. No existe justicia si el juez no puede hacer preguntas.

KL: ¿Cómo se sintió cuando anunciaron que usted tendría que pasar 18 años en prisión?

MV: Me sentí muy mal. Mucha ira. Estaba alterado. No podía creer que fueran 18 años. Uno se siente como si lo estuvieran condenando por matar a alguien al que no mató. Como si sacaran a cualquiera de la calle y lo condenaran por asesino, pero no asesinó a nadie. Nadie le cree, ¿así que qué va a hacer? El juez decide que ha matado, pero no mató a nadie.

KL: Usted tuvo que pasar dos tercios de esa pena en incomunicación. ¿Qué le mantuvo en vida?

MV: Mi fuerte creencia en mi acto; era muy, muy fuerte. Decidí que tenía que ser fuerte. Y quería derrotar a los que me secuestraron y me sentenciaron equivocada e injustamente. Decidí que quería sobrevivir y salir y hablar. Así que ese deseo de volver me dio la fuerza para continuar todo ese tiempo.

KL: ¿Pensó en algún momento, durante ese tiempo, que tal vez no valió la pena?

MV: No, nunca tuve ninguna duda sobre lo que hice. Lo que me intrigaba era por qué tenía que sufrir. Tenía bien claro que era algo que tenía que hacer. Porque tenía la información, me sentí obligado a publicarla. Eso tenía que ser hecho. Alguien tenía que hacerlo. Creo que también vi como el mundo ha cambiado. El mundo ignoró mi historia, pero el mundo en realidad ha cambiado desde que la revelé. La Guerra Fría ha terminado, la carrera nuclear se detuvo.

KL: ¿Cómo reaccionaron su familia y sus amigos ante su revelación de que Israel tiene armas nucleares?

MV: A mi familia no le gustó. No quieren verse frente al público. No sé respecto a alguno de mis amigos, porque me secuestraron y me metieron en la prisión durante 18 años, y no tuve ningún contacto con nadie, así que no sé. Pero la mayoría de ellos me consideró un traidor y un espía.

KL: ¿Y el público israelí?

MV: El público israelí está sometido a un lavado de cerebro por los medios israelíes. Le dicen que soy un enemigo de Israel y un traidor, y también utilizan mi cristiandad para probar que soy un enemigo. Porque la mayoría de los judíos no aceptan a judíos que se convierten a otras fes.

KL: ¿Cómo lo ha tratado el mundo por lo que hizo, afuera de Israel?

MV: He recibido muchas simpatías y apoyo de individuos, de activistas por la paz, de organizaciones, pero no de gobiernos. Cuento con mucho apoyo y simpatía en todo el mundo.

KL: ¿Hay algo que quisiera agregar?

MV: Sigo esperando mi libertad. Quisiera que el mundo asegurara mi plena libertad, poder abandonar este país y gozar de libertad. He sufrido bastante – 18 años, y ahora más años en la prisión Israel. Necesito gozar de mi libertad, libertad, contribuir a la paz en el mundo. El mundo debería ser valeroso e intervenir para apoyarme y criticar a Israel. Espero que algún Estado se despierte, especialmente en Escandinavia – Suecia, Dinamarca, Noruega, son muy buenos en el apoyo a los seres humanos… Deberían exigir a Israel que me den mi libertad.

KL: ¿Dónde quisiera ir, si pudiera escoger?

MV: Iría a Europa o a Estados Unidos

KL: Muchas gracias

MV: (asiente con la cabeza)

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25 de agosto de 2005