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Vargas Llosa sigue marcando huella en la Avenida de la Hipocresía

Fuentes: Rebelión

Llegado el momento anunciado, se ha consumado el «cambio» en la jefatura del Estado español. Y se ha producido de la manera más antidemocrática posible: el hijo del jefe asignado por Franco hace 39 años ya ha cobrado la herencia de su padre y ahora es él el «preparado» rey y jefe del Estado de […]

Llegado el momento anunciado, se ha consumado el «cambio» en la jefatura del Estado español. Y se ha producido de la manera más antidemocrática posible: el hijo del jefe asignado por Franco hace 39 años ya ha cobrado la herencia de su padre y ahora es él el «preparado» rey y jefe del Estado de «todos los españoles» que, al igual que el sustituido, «trabajará» para un puñado de privilegiados en detrimento del pueblo. Este hecho ha propiciado que, en los últimos días, numerosos individuos hayan dejado su huella marcada en la larga, ancha y siempre concurrida Avenida de la Hipocresía. Uno de ellos ha sido el escritor peruano y español Mario Vargas Llosa.

El pasado 15 de junio, el diario «El País» -medio mentiroso y tergiversador donde los haya- publicó un artículo de opinión del otrora defensor de causas justas como la Revolución Cubana. No lo leí, porque no tengo costumbre de leer lo que escribe tan parásito e indigno individuo; solo me detuve en el título -«Cambio de guardia»-, en los subtítulos y en el párrafo final. Me llamaron la atención, aunque, si bien es cierto, no me produjeron sorpresa alguna. Decía uno de ellos refiriéndose al Reino de España y al monarca saliente: «Sin el rey Juan Carlos de Borbón no hubiera sido posible una Transición pacífica, consensuada e inteligente».

El Nobel de literatura es un interesado reaccionario y pertenece a lo más rastrero de la especie humana, pero no es tonto. Por eso sabe que miente cuando dice semejantes estupideces que, lamentablemente, muchísima gente se las cree. La llamada Transición no existió, por la sencilla razón de que nunca se produjo la ruptura con el franquismo que la ciudadanía demandaba en la calle; a día de hoy, aquellas infectas estructuras del Estado siguen intactas. ¿Se puede tener alguna duda con todo lo que hemos visto estos días? Lo sangrante del caso es que, además, Vargas Llosa dice que fue «pacífica, consensuada e inteligente», lo que es totalmente falso, además de un insulto muy grave.

Lo he dicho en más de una ocasión pero, ante la preocupante amnesia y desinformación que se padece, no está de más recordar que entre 1976 y 1980 -con Adolfo Suárez como presidente del gobierno- la policía, la Guardia Civil y la extrema derecha asesinaron impunemente a más de 100 personas, y miles de detenidos fueron salvajemente torturados.

El «consenso» que se les atribuye a los conductores de la «Transición» -fundamentalmente a Suárez y al Borbón- fue construido a base de salvaje represión y la captación de algunos individuos claves para convertirlos en traidores. Y eso Vargas Llosa, que no es tonto, insisto, lo sabe.

Otro de los subtítulos del mencionado artículo mentía: «Don Felipe VI va a reinar sobre una democracia moderna y respetada, un país libre, solvente y culto».

De democracia nada de nada, porque un rey que ostenta la jefatura del Estado, no cuenta con la aprobación de la ciudadanía y, además, fue impuesto por un fascista que derrocó a una República legalmente constituida jamás podrá liderar una democracia; se mire como se mire, la incompatibilidad entre monarquía y democracia es sin duda manifiesta. Sin embargo, el escritor no se sonroja e incluso la califica de moderna, cuando no hay nada más anacrónico ridículo e insultante que una monarquía en todos los tiempos, y más en los actuales.

También la califica de respetada. ¿Respetada por quién? Como si no siguiera los dictados del siniestro Fondo Monetario Internacional, el gobierno de los Estados Unidos y la dirigencia más reaccionaria de la UE, todos ellos aplicados agentes del gran capital. En cuanto a la solvencia que le atribuye, ¿dónde está?, ¿en las arcas de toda la población o en los bolsillos del ya mencionado puñado de privilegiados? A Vargas Llosa la grave crisis económica que se vive en el estado Español le importa un carajo, porque el dinero le sale por las orejas y hace ya muchísimos años que vive en la parásita abundancia. Pero sabe que en este territorio del sur de Europa hay muchísimos pobres que cada vez son más pobres, y un puñado de ricos que cada vez son más ricos.

Dice que el nuevo rey va a reinar en un país libre cuando, sin ir más lejos, el mismo día de su coronación se prohibieron manifestaciones en contra de la monarquía y a favor de la República, prohibiéndose también la exhibición de banderas y símbolos republicanos. Y este ejemplo solo es una anécdota, porque ¿qué libertad puede tener un pueblo que es ninguneado de tal manera que no puede elegir entre monarquía o Republica ni tampoco al Jefe del Estado?

Habla Vargas Llosa de un país culto, pero obvia que en este país «culto» existen un millón de personas, aproximadamente, que aunque quieran no pueden leer sus libros, por la sencilla razón de que son analfabetas. Lo que, tratándose de un país del llamado Primer Mundo, es una auténtica vergüenza. Curiosamente, Cuba -ese país tan injusta y ridículamente criticado por Vargas Llosa y que erradicó el analfabetismo en su territorio en 1961-está combatiendo con su método de alfabetización «Yo si puedo» el analfabetismo en el Reino de España. Y lo hace de manera efectiva -en Sevilla, por ejemplo- como lo ha hecho en otras muchas partes del mundo. Sépase que el nivel educativo de España está muy por debajo de la media de los demás países «desarrollados».

Termina Vargas Llosa su artículo pidiendo y nuevamente mintiendo: «Ayudemos todos a su majestad don Felipe VI a tener éxito poniendo nuestro granito de arena en la tarea de mantener a España unida, diversa y libre como lo ha sido estos 39 últimos años».

Esperemos que la petición de ayuda que solicita Vargas Llosa sea desoída. Que nadie facilite el trabajo saqueador a nuestros saqueadores; que la aportación de nuestro granito de arena sea justo para lo contrario. Afortunadamente, la población de este engendro que llamamos España cada vez abre más la boca y no precisamente para bostezar.

Blog del autor: http://baragua.wordpress.com

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.