«La única lucha que se pierde es la que se abandona» Ernesto Che Guevara Creo que es innecesario tener que presentar al trovador cubano Vicente Feliú, quien junto a Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Noel Nicola fundó, en los años setenta, la Nueva Trova cubana, movimiento con un compromiso militante, una actitud de apoyo a […]
«La única lucha que se pierde es la que se abandona» Ernesto Che Guevara
Creo que es innecesario tener que presentar al trovador cubano Vicente Feliú, quien junto a Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Noel Nicola fundó, en los años setenta, la Nueva Trova cubana, movimiento con un compromiso militante, una actitud de apoyo a las ideas de transformación social, que soplaban por todo el mundo por aquel entonces, actitud que mantuvo a través de décadas y que sigue siendo, hoy, su principal fuente inspiradora.
Tuve la suerte de conocer a Vicente gracias a la escritora cubana desaparecida Celia Hart Santamaría, que a lo largo de su corta vida tuvo siempre la preocupación de romper barreras y construir puentes de unidad y solidaridad, especialmente en la lucha por la liberación de los Cinco cubanos. Por desgracia, la desaparición física de Celia en el 2008, nos dejó un vacío inmenso, y la sensación de que todos nosotros, que siempre le ofrecimos un afecto muy sincero, íbamos a sentirnos un poco abandonados. Me conecté con Vicente nuevamente gracias a otra gran amiga, una cantante latinoamericana, exactamente, de Honduras: Karla Lara.
De nuevo regresa el concepto de «puente» de Celia, la clave de mi solidaridad internacionalista, de nuevo los mismos ideales martianos, morazanistas, guevarianos nos unen a los tres, en un gran abrazo, porque, como decía la Hart Santamaría: «Puente es el vínculo ideal entre los que somos diferentes por circunstancias externas. Todavía no sé por qué somos «diferentes» porque son iguales nuestros sueños, porque en casi todos los idiomas la palabra amor no tiene sinónimos, porque en todos los lugares del planeta el Sol regala su calor y la primavera empuja las flores al viento».
Así que cuando el 15 septiembre de 2010, Día de la Independencia de Honduras de la corona española, recibí la noticia de que los gorilas de la policía habían atacado al grupo musical Café Guancasco, destruido sus instrumentos valorados en $ 25.000, y habían amenazado a Karla Lara y a otros Artistas en Resistencia, con la ayuda de Rosa Báez, conocida bloguera cubana, decidí rápidamente notificar todo a Vicente Feliú, de modo que pudiera convocar, principalmente a los artistas, de todo el mundo, para denunciar públicamente esta barbarie, para crear un puente de solidaridad a fin de que la derrota se revierta en victoria.
El problema es que el gobierno espurio de Pepe Lobo, niño mal parido del golpe de estado cívico-militar del 28 de junio del 2009 en Honduras, es tan bruto y violento, que no puede hacer nada contra la cultura, no está dispuesto a aceptar que el arte, cuando se logra hacer bien y se sabe usar, es prácticamente invencible.
Así que Vicente, en calidad de coordinador general de «Canto de Todos», que forma parte del ALBA Cultural (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) tomó su guitarra de combate e hizo un llamado a muchos artistas en todo el mundo.
Como dice en su declaración: «Acción como ésta deben ser censuradas por toda persona que se precie de ser honrada. Una vez más lamentamos corroborar el carácter fascista del golpe militar que perpetró la oligarquía y la embajada de los Estados Unidos contra los hondureños el pasado año. En la resistencia popular, legítima defensa de los pueblos oprimidos, participan nuestros hermanos del canto, como debe ser. Nuestra solidaridad y apoyo al pueblo de Honduras». A demostrar la universalidad del arte, que también se burla de las rejas de las cárceles de EE.UU. donde están encerrados Cinco Cubanos inocentes, presos políticos del imperio, están ahí, delante de nosotros, las firmas de estos cinco gigantes de la paz, en apoyo a sus hermanos hondureños y contra todo tipo de violencia que genera el fascismo.
El nombre del proyecto, «Canto de Todos» viene de la canción de la famosa trovadora chilena Violeta Parra, «Gracias a la vida», que termina con este texto maravilloso, que nos recuerda que, en la unidad, la guitarra de combate puede ganar cualquier obstáculo, de hecho, «el canto de ustedes, que es el mismo canto, el canto de todos, que es mi propio canto».
Le pregunto, entonces, a Vicente, el motivo de la fundación del proyecto del ALBA Cultural, y él me responde: «La necesidad de provocar encuentros entre nosotros, los trovadores, se convierte en necesidad urgente al empezar de los años 80, cuando estábamos a punto de celebrar 10 años de la fundación de la Nueva Trova, como fenómeno organizacional, y por lo tanto toma forma el ‘Primer Encuentro Internacional de la Canción Nueva’, que se lleva a cabo en México».
«En noviembre del 1981, hubo un festival en Varadero, a donde habían sido también invitados músicos de otros géneros musicales; pero contra Cuba, en ese momento, se produjo la histeria del Pentágono de los Estados Unidos, que querían probar en la isla la famosa bomba de neutrones, que no destruye los edificios, pero mata a las personas. Así que los invitados no asistieron, asustados por la peligrosa situación, los únicos que vinieron fueron los trovadores. En esta reunión surgió la idea de establecer un ‘Comité de la Nueva Canción Mundial’, que vería la luz un año después, en 1982, también en Varadero, en el 10° aniversario de la Nueva Trova: nosotros, los trovadores, declaramos al mundo nuestra necesidad de experimentar emociones todos juntos. Para no asustar al público con el ‘comunismo espantoso de Cuba’, decidimos que la sede de la secretaría sería México y el secretario ejecutivo debía ser un hombre inmune a las pasiones más bajas (no me entiendan mal, Gabino bebía, fumaba, se enamoraba) pero tenía que ser incorruptible, decente, honesto, transparente y todos, por unanimidad, reconocimos al candidato en Gabino Palomares. Participaron Manuel Serrat por España, Pete Seeguer por los EE.UU., Isabel Parra por Chile y Silvio Rodríguez por Cuba, entre otros».
Vicente me dijo que en el 83 la reunión tuvo lugar en Nicaragua, en plena guerra civil y en una situación tan peligrosa que los movimientos de las brigadas de los trovadores de una provincia a otra, se decidían por el comandante sandinista Daniel Ortega, que estaba al frente de la guerra y del festival. «En Managua, al concierto asistieron alrededor de 10.000 personas, lo que representaba en ese momento, aproximadamente el 10% de la población, que es una cantidad enorme, teniendo en cuenta el momento muy peligroso». El trovador cubano me confiesa que la reunión más memorable y emocionante fue en Ecuador en el 1984, un momento «interesante» en el país, bajo la presidencia de León Febres-Cordero, organizada por el grupo «Pueblo Nuevo»: el público no quería dejar ir a los trovadores y siguió al grupo de músicos desde la sala de teatro hasta su hotel, cantando «Canción con Todos» del poeta argentino Armando Tejada Gómez. «En el 1985, el encuentro iba a tener lugar en Argentina, pero el presidente Raúl Alfonsín no tuvo el coraje de permitir el evento. En el 1986 y en el 1987, pudimos vernos en el Perú, a través del trovador Fernando Arias, un amigo del presidente Alan García». A partir de este momento, me dijo Vicente, que el movimiento de la Nueva Trova es abandonado, por desgracia, se considera que se terminaron los días de las dictaduras en América Latina, y por eso la canción protesta no tiene razón de ser.
«La figura de los trovadores nació en Cuba antes de que la nación cubana fuera libre e independiente (en Cuba, incluso los padres de la patria escribieron canciones revolucionarias)». «Su imagen, hasta ese momento era una parte esencial de la cultura cubana, de la vida política, de la manera de luchar y hacer la guerra, una manera de comer, bailar y muchas otras cosas más: pero, ahora sí, no tenía sentido, y también estaba demasiado burocratizada».
«Entonces, me dediqué a cantar y a organizar mis ideas, tuve que cambiar el orden en mi cabeza y me propuse un descanso activo. Pero más tarde, a mediados de los años 90 decidí dar un paseo por toda América Latina, y descubrí que los trovadores de mi edad, que estaban como yo, en silencio, nunca se detuvieron, ellos estaban esperando y recopilando historias, canciones ancestrales, canciones originales, canciones de ombligo, en busca de las raíces… el punto era contar la historia dolorosa de las dictaduras a los jóvenes y a los niños que no habían sufrido directamente las barbaries. Sí, porque el asunto parte del momento en que uno empieza a preguntarse cosas y es cuando para los fascistas te conviertes en un peligro. Si tú tienes solo respuestas y eres un contestatario, no es un problema. El verdadero subversivo se interroga».
Así, Vicente, en los caminos de América Latina, encontró nuevamente a Luis Rico, César López, y conoció nuevas voces, como el Dúo Negro y Blanco (Christian Benítez y Mario Ramírez), se vale de ser conocido y no famoso, que con seguridad puede sentarse en un bar para compartir ideas con las nuevas voces del continente, sin la molestia de sus seguidores pidiendo un autógrafo o una foto.
Se empieza, así, a formar una red entre los trovadores y el intercambio de discos para que conocerse unos a otros… para construir puentes de solidaridad y formar una memoria acerca del sur, la famosa identidad que la política neo-liberal no quiere que exista.
«¿Te parece lógico que cuesta más un boleto de avión desde Buenos Aires hasta Santiago de Chile, que uno Buenos Aires-Nueva York?». En su caminar, Vicente sugiere a los trovadores inventar festivales y reuniones, le propone eventos a la gente de dinero y a gobernantes dudosos, hasta que lo invitan a
Colombia, a un evento por la paz, («y para poder llegar a la paz, especialmente en Colombia, estoy dispuesto hasta a matar…») y aquí encuentra de nuevo a Alberto Cortés, Facundo Cabral y a Pablo Milanés. «Canto de Todos» nace en el año 2000, cuando nos convertimos en un grupo motivado por, ‘el canto de todos, que es mi propio canto’, de Violeta Parra; pero también porque ‘canto que ha sido valiente siempre será canción nueva’, como dijo el gran Víctor Jara».
«La diferencia entre los trovadores y los cantautores (tanto los unos como los otros cantan texto y música compuesta por ellos mismos) es que los primeros están dispuestos a apostar por su vida por cantar». «Un ejemplo es Víctor que, en el estadio Chile, cantó hasta el último momento».
Vicente sigue recordando que el grupo se estableció en el 2005 en Puerto Alegre en el Foro Social Mundial, con el apoyo de la Casa Cuba-Venezuela: al frente de ella estaba el trovador cubano. Vicente convocó a los trovadores para que cantaran por Chávez y Lula, y respondieron afirmativamente Gabriel Sequeira (Argentina), Ricardo Flecha (Paraguay), Juan Pablo Fernández (Argentina), Pedro Muñoz y Marcial Congo (Brasil), Panchito y Francisco Villa (Chile), Miryam Quiñones (Perú) y el Dúo Negro y Blanco (Christian Benítez y Mario Ramírez, Bolivia). «Sería en el 2006 cuando la creación del ALBA Cultural nos permitió crear el proyecto oficial ‘Canto de Todos’, del cual yo soy el coordinador general, y darnos cobertura». «En 2009 se organizó en la Casa del ALBA en La Habana el concierto ‘A Che’ (con todos los juegos de palabras que se pueda imaginar), claramente dedicado al Guerrillero Heroico Ernesto Che Guevara». «En el 2010 hubo una reunión de trovadores en Paraguay y Ecuador, y un encuentro bilateral cubano-venezolano, una vez más aquí, en la Casa del ALBA en La Habana».
«El proyecto ‘Canto de Todos’ no es inocuo, no es inofensivo, somos trovadores comprometidos con la lucha de los pueblos, con la vida, con el amor…. no necesariamente de izquierda, porque esta palabra hoy en día está bastante prostituida». «Seguimos de cerca todo lo que sucede en Honduras después del 28 de junio del 2009, disgustados por el vergonzoso zarpazo de la bestia fascista». «El 15 de septiembre, cuando los gorilas hondureños golpearon el grupo Café Guancasco, me acordé de la muerte de Víctor Jara, ya que la cultura, después de aquel día, no había sido más nunca atacada tan brutalmente». «Así que hemos tenido que llamar las cosas por su nombre, también convocar a nuestros hermanos cubanos presos político de EE.UU., entre ellos cinco, Antonio Guerrero y René González en especifico». «Era un deber moral de ‘Canto de Todos’ denunciar el incidente».
«Todo esto para subrayar que somos trovadores ‘ideologizados’, no somos neutrales, no somos tontos, cantamos una canción de lucha, una canción de riesgos».
«Tengo cuatro pilares que lideran mi filosofía ‘cantoral’, además de Violeta Parra y Atahualpa: Joe Hill (trovador sueco fusilado en los EE.UU.), Benjo Cruz (boliviano, del Ejército de Liberación Nacional, asesinado en Teoponte), Jorge Salerno (Tupamaro asesinado) y, por supuesto, Víctor Jara (Chile). A ellos, les debemos lo que somos, nosotros, los trovadores de ‘Canto de Todos'», concluye Vicente. Y yo, en cambio, como conclusión de esta interesante charla con uno de los más importantes trovadores cubanos, quiero citar sus propias palabras, dichas el día de su 60° cumpleaños, cuando otro reportero le preguntó lo que representaba para él, el ejemplo del Che Guevara: «Lo mas difícil es el intento de actuar como él en cada una de las dificultades y maravillas que la vida te impone, y no como un manual, si no con la búsqueda permanente de revolucionarse uno mismo».
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