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Víctimas de ETA versus víctimas del franquismo

Fuentes: Rebelión

Todas las víctimas merecen compasión y respeto, ya sean las ocasionadas por el FRANQUISMO, ETA, y GAL o por la decisión –también incomprensible y cruel– de la actual presidenta de la Comunidad de Madrid durante los trágicos días de la pandemia.

Sin embargo, el régimen del 78 -de escaso o nulo origen democrático- establece de hecho diferencias evidentes entre las víctimas causadas por el FRANQUISMO y las víctimas causadas por ETA; es decir, víctimas de “segunda” y de “primera”, respectivamente. Prueba de ello son los siete ministros de la dictadura franquista, fundadores de Alianza Popular, origen del actual PP, que jamás respondieron por sus crímenes ante la justicia.

Es evidente que tales diferencias proceden del oportunismo e hipocresía que dieron lugar a la falsa Ley de Amnistía de 1977; una ley de “punto final” -preconstitucional y contraria al derecho internacional- muñida por el Rey Borbón, último jefe de la dictadura y heredero de Franco, junto a los líderes de las fuerzas políticas que ansiaban alcanzar un lugar bajo el sol, obsesionados por triunfar y tener éxito.

Un proceso, pretendidamente democrático, desarrollado bajo la coacción armada de una facción borbónica, terrorista y clerical; es decir, del ejército sublevado el 18 de julio de 1936 contra el gobierno democrático y, por tanto, contra la legítima Constitución de la II República española. Constitución nunca derogada, pues ello hubiese requerido una Ley que la derogase, que fuese también legítima y de rango equivalente, conforme a los principios y valores del ordenamiento jurídico.

Por tanto, es de elogiar la autocrítica de EH Bildu respecto a la desafortunada inclusión en sus listas electorales de personas con delitos de sangre, que aun siendo legal -pues han cumplido su deuda con la justicia- no por ello resulta menos dolorosa para sus víctimas.

Sería deseable, por tanto, que el sufrimiento de las víctimas del FRANQUISMO, abrumadoramente superior en número a las causadas por la actuación armada de ETA, recibiesen también el bálsamo de una autocrítica equivalente a la de EH Bildu, por parte del máximo representante “legal” del terrorismo franquista: es decir, el Rey Borbón; pues del dictador genocida Franco procede su “legitimidad” y su execrable inviolabilidad absolutista: “de la ley a la ley“.

No creo necesario alargar más este escrito con argumentos que también resultarían evidentes para usted, amable lector o lectora; por tanto, superfluos.

Por último, finalizo evocando los estragos de las guerras, que nuestros geniales Goya y Picasso, fallecidos en el exilio en Francia, plasmaron respectivamente en sus lienzos inmortales.

Manuel Ruiz Robles es capitán de navío de la Armada española

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