Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
En los dos últimos días, en uno de los episodios más sangrientos desde que se inició el levantamiento sirio, al menos 65 personas murieron asesinadas.
El número de víctimas responde al recuento realizado el lunes y martes pasados; de los 65 asesinatos, 53 se perpetraron en la turbulenta ciudad de Homs, según informó el grupo de la oposición de los Comités Locales de Coordinación.
El derramamiento de sangre del lunes dejó docenas de cuerpos desparramados por las calles de Homs, una señal preocupante de que la violencia sectaria sigue incrementándose en el agitado país.
El presidente sirio Bashar al-Asad pertenece a la secta minoritaria alauí, una rama del Islam chií considerada herética por muchos musulmanes sunníes que integran la mayoría ciudadana en Siria.
Los informes acerca de los letales ataques sectarios del lunes en Homs hablan de enfrentamientos de alauíes contra sunníes.
«Fue una escalada demencial», dijo Mohamed Saleh, uno de los activistas.
«Hubo secuestros y asesinatos de forma bestial. La gente tiene miedo de salir de sus casas.»
A treinta y cuatro de los muertos se les ejecutó arrojando después sus cuerpos a las plazas públicas, según Saleh y otros activistas que tratan de controlar los hechos violentos, incluido el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos con sede en Londres.
Saleh dijo que todos los asesinados procedían del distrito sunní de Yabb al-Yandali. Y que un grupo de pistoleros alauíes habían asaltado el distrito tras hallarse el cadáver de un alauí.
Un funcionario del gobierno de Homs confirmó solo que el lunes se habían encontrado 43 cadáveres en la ciudad. Pidió que no se publicara su nombre porque no estaba autorizado a hablar en público.
La escalada de la violencia hizo que la secretaria de estado de EEUU Hillary Clinton instara a la oposición siria durante una reunión con el Consejo Nacional Sirio (CNS) a esforzarse para tranquilizar y ofrecer seguridades a las minorías una vez que se produzca la caída del régimen de Asad.
«Obviamente, una transición democrático supone algo más que acabar con el régimen de Asad. Implica colocar a Siria en la senda del imperio del derecho y de la protección de los derechos universales de todos sus ciudadanos, con independencia de la secta, etnia o género», dijo Clinton que estaba sentada frente a seis miembros del CNS en un hotel de Ginebra.
«Las minorías de Siria tienen interrogantes y preocupaciones legítimas acerca de su futuro y necesitan que se les asegure que Siria será un mejor país bajo un régimen de tolerancia y libertades que proporcione oportunidades y respeto y dignidad sobre la base del… consentimiento en vez de bajo los caprichos de un dictador», añadió.
Clinton dijo que había pensado discutir cómo el grupo esperaba «contrarrestar el divide y vencerás del enfoque del régimen, en función del cual lanza a los grupos étnicos y religiosos unos contra otros».
Sectores de los grupos minoritarios de Siria, incluyendo a alauíes, cristianos y drusos, están preocupados de que en Siria pueda desatarse una oleada de ataques contra los minorías si se destituye al régimen de Asad, como ocurrió en el vecino Iraq tras el derrocamiento de Sadam Husein.
Respecto a otros incidentes, el régimen sirio declaró que había impedido que 35 pistoleros se infiltraran en territorio sirio desde Turquía, informó SANA, la agencia oficial de noticias siria.
El supuesto incidente se produjo una semana después de que Turquía anunciara que impediría que entraran alijos de armas en Siria a través de sus fronteras.
Un diplomático turco, que prefirió permanecer en el anonimato, negó a AFP las acusaciones de que se está utilizando a Turquía como trampolín para ataques armados contra Siria. «Turquía no permite que ningún grupo armado lance ataques contra otros países».
Fuente:
http://english.al-akhbar.com/