El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz visitó al mediodía de hoy el Centro de Investigaciones de la Economía Mundial, donde fue recibido por su director, el Dr. Osvaldo Martínez. Durante más de una hora, el líder de la revolución cubana intercambió opiniones con los investigadores de este prestigioso centro sobre los graves peligros de […]
El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz visitó al mediodía de hoy el Centro de Investigaciones de la Economía Mundial, donde fue recibido por su director, el Dr. Osvaldo Martínez.
Durante más de una hora, el líder de la revolución cubana intercambió opiniones con los investigadores de este prestigioso centro sobre los graves peligros de una nueva guerra en el Oriente Medio y la terrible amenaza para nuestra especia que significa la destrucción del medio ambiente ante nuestros propios ojos.
El Comandante en Jefe los convocó a pensar sobre cómo los países de Nuestra América pueden enfrentar tales desafíos y cómo impulsar una nueva civilización que no repita los errores cometidos hasta hoy.
A los participantes en el encuentro, Fidel les entregó un mensaje suyo para que sea compartido con economistas del país y de otras partes del mundo.
El Centro de Investigaciones de la Economía Mundial es una institución científica cubana perteneciente al CITMA, que durante 30 años ha realizado investigaciones sobre los principales temas de la economía mundial, con particular énfasis en los problemas que afectan a los países subdesarrollados y en las propuestas de soluciones para los mismos. Es un centro de referencia sobre estos temas en la región latinoamericana y caribeña y ha organizado diversos eventos internacionales.
Al despedirse de sus anfitriones, el Comandante en Jefe Fidel Castro recibió los vítores de los vecinos del CIEM que, al conocer de su presencia en el lugar, se acercaron para saludarlo.
MENSAJE DE FIDEL A LOS ECONOMISTAS
Compañeros Economistas del CIEM:
Con motivo de la Resolución 1929.
En junio 27 de 2010, en mensaje enviado con motivo de la Resolución 1929 del Consejo de Seguridad de la ONU el 9 de junio de 2010, expresaba a su destinatario lo siguiente:
«Sólo de una cosa podemos estar seguros. Cuba esta vez estará lejos de ser atacada con armas de ese tipo, y el resto de América Latina, desde el Norte de México hasta el Cabo de Hornos.
«Cuando se apague el fuego nuclear, que necesariamente será breve, puede hablarse de la crisis posbélica que vendrá de inmediato.
«Todo parecería una fantasía como lo fue que por puro milagro, Cuba escapó del ataque nuclear en octubre de 1962.
«…no se podrá hablar de capitalismo o socialismo. Sólo se abrirá una etapa de administración de los bienes y servicios disponibles en esta parte del continente. Inevitablemente seguirán gobernando cada país los que hoy están al frente del gobierno, varios muy cercanos al socialismo, otros llenos de euforia por la apertura de un mercado mundial que hoy se abre para los combustibles, el uranio, el cobre, el litio, el aluminio, el hierro, y otros metales que hoy se envían a los países desarrollados y ricos mercados, que desaparecerán repentinamente.
«En semejantes circunstancias, los productos más elementales que se requieren para vivir: los alimentos, el agua, los combustibles y los recursos del hemisferio al Sur de Estados Unidos, abundan para mantener un poco de civilización, cuyos avances descontrolados han dirigido la humanidad a semejante desastre.»
Conozco que algunos compañeros se preocupan seriamente de que yo arriesgue mi credibilidad, al afirmar algo tan importante como sería un conflicto que inevitablemente se volvería nuclear.
Es lo que he venido haciendo desde que, el 1º de junio de 2010, informé del grave peligro que entrañaba para la humanidad a partir del hundimiento del Cheonan, buque insignia de las fuerzas navales de Corea del Sur.
Para mí lo más importante es que nuestro pueblo esté bien informado de los graves peligros que nos amenazan, no la credibilidad personal.
Le he pedido al compañero Osvaldo que convocara en esta sede hoy, martes 13 de julio, al grupo de economistas destacados, para reunirme con ellos y rogarles realicen un trabajo de «Ciencia Ficción»-vamos a calificarlo así- a fin de que en los próximos 10 días meditaran y analizaran durante 4 horas diarias sobre estos delicados asuntos, con el propósito de responder a una pregunta: ¿qué deben hacer los países de «Nuestra América» si se produjera una situación como la que en mis palabras entrecomilladas expliqué?
Se trataría por supuesto, de impulsar una nueva civilización, a partir de los colosales conocimientos científicos que hoy posee nuestra especie, a fin de que no se reproduzca lo irrepetible, que a mi juicio sucederá.
Le rogué igualmente a Osvaldo, que les entregue copia de estas palabras.
A partir de la información que poseía del Ministerio de Relaciones Exteriores, expresé a varios embajadores ubicados en países claves y a cuatro presidentes latinoamericanos que, a mi juicio, a partir del jueves, viernes o a más tardar el sábado, estallaría el conflicto.
Mi explicable amargura obedece a que trabajaba con una información oficial que, al no incluir los dos largos párrafos finales, me indujo al error en la Reflexión del 4 de julio y habría asestado un golpe irreparable a mi credibilidad en este decisivo momento histórico, de lo que me percaté ayer domingo 11 alrededor de las 11 de la mañana.
Le he solicitado también a Osvaldo que distribuya entre los economistas copia de este mensaje y añada una copia del texto escrito tomado del documental «Home», del director francés Yann Arthus-Bertrand, realizado por un selecto grupo internacional de las más preclaras y bien informadas personalidades, acerca de la otra terrible amenaza para nuestra especie: la destrucción del medio ambiente ante nuestros propios ojos.
Existen todavía alternativas que dejan margen a la esperanza, si somos capaces de optar por ellas.
Fraternalmente,
Fidel Castro Ruz