Una voz sonora y limpia durante décadas, que se echa en falta a su muerte.
Walter Jens falleció en Tubinga, ciudad en la que fue profesor de Retórica durante muchos años, fue también director de la Academia de Arte de Berlín y jefe de la sección alemana de la organización PEN.
Fue un intelectual fundamental en la segunda posguerra mundial, cuya obra siempre se mezcló con la historia y la actualidad a lo largo de todo el último siglo. Según su pensamiento, el intelectual tenía el deber moral de comprometerse políticamente en los acontecimientos de su tiempo. Jens nació en marzo de 1923, en Hamburgo, donde estudió hasta el bachillerato. Su debut literario fue con la narración «El pañuelo blanco», publicada en 1947, bajo pseudónimo, y donde se oponía literariamente a la dictadura.
A partir del 1950 formó parte del «Grupo de los 47», un movimiento de escritores de izquierda que se comprometió en la posguerra con el renacimiento de la cultura alemana que había quedado sepultada por la dictadura nazi. En tiempos más recientes, siempre luchó contra la política armamentista alemana y criticó la intervención en Irak por parte de Estados Unidos y sus aliados. En 2003, reaccionó de manera decidida a las acusaciones de haber pertenecido a la juventud nazi, y explicó que había sido añadido a la lista de jóvenes nazi en 1942 sin su conocimiento.
A partir de 2002 se retiró progresivamente de la vida pública al ser víctima del Alzheimer, una enfermedad que le privó de la palabra y le imposibilitó la escritura. El portavoz de la canciller federal, Ángela Merkel, Steffen Seibert, dijo hoy que Jens fue uno «de los intelectuales más significativos», y que jugó un papel fundamental en el debate público tanto cultural como político en Alemania. «Durante décadas, su voz marcó tendencias en los grandes debates intelectuales y políticos del país», añadió Seibert. Hace cinco años, con ocasión de sus 85 años, el entonces ministro de Cultura Bernd Neumann describió a Jens como a «un pilar moral» de Alemania y un demócrata comprometido.
Como afirma Manfred Stenner en el periódico berlinés «Die junge Welt» Walter Jens no sólo fue un gran intelectual sino también y sobre todo un hombre muy comprometido, que ha influido y marcado la historia del movimiento por la paz y la protesta reivindicando más y mayor participación de las gentes y ha abogado por más democracia en la República Federal de Alemania. Desde el bloqueo del punto de apoyo de los cohetes atómicos en Mutlangen en septiembre de 1983 Walter e Inge Jens, marido y mujer, han apoyado de modo constante y permanente las iniciativas por la paz y el desarme y exigido mediante apelaciones y conferencias un desarme radical y la desmilitarización del pensamiento.
Voces como las de esta pareja se echan en falta en ese mundillo denominado «intelectual europeo» ante las frecuentes y sonrojantes intervenciones militares de sus gobiernos, hipócritamente tildadas de «defensa de los derechos humanos».
Eskerrik asko, Walter Jens.
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