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Wikileaks, Cuba y el oficialismo

Fuentes: La pupila insomne

Cuando hace algún tiempo, los periodistas cubanos Arleen Rodríguez y Lázaro Barredo publicaron una acuciosa investigación sobre uno de los personajes más citados y entrevistados por la prensa extranjera acreditada en Cuba, los reportes de esos mismos corresponsales insistían en calificar de «oficialistas» a los autores. El libro demostraba, entre otras cosas, los dobleces de […]

Cuando hace algún tiempo, los periodistas cubanos Arleen Rodríguez y Lázaro Barredo publicaron una acuciosa investigación sobre uno de los personajes más citados y entrevistados por la prensa extranjera acreditada en Cuba, los reportes de esos mismos corresponsales insistían en calificar de «oficialistas» a los autores. El libro demostraba, entre otras cosas, los dobleces de la actuación de Elizardo Sánchez Santa Cruz y sus vínculos con la Seguridad del Estado Cubana. No obstante las contundentes pruebas, que llegaron apoyarse hasta en sonido y video, los grandes medios continuaron entrevistando a Sánchez y tomándolo como fuente válida para hablar de presos y prisiones en Cuba.

Ahora, entre los cables dados a conocer por Wikileaks está uno que dice lo mismo que el libro de Rodríguez y Barredo sobre este individuo, firmado por el Jefe de la Oficina de Intereses de EE.UU. en la Isla. Quizá es hora de preguntarse si los grandes medios calificarán de «oficialista» a la representación norteamericana en Cuba y sobre todo si seguirán acudiendo a Sánchez Santa Cruz en busca de información.

Los cables emitidos desde La Habana demuestran inobjetablemente la dependencia -sin excepción- de los «opositores» cubanos con respecto al gobierno de Estados Unidos. Los despachos cifrados reconocen la nula influencia de estas personas en la población cubana: «Pese a sus afirmaciones de que representan a ¨miles de cubanos¨, nosotros vemos muy pocas evidencias de ese apoyo…». Los representantes de Washington en Cuba también insisten en el carácter mercenario e intrigante de la llamada disidencia: «Si bien la búsqueda de recursos es su principal preocupación, la segunda más importante parece ser limitar o marginar las actividades de sus antiguos aliados de manera de reservarse el poder y el acceso a los escasos recursos». Incluso, uno de los documentos relata que una de las personas que dispone de más recursos, le pidió a la Subsecretaria de Estado Bisa Wiliams el acceso a la plataforma de pagos en internet PayPal.

Generalmente, para no parecer «oficialistas» los corresponsales extranjeros colocan en sus despachos desde La Habana una coletilla: «El gobierno cubano considera a los disidentes mercenarios al servicio de Estados Unidos». Propongo que a partir de este momento la redacten de la siguiente manera: «El gobierno cubano y también el norteamericano consideran a los disidentes mercenarios al servicio de Estados Unidos».

Fuente original: http://lapupilainsomne.wordpress.com/2010/12/23/wikileaks-cuba-y-el-oficialismo/