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¿Y dónde estaba el Rey el 29 de abril?

Fuentes: Editorial lorito.net

El abuelo se va de puente y aparece dos días y pico después del nacimiento de su nieta. El abuelo es el Rey de España. Oficialmente se dice que estaba de viaje privado y se pasa de puntillas sobre su ausencia. Algún medio se atreve a ir más allá y se habla de una cacería. […]

El abuelo se va de puente y aparece dos días y pico después del nacimiento de su nieta. El abuelo es el Rey de España. Oficialmente se dice que estaba de viaje privado y se pasa de puntillas sobre su ausencia. Algún medio se atreve a ir más allá y se habla de una cacería. Se cita la ex república soviética Kazajistán como destino. Eso pone otra vez sobre la mesa las crónicas que nos contaron que este último verano, en Rusia, Juan Carlos I abatió un oso de nombre Mitrofan, amaestrado y manso, previamente emborrachado con vodka para facilitar al monarca su capricho. Curioso: en España el Rey es presidente honorífico de ADENA, organización ecologista que promueve campañas para la protección del oso en los Pirineos. No ha sido la única filtración mediática de los últimos años sobre la afición del suegro de Jaime de Marichalar a disparar a especies protegidas: en 2004 le salpicaron especialmente otro par de cacerías, una en Polonia (a 7.000 euros el bisonte) y otra en Rumanía, donde mató nueve osos -el número varía según la fuente-, entre ellos una osa preñada, y un lobo. A los rumanos les sentó como un tiro y en los medios de allí se comparó al Rey con el dictador Ceaucescu.

Si alguna razón de ser pudiera tener hoy, 2007, la institución monárquica en España sería, a lo sumo, convertirse en un referente o modelo ético o moral. Pero el pacto de silencio que ha rodeado a la familia real se resquebraja y lo que sale a la superficie resulta, como mínimo, demoledor. Peor aún si lo analizas como ese contribuyente a las arcas del Estado que eres. Tú les pagas eso. Los libros «El negocio de la libertad», del periodista Jesús Cacho, sobre los negocios de Juan Carlos I, sus relaciones de poder y sus líos de faldas, y «23 F. El golpe que nunca existió», del militar Amadeo Martínez Inglés, que sostiene la tesis de que lo del 23 de febrero de 1981 fue una operación política y militar dirigida por el Rey, han levantado en parte la veda que impedía hablar alto y sin miedos sobre nuestra monarquía borbónica, al margen del discurso oficial. Otra prueba: en Internet se encuentran comentarios sobre presuntas amantes del Rey y hasta se muestran fotografías de aquellas cuya imagen no es de dominio público.

En el programa de TVE «Tengo una pregunta para usted» el presidente del Gobierno se quedó atascado al serle cuestionada la idoneidad de la monarquía española. Uno de los 100 participantes en el programa ha relatado la experiencia en su blog. Cuenta que al finalizar el programa, el presentador Lorezo Milá fue recriminado por alguien que salió de la sala de control por haber permitido que se realizara esa pregunta. Pobre Mitrofan.