Traducido por Laura Boué. Edición de Manuel Talens.
Los judíos de Israel, o al menos la mayoría de ellos, ignoran o niegan la tragedia Palestina que tuvo lugar en 1948, la Nakba. La Nakba carece de existencia en el lenguaje, el paisaje, el ambiente y la memoria de la colectividad judía de Israel.
Al viajar por Israel, uno puede encontrar carteles, marcas en el paisaje y monumentos que crean y sustentan la narrativa judía-israelí. Los eventos israelitas que tuvieron lugar hace más de 2000 años se celebran a través de estos monumentos, mientras que los monumentos palestinos no se ven en ningún lado. Además, hay un intento de borrar ese recuerdo de la conciencia colectiva y del paisaje. Nosotros, los israelíes, estudiamos en nuestros colegios que los judíos vinieron a Israel para transformar el desierto en un país floreciente, porque éramos «el pueblo sin tierra» que regresaba a «la tierra sin pueblo».
Zochrot es una ONG cuyo objetivo consiste en presentar la Nakba palestina a la ciudadanía judía-israelí, expresar la Nakba en hebreo, introducirla en el lenguaje y en el ambiente. Lo hace para fomentar un recuerdo alternativo en la memoria hegemónica sionista. La Nakba es el desastre de los palestinos: la destrucción de los pueblos y las ciudades, la matanza, la destrucción, la eliminación de la cultura palestina. Pero yo creo que la Nakba es también nuestra historia, la historia de los judíos que viven en Israel, que disfrutan del privilegio de ser los «vencedores».
Zochrot fue fundada a principios de 2002 y su objetivo principal es proporcionar información de la Nakba palestina al pueblo judío-israelí. Una de las suposiciones básicas de nuestro trabajo es que la Nakba es la «Zona Cero» del conflicto israelo-palestino. El conocimiento y reconocimiento de la Nakba por parte del pueblo judío-israelí y el asumir la responsabilidad de esta tragedia son esenciales para terminar el enfrentamiento e iniciar el período de reconciliación entre las gentes de Israel-Palestina.
Zochrot actúa de muchas maneras para avanzar en su objetivo. De todas sus actividades, la más importante es la organización de recorridos para judíos y árabes a los pueblos palestinos destruidos en 1948. Durante estos recorridos, ponemos carteles que conmemoran los diferentes lugares en los pueblos destruidos y dan más detalles de cada uno de ellos. La información de los mismos la ofrecen los refugiados y sus familias y se intenta mostrar todo lo posible de los pueblos destruidos. Es a través de estas historias como los participantes pueden hacerse una idea de cómo se veían los pueblos y cómo era vivir en ellos. El evento es también importante a la hora de establecer la memoria histórica-colectiva de la tierra.
El recorrido tiene un significado diferente para judíos y palestinos. Para los palestinos, este evento es un viaje de regreso en el tiempo al lugar donde solían vivir. Para los judíos, el lugar y la conmemoración de sitios dan a conocer memorias que han sido ocultadas de la vista. Con frecuencia, las memorias reveladas compiten con la memoria común y sionista del lugar. Otra actividad única es la de producir un folleto especial, en hebreo y árabe, para cada recorrido. Estos folletos representan el proceso de aprendizaje de Zochrot. Ofrecen testimonios de refugiados, fotografías de los pueblos, y el respaldo histórico de diferentes fuentes.
Zochrot ambiciona recrear la Nakba en hebreo, dicho en otras palabras, crear un espacio donde se pueda hablar o escribir sobre la Nakba en hebreo. Para este propósito se creó un sitio web, que incluye una base de datos de todos los pueblos palestinos destruidos desde 1948 y los nombres de las localidades israelíes que fueron construidas en sus tierras. También hay mapas específicos de los pueblos destruidos y diferentes detalles sobre cada uno de ellos. Este sitio también presenta las diferentes actividades de Zochrot. Su importancia radica que sitúa la Nakba palestina en el espacio virtual de los hablantes hebreos que navegan en la red.
Otra forma de llegar a los ciudadanos israelíes consiste en organizar grupos de trabajo y conferencias con diferentes grupos de estudiantes, profesores, activistas sociales, etc. que quieren aprender sobre la Nakba. Estas reuniones suscitan muchas reacciones entre los participantes: el deseo de una información precisa o el enojo ante su propia ignorancia, negación e incomprensión. En estos encuentros surgen preguntas difíciles que desafían los valores y el conocimiento previo de los participantes. También hemos organizado encuentros entre refugiados palestinos y los israelíes que viven en sus tierras. Durante los encuentros, se comparten los relatos de 1948 y hay un intento de discutir las posibilidades de crear un espacio que permita el acercamiento entre las necesidades de ambas partes.
Zochrot tiene un nombre inusual, que en hebreo significa «recordar» en su forma femenina. Con frecuencia nos preguntan por qué elegimos Zochrot y no su forma masculina Zochrim. La forma masculina de recordar, tal como se presenta en el discurso sionista, es violenta y nacionalista. Zochrot apunta a promover otra manera de recordar, una manera alternativa que permita la expresión de otras memorias que con frecuencia se mantienen en silencio. Además, Zochrot hace un esfuerzo por crear un espacio para la memoria de las mujeres en la Nakba palestina. El nombre Zochrot hace referencia a todo esto.
Aprender la Nakba es un paso importante para los judíos que viven en Israel. Con frecuencia refleja un interés genuino por conocer y entender. Pero aprender no es suficiente. La Nakba no es la historia de otro pueblo que sucedió en otro lugar, sino la historia de algo que nosotros, los judíos israelíes, cometimos: somos, por lo tanto, responsables. Aprender sin aceptar responsabilidades no es suficiente para mí.
¿A qué me refiero con aceptar responsabilidades? Me refiero a la aceptación y al entendimiento profundo de la tragedia que tuvo lugar y a hacernos responsables de nuestra parte en esta tragedia, aceptando el derecho personal y colectivo al regreso de cada refugiado que fue expulsado, a la espera de que la instauración de este derecho permita la devolución de las tierras, su compensación o el auténtico regreso. Esto hace que el aprendizaje de la Nakba sea una piedra angular para la reconciliación.
Esta posición resulta complicada para los judíos-israelíes. Nos resulta difícil renunciar a la imagen de Israel como un Estado judío y democrático, una imagen que correría peligro si elegimos que se permita el derecho al retorno, un derecho que cambiará el equilibrio demográfico en Israel, pues el Estado israelí perderá su forma actual. Estoy convencido de que en este nuevo Estado la vida podría ser mejor para ambos, palestinos e israelíes.
Fuente: Zochrot – Learning the Nakba as a condition for peace and reconciliation
Laura Boué y Manuel Talens pertenecen a Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística. Talens es asimismo miembro de Rebelión. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la autora, a la traductora, al revisor y la fuente.
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