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Ministro de Educación para el racismo de Israel

Fuentes: Editorial de Haaretz

Traducido del inglés para Rebelión por J. M.

 

 

El ministro de Educación, Rafi Peretz, visita a estudiantes en Modi’in el primer día del año escolar, 29 de agosto de 2019.

Un hedor podrido de racismo está surgiendo de la decisión del jefe del partido Habayit Hayehudi, el ministro de Educación Rafi Peretz, de unir fuerzas para las próximas elecciones con el partido de extrema derecha Otzma Yehudit, que expande odio a los árabes según el espíritu del fundador del partido, el difunto rabino Meir Kahane. Con esta decisión, Peretz se ha hecho indigno de servir como ministro de Educación de todos los niños de Israel. No debemos guardar silencio acerca de otorgar tal legitimidad al racismo judío.

Cuando se convirtió en ministro de Educación hace unos seis meses, Peretz declaró que el lema del año escolar actual sería «responsabilidad mutua». Unas semanas más tarde, antes de que comenzara dicho año, agregó que «aquí queremos dar forma a una sociedad ética que ama a la humanidad y a la sociedad».

No hay conexión entre los lemas que lanzó al aire para cumplir sus obligaciones y la realidad. Por el contrario, en solo unos meses, Peretz se jactó de la «terapia de conversión» para las personas LGBT, apoyó la anexión unilateral de Cisjordania y negó que haya adoctrinamiento religioso en el sistema escolar. Y ahora está poniendo un sello de aprobación al kahanismo y la transferencia de la población árabe al cooperar con Otzma Yehudit.

«Los objetivos y acciones del apelante son claramente racistas», dijeron los jueces de la Corte Suprema cuando impidieron que el partido Kach de Kahane se postulara en las elecciones de 1988. Escribieron sobre «la incitación sistemática de las pasiones a nivel nacional-étnico, lo que conduce al odio y la discordia y profundiza el abismo, un llamado a una revocación violenta de los derechos, una humillación sistemática y deliberada de partes determinadas de la población delineada en un país de base étnica y una degradación de ellos de una manera horriblemente similar a los peores ejemplos experimentados por el pueblo judío».

Han pasado unos 30 años, pero las cosas apenas han cambiado. Los líderes de Otzma Yehudit, Michael Ben Ari, Baruch Marzel y Benzi Gopstein también fueron descalificados por la Corte Suprema, antes de las elecciones de abril o de septiembre. Los jueces escribieron que Ben Ari «incita sistemáticamente impulsos de odio hacia la comunidad árabe, mientras la humilla regularmente». Escribieron que las declaraciones de Marzel a lo largo de los años dan fe de «una imagen de incitación al racismo pintada en fuertes colores» y que Gopstein «incita sistemáticamente al racismo contra la comunidad árabe». La Fiscalía del Estado incluso presentó una acusación contra Gopstein hace aproximadamente un mes por crímenes de incitación a la violencia, el racismo y el terror.

Después de la descalificación de los tres dirigentes racistas, Itamar Ben-Gvir sigue siendo la famosa figura de Otzma Yehudit con quien el ministro de Educación acordó este fin de semana participar en las elecciones. «El racismo es una enfermedad social conocida y familiar», escribió la presidenta de la Corte Suprema, Esther Hayut, en el fallo sobre Ben Ari. La forma de combatirlo ahora también involucra a las escuelas, porque al vincularse con los kahanistas, Peretz ha manchado el sistema escolar, una de cuyas tareas se supone que es fomentar los principios democráticos.

Fuente: https://www.haaretz.com/opinion/editorial/israel-s-education-minister-for-racism-1.8297142

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión.org como fuente de la traducción.