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El lobby judío está detrás de los avances legislativos del Congreso de EE.UU. contra el BDS

Fuentes: mondoweiss

Traducido del inglés para Rebelión por J. M.

Del boicot a los autobuses de Montgomery en 1955 a las campañas contra el apartheid en los años 90, el senador Ben Cardin ha pasado su vida apoyando el boicot como herramienta para el logro de la justicia racial, social y económica. Todo eso cambió cuando, al parecer, la sociedad civil palestina decidió adoptar el boicot como una táctica para desafiar la brutal ocupación militar israelí.

El pasado martes el Senador Cardin presentó una enmienda a un proyecto de ley de comercio respaldando al AIPAC, que busca frustrar el creciente boicot, desinversión y sanciones (BDS). Aunque aún no está a disposición del público, se informa de que el texto de la enmienda del Senador Cardin es similar a la que fue aprobada por el Comité de Medios y Arbitrios el jueves. 

La enmienda en la Cámara, que fue presentada por el representante Peter Roskam, es un agregado al proyecto de ley de la Autoridad de Promoción Comercial de este año. La enmienda se propone como principal objetivo de negociación «desalentar acciones de motivación política para boicotear, desinvertir o sancionar a Israel y buscar la eliminación de las barreras no arancelarias por motivos políticos de los productos israelíes, servicios, u otro comercio impuestos al Estado de Israel».

La enmienda tiene por objetivo presionar a la Unión Europea (UE), que actualmente está negociando el Comercio y la Inversión de la Asociación Transatlántica (TTIP) con Estados Unidos, para que revierta el curso de las medidas que ha adoptado en los últimos años para oponerse a los asentamientos israelíes. Dicha Asociación incluye nuevas directrices que permitan que las entidades que operan desde territorio ocupado por Israel reciban financiación de la UE y un impulso reciente a productos etiquetados provenientes de los asentamientos que entran en la UE.

Como está escrito, la legislación también mezcla a Israel con los Territorios Palestinos Ocupados y contraviene directamente décadas de la política oficial de Estados Unidos. El texto propuesto por el representante Roskam dice en parte, «el término ‘acciones para boicotear, desinvertir en Israel o sancionarle’ significa que las acciones de los Estados o Estados no miembros de las Naciones Unidas, organizaciones internacionales o agencias afiliadas de las organizaciones internacionales que sean motivadas políticamente y estén destinadas a sancionar o limitar las relaciones comerciales específicamente con Israel o las personas que hacen negocios con Israel o los territorios controlados por Israel». La referencia a «los territorios controlados por Israel» es un claro guiño a los asentamientos de Israel.

La enmienda del senador Cardin representa un cambio rotundo de actitud en el uso de los boicots recordando que legisladores como él se han mostrado dispuestos a responsabilizar a Israel por sus rutinarias violaciones de las leyes de los Estados Unidos y el derecho internacional. Durante las observaciones de apertura del Senador Cardin, y al margen, él parecía contradecir el espíritu y la intención de su propia enmienda diciendo: «Creo que es muy importante que en las disposiciones que se incluyen aquí, el buen gobierno y el respeto de los derechos humanos internacionales deben ser un objetivo comercial principal».

Al final, la enmienda del Senador Cardin se aprobó en la comisión por una votación de 26 a 0. Un día después, el Senado pasó la enmienda del representante Roskam en el Ways and Means Committee después de un debate, a veces irascible.

Un proceso cuestionable que eleva protestas

Además, las consideraciones propias a las enmiendas y la legislación conexa del Comité de Finanzas del Senado han contradicho directamente los principios de buen gobierno que muchos miembros de la comisión han abrazado.

Por ejemplo, justo antes de las marcaciones del miércoles, el Comité trasladó sus actuaciones a un recinto mucho más pequeño que el propio con el fin de impedir la asistencia del público. Se impidió que el texto de la legislación llegara al público, en una medida altamente inusual que está despertando sospechas en todo el espectro político. Durante más de una semana, la legislación y las modificaciones correspondientes se mantuvieron en secreto de manera tal que algunos expertos dicen que no tiene precedentes.

Incluso algunos miembros del Congreso estaban perplejos el jueves, cuando se introdujo la enmienda de Roskam en la Cámara sin previo aviso. La consideración de la enmienda provocó un debate (01:24:00 ) entre los miembros que aparecían confundidos acerca de lo que estaba sucediendo y frustrados porque esta enmienda en particular parecía estar señalada de un trato especial. El representante Lloyd Doggett se preguntó por qué este tratamiento cuando se excluyó la enmienda sobre la trata de personas. El Representante Jim McDermott le siguió y desafió el doble estándar que se aplica a la enmienda apoyada por el AIPAC. Después de algunos lugares comunes típicos pro-Israel, el representante Bill Pascrell comentó, «esta enmienda es realmente ambigua, en el mejor de los casos. Usted sabe, hemos mencionado cuántas veces… mencionamos las palabras delicado equilibrio durante todo el día, tengo que mantener ese delicado equilibrio. Anunciáis esto y se inserta como un requisito. ¿Qué pasa con la salud pública? ¿Qué pasa con el trabajo? ¿Qué pasa con la seguridad alimentaria? ¿No son tópicos tan críticos como lo que estamos hablando aquí? No pudimos tener algunas otros temas terminados, pero pudimos tratar este. No tiene sentido, ¿dónde está el delicado equilibrio del que estamos hablando? »  

La oposición de las bases

Una vez que quedó claro qué proponía la enmienda del senador Cardin, una amplia gama de grupos organizó una avalancha de oposición el martes y miércoles. Oficinas del Senado informaron de un gran volumen de llamadas de oposición. Cuando un constituyente preguntó al empleado acerca de la diferencia de opiniones, el funcionario dijo que casi todas las llamadas fueron en contra de la enmienda.

En un comunicado dado a conocer por Jewish Voice for Peace (JVP), el rabino Joseph Berman, organizador de la política federal de esa institución señaló que:

 «Esta legislación, que en realidad fomenta la construcción de asentamientos ilegales, además de fortalecer la extrema derecha en Israel, muestra que el BDS es un medio cada vez más poderoso para desafiar la impunidad de Israel cuando se trata de los derechos palestinos. Instamos al Congreso a rechazar esta legislación».

El senador Cardin también fue criticado por Yousef Munayyer, quien escribió en The Baltimore Sun:

 «El BDS es una manera legítima y no violenta en manos de la sociedad civil y los estados para presionar a Israel a cumplir con el derecho internacional y poner fin a sus abusos contra los derechos humanos. El boicot, según lo determinado por la Corte Suprema de Estados Unidos, es una forma constitucionalmente protegida de la libertad de expresión».

Incluso J. Street intervino también para oponerse a la propuesta diciendo que la legislación defiende la construcción de asentamientos israelíes. La declaración J. Street dice parcialmente:

 J. Street se opone firmemente al Movimiento de Boicot Global, Desinversión y Sanciones (BDS). Hemos trabajado constantemente, sobre todo en los campus universitarios, en oposición a los esfuerzos del BDS, que a menudo son intentos de deslegitimar veladamente a Israel.

Vemos el «Acta de Acuerdo para el Comercio entre los Estados Unidos e Israel» (HR825) de los senadores Roskam-Vargas no como un simple e inútil esfuerzo para la lucha contra el BDS Global, sino como contraria a la política de oposición a la colonización del territorio ocupado por Israel en la guerra de los Seis Días Guerra de 1967 que los Estados Unidos vienen sosteniendo desde hace mucho tiempo.

En particular, el proyecto de ley perpetúa y valida una de las falacias más perjudiciales del movimiento BDS: que Israel y el territorio que ocupa en Cisjordania deben ser tratados como una y la misma…

El actual estancamiento en el progreso diplomático hacia una solución de dos estados ha llevado a algunos grupos a perseguir boicots más limitados o iniciativas de desinversión solamente en oposición a la ocupación y no al propio Israel. Estos esfuerzos «selectivos» no llaman a un boicot de Israel mismo o a sus productos, sino de productos de los asentamientos, a diferencia del boicot que también abarca a Israel y es promovido por el Movimiento global del BDS.

Mientras que J. Street no participa en este tipo de iniciativas dirigidas de boicot o desinversión, no creemos que sea productivo o conveniente para el Gobierno de Estados Unidos perder tiempo y recursos para prevenir o informar sobre tales iniciativas. De hecho, esta legislación sería realmente para poner a los EE.UU. en la incómoda posición de hacerlo más fácil -por medio de la reducción potencial de pasivos- para las empresas que llevan a cabo actividades comerciales o relacionadas con esto en territorio ocupado, o sea expandiendo y profundizando la empresa colonizadora a la cual los EE.UU. se oponen.

Lo que viene después

Aunque los esfuerzos del senador Cardin y del representante Roskam recibieron un amplio apoyo de los comités respectivos, estas propuestas equivocadas podrían ser contraproducentes y/ o ser desechadas del proyecto de ley, más adelante, en el proceso legislativo. Muchos pueden recordar la impresionante derrota de la legislación antiboicot en diferentes estados tras la decisión de la Asociación de Estudios de América de boicotear instituciones israelíes cómplices de la ocupación. En ese caso, grupos en los estados de Nueva York hasta Illinois fracasaron rotundamente en sus iniciativas legislativas destinadas a frenar la libertad de expresión en los campus.

Mientras los legisladores negocian cómo se considerarán las medidas antes del plenario de la Cámara y el Senado, el tratamiento especial de estas enmiendas recibidas podría ser su perdición. Si la legislación, de hecho, pasa en su forma actual, se sentaría un peligroso precedente para la libertad de expresión y consolidaría el papel de Estados Unidos como el principal facilitador de la ocupación israelí.

Fuente: http://mondoweiss.net/2015/04/legislation-targeting-movement