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Limpieza étnica en el Parlamento de Israel

Fuentes: Mondoweiss

Traducido del inglés para Rebelión por J. M.

 

Cartel del partido Balad previo a las elecciones

El Gobierno de Benjamin Netanyhu está elaborando una legislación que debería cuestionar en la conciencia de espectadores la pregunta de si Israel es la democracia que, con orgullo, dice ser. El proyecto de ley permite a una mayoría de tres cuartas partes del Parlamento expulsar a un diputado que recibió el mandato de los votantes.

Se da nueva vida a la frase «tiranía de la mayoría». Pero en este caso, la mayoría será de parlamentarios judíos que oprimen a sus colegas palestinos.

Netanyahu ha presentado el proyecto de ley como una respuesta necesaria a las recientes acciones de los tres diputados de la facción Balad de la lista conjunta, una coalición de partidos que representan a una quinta parte de la población de Israel, que son ciudadanos palestinos y a quienes a menudo se pasa por alto.

Él afirma que los parlamentarios se han «puesto del lado de terror» este mes cuando visitaron a familias palestinas de Jerusalén Este ocupada que han estado esperando muchos meses para que Israel les devuelva los cuerpos de sus familiares.

Los 11 cuerpos están entre los que se supone que han llevado a cabo lo que se denomina «ataques de lobo solitario», como parte de una reciente ola de agitación palestina. Temeroso de más protestas, Israel ha exigido que las familias entierren los cuerpos en secreto, sin autopsias y en parcelas fuera de Jerusalén.

Hay una apremiante cuestión moral y política sobre el uso que hace Israel de los restos que le sirven como moneda de cambio para fomentar la obediencia palestina hacia su ocupación ilegal.

Pero los tres parlamentarios palestinos también creían que estaban bajo la obligación de ayudar a las familias añadiendo presión sobre el Gobierno de Netanyahu para que devuelva los cuerpos.

La minoría palestina de Israel tiene una condición muy degradada de ciudadanía, pero goza de más derechos que los palestinos que viven bajo la ocupación.

Sin embargo, cuando un video del encuentro de los diputados con las familias fue publicado en internet, la derecha israelí aprovechó la oportunidad para difamar a los miembros del Parlamento. Un comité parlamentario de «ética» que comprende a los principales partidos judíos suspendió a los tres parlamentarios durante varios meses. Ahora se enfrentan a la pérdida de sus bancas.

Esto es parte de una tendencia clara. A finales del año pasado, el Gobierno prohibió el Movimiento Islámico del norte, una organización política extra partidaria, religiosa y ocupada en beneficencia popular.

A pesar de las declaraciones de Netanyahu de que el movimiento estaba relacionado con el «terror», filtraciones a los medios de comunicación israelíes mostraron que sus jefes de inteligencia le habían aconsejado semanas antes de la expulsión de que no había evidencias para apoyar tales acusaciones.

Todo el tiempo, muchos palestinos en Israel sospecharon que Netanyahu volvería pronto su mirada sobre los partidos palestinos representados en el Parlamento. Y así lo ha hecho.

Balad, que denuncia al Estado de Israel como un Estado judío y hace campañas ruidosas por la reforma democrática, era probable que siempre estuviera en la parte superior de su lista.

En todas las recientes elecciones generales, un comité electoral dominado por los partidos judíos ha prohibido a Balad o sus líderes poner un pie, aunque sea sólo para ver, en los tribunales israelíes para revertir la decisión.

Ahora Netanyahu está legislando la expulsión de Balad y lanza el guante a los tribunales.

No terminará allí. Si Balad es desarticulado, la participación de las otras facciones de la Lista Conjunta será insostenible. En efecto, la derecha israelí está tratando de limpiar étnicamente el Parlamento.

Para aquellos que dudan de tales intenciones, se debe tener en cuenta que hace dos años, el Gobierno elevó el umbral electoral para la entrada al Parlamento, específicamente para excluir a las facciones palestinas.

La intención era vaciar el parlamento de sus representantes palestinos. Sin embargo, estas facciones hicieron a un lado sus diferencias históricas para crear la Lista Conjunta.

Netanyahu, que había esperado ver el fin de los partidos palestinos en las elecciones generales del año pasado, sin darse cuenta los transformó en el tercer partido más grande. Ese fue el contexto para su ahora infame advertencia durante la campaña de que «los árabes están saliendo en masa a votar».

La actual represión sobre los partidos palestinos finalmente puede reventar la suposición simplista -ampliamente aceptada en Occidente- de que Israel es una democracia y la otra no menos importante, que su minoría palestina vota.

Este argumento siempre estuvo profundamente equivocado. Después de la creación de Israel en 1948, los funcionarios dieron la ciudadanía y el voto a los pocos palestinos que quedaron dentro de las nuevas fronteras, precisamente porque eran una pequeña y débil minoría.

Con el destierro del 80 % de los palestinos de su tierra natal, Israel definió con eficacia su circunscripción electoral nacional para asegurarse de que habría a perpetuidad una gran mayoría judía.

Un diputado palestino, Ahmed Tibi, lo resumió perfectamente. Israel, dijo, es un Estado democrático para los judíos, y un Estado judío para sus ciudadanos palestinos.

En verdad, el voto de los ciudadanos palestinos fue siempre entendido como una fachada. David Ben Gurion, el primer ministro de Israel, suponía que la población palestina remanente se vería diluida por los inmigrantes judíos que inundarían el nuevo Estado.

Calculó mal. La minoría palestina tenía una tasa de natalidad muy superior y mantuvo su proporción del 20 % de la población.

Nada de esto habría importado si los representantes palestinos hubieran seguido en silencio aceptando su posición de maniquíes de escaparate.

Pero en los últimos años, como la Autoridad Palestina de Mahmoud Abbas se ha hecho cada vez más débil y se ha confinado a pequeños enclaves de Cisjordania, los parlamentarios palestinos en Israel han tomado algo de holgura.

Esa fue la razón por la que los parlamentarios de Balad se reunieron con las familias de Jerusalén. La AP, prohibida por Israel en Jerusalén Este, ha estado observando con impotencia quelas familias han estado tratando desesperadamente de llegar a recuperar los cuerpos de sus seres queridos.

Este mes Netanyahu dijo que rodearía a Israel con muros para mantener fuera de las cercanías a las «bestias salvajes». En su opinión, también hay animales salvajes que se encuentran en el Parlamento de Israel y está dispuesto a levantar muros para mantenerlos fuera también.

Una versión de este artículo apareció por primera vez en the National, Abu Dabi.

Fuente: http://mondoweiss.net/2016/02/israels-ethnic-cleansing-of-its-parliament/

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y a Rebelión como fuente de la traducción.