La declaración internacional sobre la situación en Siria e Irak «Movilicémonos contras las dictaduras, la agresión imperialista y Daesh. Rechazamos las políticas de ‘seguridad nacional’, el racismo y la austeridad», publicada en International Viewpoint el pasado 11 de diciembre, tiene ya (marzo de 2016) la firma de más de 40 organizaciones socialistas revolucionarias de cinco […]
La declaración internacional sobre la situación en Siria e Irak «Movilicémonos contras las dictaduras, la agresión imperialista y Daesh. Rechazamos las políticas de ‘seguridad nacional’, el racismo y la austeridad», publicada en International Viewpoint el pasado 11 de diciembre, tiene ya (marzo de 2016) la firma de más de 40 organizaciones socialistas revolucionarias de cinco continentes. [1]
Recibimos con satisfacción la publicación de una declaración que ha cosechado un apoyo tan amplio en la izquierda internacional. Como personas que se sienten fuertemente vinculadas a la izquierda revolucionaria y a sus vicisitudes, esperamos ver en el futuro más iniciativas internacionales de este tipo, ya que pueden contribuir a la coordinación de las organizaciones de la izquierda revolucionaria, ayudando así a que seamos una fuerza social y políticamente más visible. Queremos agradecer a los y las compañeras el haber tomado la iniciativa de lanzar esta declaración internacional. Compartimos el análisis y las demandas en él contenidas.
Sin embargo estamos profundamente decepcionados por el hecho de que la declaración no dice absolutamente nada sobre la revolución kurda o el experimento específicamente democrático que está teniendo lugar en Rojava (el Kurdistán sirio). Ni siquiera se plantea la solidaridad hacia ellos. Desde nuestro punto de vista, todo esto es sintomático de las dificultades que tienen algunas secciones de la izquierda revolucionaria para plantear la solidaridad hacia Rojava, la revolución kurda y el PKK (Partido de los Trabajadores de Kurdistán). Por eso hemos aprovechado esta oportunidad para publicar una carta abierta dirigida a las organizaciones firmantes de la declaración, con la esperanza de abrir (o intensificar) una discusión internacional sobre el tema que aquí se plantea.
La Primavera Árabe se ha retirado hacia la larga noche del invierno árabe. La única instancia en la que las revueltas democráticas del mundo árabe no han sido aplastadas por fuerzas reaccionarias y sí ha dado lugar al establecimiento de un nuevo sistema político democrático es Rojava, el territorio kurdo en el norte de Siria. En él las dinámicas de la revolución siria han conectado con el movimiento de liberación kurdo, involucrando al conjunto de poblaciones kurdas presentes en la región. Bajo el liderazgo del PYD (Partido de la Unión Democrática), la población del Kurdistán sirio está experimentando con un modelo de organización social democrático, laico y multiétnico, que proclama la igualdad de género, la justicia social y el respeto por el medio natural. Por supuesto, la revolución en Rojava no es de carácter socialista, a pesar de que así se definen las fuerzas que la están liderando. Pero es sin embargo una revolución democrática, una revolución contra la opresión nacional y una revolución feminista. Representa por tanto el evento más esperanzador e inspirador en esta región azotada por el terror yihadista, la guerra civil y la intervención imperialista. En ningún otro sitio las revueltas democráticas de los últimos años -desde Tahrir a Occupy y los movimientos de las plazas en el sur de Europa- han condensado en un modelo social alternativo como lo han hecho en Rojava. Podría llegar a ser un modelo alternativo para otras partes de la región, podría inspirar otras luchas… Y las dinámicas de las revoluciones democráticas siempre pueden contener el potencial para conducir a una revolución de carácter socialista. Es justamente por esto que Rojava se ha convertido en el objetivo del terror de Daesh y el sub-imperialismo turco, así como el punto más importante de solidaridad internacional por parte de los movimientos progresistas y de izquierda de la región.
El PYD es el partido hermano sirio del PKK. El PKK ha pasado a través de una considerable transformación durante los últimos años. Se ha alejado de su origen estalinista y nacionalista para orientarse -en base a una inspiración socialista-libertaria- hacia un modelo de «confederalismo democrático» que se sobrepone a las fronteras del estado-nación e incluye la liberación de la mujer como un objetivo central. En las últimas décadas el PKK ha construido una organización de masas transnacional y revolucionaria con millones de seguidores. Es sin duda la fuerza de izquierdas más importante de toda la región. En Turquía el PKK y sus organizaciones hermanas luchan contra el despotismo neoliberal de Erdogan; en Siria se han opuesto al régimen de Assad, forzándolo a retirarse de Rojava (después de que el levantamiento en Siria pusiera al régimen bajo una presión considerable) y se han convertido en el principal enemigo de Daesh; en Irán se han opuesto a la dictadura de los mulás; en el norte de Irak luchan contra Daesh y resisten en oposición al régimen corrupto y pro imperialista de Barzani. En Turquía el HDP (la alianza entre el movimiento kurdo, la izquierda radical turca, el movimiento del Parque Gezi y organizaciones de mujeres y LGTB) ha revitalizado la izquierda y ha conseguido pasar el umbral del 10% de apoyo electoral -el primer partido de izquierdas que lo consigue en toda la historia del país. La lucha contra Erdogan liderada por el PKK en las zonas kurdas de Turquía ha tomado mientras tanto la forma de levantamiento popular abierto por la «autonomía democrática».
En respuesta a la fuerza creciente del PKK y sus organizaciones hermanas, Turquía -estado miembro de la OTAN- ha puesto en marcha desde el pasado junio una nueva guerra contra el movimiento kurdo y ha comenzado a reprimir brutalmente los levantamientos populares en el Kurdistán del norte (Turquía). Mientras, las posiciones del PKK en el norte de Irak están siendo bombardeadas y persiste el peligro de una invasión militar de Rojava por parte de Turquía.
Aunque el PKK lucha en primera línea contra Daesh (al tiempo que se opone a Erdogan, Assad, los mulás y Barzani) sigue siendo considerada una organización terrorista -y en consecuencia, prohibida- por parte de los Estados Unidos, la Unión Europea y muchos otros estados. Pocos ejemplos muestran mejor la falsedad de la guerra de Occidente «contra ISIS» que la persecución que sufre el adversario más militante del propio ISIS: el PKK. En esta situación la izquierda internacional tiene la tarea de desarrollar una solidaridad anti imperialista concreta hacia la fuerza más importante de la izquierda en Oriente Medio, levantando una campaña potente contra la persecución que sufre el PKK, particularmente en aquellos estados que son en sí mismos centros imperialistas.
¡Esperamos esta solidaridad también de las organizaciones firmantes de la declaración a la que nos referimos más arriba!
Para los y las socialistas revolucionarias la solidaridad hacia los movimientos de liberación nunca debe ser acrítica. Hay mucho que criticar respecto al pasado del PKK y el PYD y también respecto a su acción presente: su rechazo a considerar la clase trabajadora como el actor central de la transformación socialista, su compresión sesgadamente ética del socialismo, las bases históricas de las teorías de Abdullah Öcalan, el culto a la personalidad que le rodea, los ataques a las manifestaciones opositoras en las zonas controladas por el PYD, etc. Las maniobras constantes del PKK respecto a las cambiantes alianzas de las intervenciones imperialistas, desde luego también deben ser examinadas de forma crítica.
No obstante, consideramos inaceptable que revolucionarios socialistas ni siquiera mencionen Rojava, la revolución kurda o la lucha del PKK en una declaración sobre la situación en Oriente Medio. Muestra la ceguera política que padecen respecto a la fuerza de izquierdas más importante de Oriente Medio. La solidaridad hacia su lucha debería en cambio convertirse en una perspectiva estratégica unitaria para la solidaridad de izquierdas hacia las fuerzas progresistas de la región.
Además de las demandas contenidas en la declaración arriba mencionada, exigimos:
– Un debate público sobre la significancia de Rojava, la revolución kurda y la lucha del PKK entre las fuerzas socialistas revolucionarias.
– Apoyo activo para la revolución de Rojava y los levantamientos en el Kurdistán del Norte.
– El lanzamiento de una campaña internacional por parte de los y las socialistas revolucionarias contra la ilegalización del PKK o la implicación en las campañas existentes.
Primeros/as firmantes:
Michael Prütz (NaO – Neue antikapitalistische Organisation [Nueva Organización Anticapitalista], Alemania; se unió al GIM – Gruppe Internationaler Marxisten [Grupo Marxista Internacional] en 1970)
Angela Klein (isl – international sozialistische linke [Izquierda Socialista Internacional], Alemania)
Dr. Florian Wilde (Die Linke; desde 1993 a 2002 miembro de los grupos de la IST, Alemania)
Erkin Erdogan (DSİP – Devrimci Sosyalist İşçi Partisi [Partido Socialista Revolucionario de los Trabajadores], Turquía / Marx21, Alemania)
Tino Plancherel (ex-miembro del SAP – Sozialistische Arbeiterpartei [Partido Socialista de los Trabajadores], Suiza)
Michael Schilwa (NaO, Alemania; se unió al GIM en los años 70)
Michael Eff (NaO, Alemania; miembro fundador del KJO Spartakus en 1969)
Mark Bergfeld (Colonia/Londres)
Seguiremos recolectando y publicando firmas. Si quieres firmar, por favor envía tu nombre (y, de ser posible, la organización a la que perteneces) a [email protected]
Notas
[1] La declaración fue inicialmente publicada en el sitio libanés Al Manshour