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Seis necesidades básicas y una cuestión teórica

¿Cómo investigar la Revolución cubana? (y II)

Fuentes: La Tizza

Esta es la segunda parte de la conferencia realizada en junio de 2016 por el Grupo de Estudios sobre la Revolución cubana, donde Fernando Martínez Heredia presentó extensamente a sus miembros lo que él consideraba como los cinco problemas y las seis necesidades básicas para investigar la Revolución cubana. Lea aquí la primera parte La […]

Esta es la segunda parte de la conferencia realizada en junio de 2016 por el Grupo de Estudios sobre la Revolución cubana, donde Fernando Martínez Heredia presentó extensamente a sus miembros lo que él consideraba como los cinco problemas y las seis necesidades básicas para investigar la Revolución cubana.

Lea aquí la primera parte

La primera es estudiar lo que sucedió en sus hechos, sus problemas, sus procesos fundamentales, sus contradicciones y sus conflictos; hasta conocerlos. Hay que estudiar lo que sucedió, y ya es parte, pero es más ancho que la investigación. Uno va a investigar algo más acotado, pero tiene que profundizar en lo que sucede en las revoluciones. Estudiar sus hechos, sus sucesos, sus contradicciones, el transcurso de esto en el tiempo; que uno después no se desayune con cosas fundamentales. Ahí tenemos un problema gravísimo, porque la enseñanza cubana no ha hecho del graduado universitario un conocedor de la Revolución cubana; conocen batallas, ciertos hechos, fechas memorables, pero no así. En eso hay que ser implacables. ¿Por qué?: primero porque va a salir ganando la investigación de cada uno; después, si esto de verdad funciona como grupo, se puede ayudar la gente.

Hay que distinguir entre creencias y lo que ya se va estableciendo como conocimiento. Aprender a buscar, incluso cuando no se dice exactamente lo que uno está investigando. Es decir, pasar de lo que serían sentidos comunes, a lo que ya son conocimientos. A veces no es grande la diferencia, pero a veces es abismal, y entonces hay que encontrar puntos de ignorancia y puntos de silencio al mismo tiempo. Pueden ser bienintencionados, de un modo u otro, pero hay puntos de ignorancia y puntos de silencio en todo proceso de este tipo. Por eso digo que hay que ir desde las creencias a lo que se va estableciendo. Buscar…, buscar no es lo mismo que aceptar, y encontrarlos.

Creo que esa es la cuestión dentro de la primera necesidad básica. Hay que añadir detalles de tipo relevante de los campos de sucesos y acciones diferentes, y de los condicionamientos. Estoy separando ahora, como metodología, a los hechos y procesos de los condicionamientos, teniendo en cuenta que no es lo mismo decir: «yo estoy en un lío tremendo y en eso mataron al presidente de los Estados Unidos. Eso cambió mis cosas pero no era un problema mío, yo no lo mandé a matar»; o, «yo estoy en otro asunto y pasan tres ciclones. Terrible, yo tampoco los mandé a pasar». Esos son accidentes. Y hay condicionamientos que son permanentes o duraderos; por ejemplo, la debilidad de Cuba como vendedor en el mercado internacional es un condicionamiento permanente tanto para fijar precios, para la utilización de monedas duras, como para la solicitud de créditos con los que se va a comprar, que es una de las bases de funcionamiento del comercio internacional en el último medio siglo: «te doy crédito para que compres lo que yo te vendo». Eso del libre comercio es mentira. Pero además, países grandes se lo hacen a países grandes, no solo a los chiquitos.

En esta primera necesidad incluyo la intuición del investigador. La intuición no siempre sale en los manuales de metodología, pero la intuición es imprescindible; y si es posible, un poco de imaginación.

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Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.