Tal como se había anunciado, la Oficina de Control de Bienes Extranjeros del Departamento de Tesoro (OFAC) dio a conocer un conjunto de regulaciones para limitar los viajes, estancias y envío de remesas monetarias a Cuba, fruto de la estrategia anticubana de la ultraderecha norteamericana en el poder y de sus alianzas con la mafia […]
Tal como se había anunciado, la Oficina de Control de Bienes Extranjeros del Departamento de Tesoro (OFAC) dio a conocer un conjunto de regulaciones para limitar los viajes, estancias y envío de remesas monetarias a Cuba, fruto de la estrategia anticubana de la ultraderecha norteamericana en el poder y de sus alianzas con la mafia cubano americana de Miami. Este conjunto de medidas, emanadas de las recomendaciones dadas a conocer en mayo último por la «Comisión de Asistencia para una Cuba Libre», representan una infame maniobra con fines electoreros por parte de George W. Bush, dirigidas a afectar particularmente al pueblo cubano sobre la base del arreciamiento del criminal bloqueo contra la Isla.
Otras víctimas, sin embargo, se aprecian como resultado de la aplicación de estas medidas: en primer lugar, los miles de cubano americanos residentes en Estados Unidos, quienes se ven imposibilitados de enviar ayuda monetaria a sus familiares en Cuba o de visitarlos cuando sea necesario; en segundo lugar, son afectados miles de ciudadanos norteamericanos que ven violados sus derechos constitucionales de viajar libremente a donde consideren y de entablar abierto contacto con otros pueblos. Por supuesto, víctimas son también la ciencia, el deporte y la cultura, como resultado del tácito congelamiento de los intercambios entre los cubanos y norteamericanos.
Basta examinar las medidas anticonstitucionales y fascistoides de la administración Bush, para tener plena conciencia de su carácter reaccionario e inhumano.
1.- Sólo podrán viajar a Cuba, una vez cada tres años y por no más de 14 días, los residentes en Estados Unidos que tengan familiares directos en las Isla.
Esta primer medida presupone la exclusión de todo aquel residente en EE UU que desee viajar a la Isla a partir de su legítimo derecho de conocer otro país, vacacionar en él o relacionarse con la vida cultural u otros valores sobresalientes de los cubanos. ¿Qué precepto constitucional faculta a la Casa Blanca a pisotear tan sagrado derecho de sus ciudadanos? ¿Qué dirían los Padres Fundadores de los Estados Unidos ante tamaña tropelía?
Igualmente, se excluyen aquellos cubanos residentes en EE UU quienes deseen visitar a familiares que no sean padres, hijos, esposos, hermanos y abuelos. De acuerdo con ello, visitar a un primo, tío, sobrino o amigos, resulta prohibitivo para los cubanoamericanos, atentándose contra el normal desarrollo de las relaciones familiares. Ante tan criminal discriminación, cabría preguntarse, pues: ¿Quién le dio el derecho a Bush a fraccionar el sagrado concepto de la familia, avalado por la propia Constitución Norteamericana?
Sin embargo, a pesar del carácter exclusivo y fragmentario del concepto familia, el crimen no queda sólo en eso. El hecho de limitar las visitas a sólo una cada tres años es aún más monstruoso. ¿Qué sucedería con los cubanoamericanos que hayan visitado la Isla en una ocasión y luego reciben la noticia de que una enfermedad terminal afecta a uno de sus seres queridos? Sin lugar a dudas, se verían dolorosamente privados de acompañar a su familia en esas horas difíciles o de dar el último adiós al padre, madre, hermano o hijo amados. La crueldad, entonces, ha sido santificada por obra y gracia del odio irracional a los cubanos de la Isla.
De la misma manera, esta medida limita la estancia a sólo 14 días, luego de tres largos años de separación. ¿Qué sucedería con aquel cubanoamericano que, durante su visita a la Isla enfermara gravemente y se viera imposibilitado de regresar en ese término? De la misma manera, ¿qué ocurriría si usted visita a un familiar residente en Cuba que se encuentra gravemente enfermo y necesita de su presencia a su lado siendo usted residente en Estados Unidos? Como puede apreciarse, la limitación de la estancia a sólo 14 días constituye una flagrante violación de derechos humanos y crea las condiciones para sancionar a todo aquel que, por circunstancias de fuerza mayor, requiera más tiempo de estancia durante su visita.
2.- Cada viajero podrá llevar consigo el dinero correspondiente a 50 USD diarios y otros 50 USD para pagar, por una vez, su transportación si debe trasladarse al interior del país.
Obviamente, si el viajero permanecerá sólo 14 días durante su visita a Cuba, sólo podrá disponer de 700 USD para gastos personales, lo que resulta realmente insuficiente. De la misma manera, con esta medida se imposibilita que el visitante realice gastos para mejorar las condiciones de vida de sus familiares en Cuba, como comprarles un efecto eléctrico necesario como es el caso de un refrigerador u otros. Para realizarlo, tendría que abstenerse de realizar gasto alguno durante su estancia.
Como puede apreciarse, con esta medida no se castiga a Cuba, sino al propio visitante que se ve imposibilitado de mejorar las condiciones de vida de sus familiares residentes en la Isla.
3.- Se prohibe a los viajeros la importación de cualquier producto adquirido en la Isla, exceptuando material informativo.
En correspondencia con esta medida, los visitantes no podrán llevar recuerdos de su estancia, ni artesanías cubanas, ron, cigarrillos o tabacos. Es, sin lugar a dudas, una forma descarada de evitar que los viajeros puedan regalar artículos cubanos a sus amigos y familiares en los Estados Unidos, así como una forma de profundizar el bloqueo contra la Isla.
4.- Cada viajero sólo podrá llevar 44 libras de equipaje.
De acuerdo con esta medida, el visitante se verá imposibilitado de traer a Cuba regalos en la cantidad mínima requerida para contribuir a resolver necesidades de vestir y calzar a sus familiares. De la misma forma, deberá limitar la cantidad de medicinas a transportar para Cuba, colocándose en la penosa disyuntiva de tener que priorizar entre medicamentos y otros artículos necesarios para su familia.
5.- Todas las licencias otorgadas a personas que solicitaron viajar a Cuba, expiran el 30 de junio.
Esta constituye, sin lugar a dudas, la más preocupante de las medidas desde el punto de vista inmediato, ya que la revocación de las licencias otorgadas para viajar a Cuba puede afectar a todos aquellos que se encuentran de visita en Cuba en estos momentos o viajen antes del 30 de junio, debiendo regresar antes del día 29. Por su parte, los que ya contaban con dicha licencia específica o general para viajar a Cuba en los próximos días, deben cancelar sus viajes ya planificados y solicitar las licencias para viajar a tenor con las nuevas normas implementadas.
6.- Se mantiene el envío de remesas familiares no superiores a 100 USD mensuales y destinadas a familiares directos (padres, esposos, hijos, hermanos y abuelos), exceptuando a personas vinculadas al gobierno cubano.
La excepción del envío de remesas monetarias abarca a una diversidad de funcionarios cubanos entre los que se incluyen:
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Miembros del Buró Político, del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, dirigentes partidistas en los niveles provinciales y municipales, incluyendo jefes de departamentos del Comité Central y sus funcionarios; así como dirigentes dentro del gobierno cubano. En este último caso se incluyen ministros, vice ministros, funcionarios de las Asambleas del Poder Popular en sus diferentes instancias, así como dirigentes partidistas y de los Comités de Defensa de la Revolución a instancias locales.
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Miembros del Ministerio del Interior y de las Fuerzas Armadas.
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Dirigentes y funcionarios de la Central de Trabajadores de Cuba y líderes sindicales de reconocida trayectoria revolucionaria en los niveles nacional y provincial.
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Directores, editores y otros dirigentes de los medios oficiales de prensa, radio y televisión.
7.- Cancelación de la licencia general que permite a académicos y profesionales norteamericanos para viajar a Cuba con vistas a realizar investigaciones o participar en eventos. A partir del 30 de junio sólo podrán venir a Cuba empleando una licencia específica expedida por la OFAC.
Esta medida será usada, indudablemente, para afectar los intercambios científicos, culturales y deportivos entre ambos países, supeditándolos a los intereses oficiales del gobierno norteamericano. Resulta, sin lugar a dudas, u n atentado directo contra la ciencia, la cultura y el deporte.
8.- Limitación de los viajes de estudiantes a nivel de college y universitario, con la condicional de que se haga autorizado por una licencia especial y en un término no mayor de un año.
Esta limitación excluye a aquellos trabajadores de centros académicos que no laboran a tiempo completo. De la misma manera, supedita dichos viajes a la conveniencia del gobierno norteamericano.
9.- Eliminación de aquellos viajes realizados por residentes en Estados Unidos cuyos gastos fuesen pagados por Cuba, incluyendo sus instituciones oficiales, así como instituciones de otros países.
Esta medida afecta de la misma forma a los intercambios culturales, científicos y deportivos en los que deban participar ciudadanos o residentes en Estados Unidos, con independencia de que estos gastos fuesen pagados por instituciones o entidades de terceros países.
10.- Prohibición de viajar hacia Cuba por terceros países, sea por medio de líneas aéreas o por medios propios, y cuyo viaje reporte algún beneficio al gobierno cubano.
Esta medida se aplica a todos aquellos residentes en Estados Unidos, a los que se ha amenazado con fuertes represalias que incluyen penas de cárcel y elevadas multas. Se ha llegado al extremo de montar dispositivos persecutorios contra aquellos que se dediquen a traer dinero o paquetes a Cuba, estimulando a personas con recompensas si los delatan y ponen en conocimiento de las autoridades norteamericanas.
El carácter anticonstitucional y retrógrado de estas medidas implementadas por la OFAC ha disgustado a la mayoría de la comunidad cubano americana residente en Estados Unidos. Sin embargo, recibieron el apoyo del grupo de intolerantes de Miami, los que las han visto como un medio para acabar con la Revolución. Haciendo caso omiso de las penurias que puedan provocar en gran parte del pueblo cubano, la extrema derecha contrarrevolucionaria declaró su apoyo inmediato a las mismas.
La «loba feroz», Ileana Ros-Lethinen, se identificó rápidamente con la criminal maniobra. Haciendo gala de un incontrolable regocijo, declaró: «Me complace que la administración y el Departamento de Estado estén implementando estas medidas (…) Le doy las gracias al Presidente por su liderazgo en asegurar que la democracia y la libertad estén más cerca que nunca para Cuba».
Como para no quedarse atrás de las declaraciones de su consorte de intolerancia y odio hacia Cuba, Lincoln Díaz Balart se apresuró a declarar su alborozo ante tan injustas medidas: «El presidente George W. Bush es el mejor amigo que la causa de la libertad de Cuba ha tenido en la Casa Blanca. Le agradezco al presidente Bush la implementación de estas regulaciones que fortalecen de forma importante el embargo contra la tiranía cubana».
Otras voces cargadas de odio e intolerancia aplaudieron las medidas anticubanas. La Coalición de Funcionarios Hispanos Republicanos Electos y Unidos para Promover una Cuba Libre y Democrática decidió enviar una carta a Bush felicitándolo por su «compromiso a favor de la libertad y la democracia en Cuba». Pasándole la mano a Bush por sus ataques reiterados en otros momentos, Marcos Rubio, representante estatal republicano, declaró: »Si el pasado año firmamos una carta manifestándole las inquietudes de la comunidad sobre la política estadounidense hacia el régimen de Fidel Castro, lo más justo es reconocer el esfuerzo presidencial en enfocar el tema cubano con un plan de recomendaciones serias y concretas».
De la misma forma, diversos voceros del autotitulado exilio apoyaron las medidas anticonstitucionales y anti familiares, destacándose entre ellas las de Ninoska Pérez Castellón y Luis Zúñiga Rey por el Consejo por la Libertad de Cuba, un execrable nido de terroristas. En este infausto papel se destacaron representantes de la Brigada 2506, de Comandos F4, Hermanos al Rescate y de otros grupos terroristas.
A pesar de que estas medidas afectarán directamente al pueblo cubano, éste no se someterá a las ilusas pretensiones de rendirlo por hambre. Su capacidad de resistencia, de la que ha hecho gala en muchas ocasiones, se pondrá a prueba nuevamente y sabrá salir airoso de la amenaza. Su fe en la Revolución no puede ser destruida con medidas infames de este tipo, ni con amenazas o presiones.