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Declaración de Quito: ¡Las plantaciones no son bosques!

Fuentes: Ecoportal.net

Estas plantaciones obedecen a intereses de las grandes trasnacionales de la celulosa y el papel, a los grandes negocios de la madera y a las políticas de los organismos multilaterales, principalmente la FAO, el Foro de Naciones Unidas sobre Bosques y el Convenio de Cambio Climático, que se han convertido en agentes suyos.

Reunidos en el Foro Social de las Américas organizaciones venidas de todos los países de América Latina, sumamos nuestros sueños para decir en un sólo grito que Otro Mundo es Posible y no dejaremos que arrebaten nuestra esperanza quienes inundan hoy el Planeta con grandes monocultivos de árboles (eucalipto, pino, palma africana, teca y otros)

Ellos nos arrebatan nuestras tierras y hacen de nuestro territorio un desierto donde ya los pájaros no cantan; siembran árboles para un consumo abusivo que termina llenando de papel los basureros; ocupan nuestras tierras que ya no se destinan para resolver el hambre amenazante; desecan nuestras ríos y nuestros manantiales; engañan cuando prometen empleos que nunca llegan; expulsan a nuestras comunidades y desplazan la flora nativa dejando sin alimento a la fauna. Estas plantaciones de árboles, estos desiertos de verde monocromático, destruyen el arco iris de la diversidad biológica y homogeneizan y erosionan nuestras culturas.

Este sacrificio nos lo imponen a los pueblos de América para que se produzca la celulosa con la que se fabrican las servilletas, los diarios vacíos de información, los empaques de productos carentes de sentido; estas plantaciones se hacen con el pretexto de acumular el carbono que ha inundado la atmósfera por el desaforado consumo de petróleo, sin que se haga nada para que ese consumo se detenga; se guarda carbono en árboles que se calcinan espontáneamente en extensiones inmensurables, lo que es como guardar queso en la madriguera del ratón. Se cubren extensiones inmensas con palma africana con la que se fabricarán cosméticos para pieles de plástico.

Estas plantaciones obedecen a intereses de las grandes trasnacionales de la celulosa y el papel, a los grandes negocios de la madera y a las políticas de los organismos multilaterales, principalmente la FAO, el Foro de Naciones Unidas sobre Bosques y el Convenio de Cambio Climático, que se han convertido en agentes suyos. Son ellos quienes fundamentalmente han alentado estas plantaciones, les dan el marco teórico, las soportan ideológicamente y las viabilizan.

Nuestros Estados elaboran políticas forestales que antes de servir para conservar nuestra herencia ecológica de praderas, selvas y bosques, sirven para alentar estas plantaciones con subsidios, con exenciones tributarias, con créditos blandos, con construcción de infraestructura y con desarrollo de investigación, todo para beneficio de las grandes empresas, nunca de nuestros hermanos y hermanas. Estas políticas forestales legitiman el monopolio y la concentración de la tierra, condición esencial para asegurar el ingreso del capital extranjero en los llamados TLC (Tratados de Libre Comercio), que debieran llamarse tratados de entrega y esclavitud.

Estamos en contra de las plantaciones que se hacen llamar sumideros de carbono, bajo el manto de los servicios ambientales, encubriendo el desastre climático que ha provocado el modelo de petroadicción y de concentración de bienestar y de riqueza. Estamos en contra de lo que catalogamos ?Maquila forestal?, que es la promoción de grandes monocultivos a nivel regional, instalados en predios de pequeños campesinos y de comunidades locales.

Estamos en contra de la certificación de los monocultivos de árboles.

Estamos en contra de este modelo nefasto porque estamos a favor de que nuestras tierras, mares, praderas, selvas y bosques estén en manos de los pueblos y se dediquen, en primer lugar, a asegurar su soberanía alimentaria. Estamos a favor de que la gente conserve su territorio y su cultura y no se vea forzada al destierro; queremos que los pueblos sigan teniendo relaciones de solidaridad y no de competencia, que se tengan relaciones de armonía y respeto con el entorno; queremos que las relaciones entre las naciones no estén mediadas por tratados con reglas unilaterales y alevosas que facilitan el saqueo y la sumisión de nuestros países; queremos que el agua, los bosques y la fauna sigan existiendo.

Estamos en contra de los monocultivos de árboles porque estamos a favor de la vida.

Firman esta declaración:
Argentina
Daniela Verzeñassi – Foro Ecologista de Paraná
Bolivia
Patricia Molina ? FOBOMADE
Brasil
Derli Casali – Rede Alerta Contra o Deserto Verde
Chile
Lucio Cuenca – OLCA
Colombia
Hildebrando Vélez – CENSAT
Ecuador
Ivonne Ramos, Ricardo Buitrón, Patricia Granda, Nathalia Bonilla – Acción Ecológica
Nicaragua
Magda Lanuza – Grupo Hijas e Hijos del Maíz
Perú
Ivonne Yanez – Oilwatch
Uruguay
Ricardo Carrere – Grupo Guayubira
Venezuela
María Eugenia Bustamante, Alicia García ? AMIGRANSA

Enviado por
Red latinoamericana contra los monocultivos de árboles