Ecologistas en Acción, que ha estado presente en el Foro Mundial del Agua, en la ciudad de México, considera que las grandes empresas ligadas a la producción de agua potable, unidas a algunos países y al Banco Mundial, han impedido que se declare el acceso al agua potable como un derecho humano fundamental, provocando el fracaso de dicho Foro.
A pesar de que el Foro Mundial del Agua no ha obtenido el éxito deseado, sí se han alcanzado algunos avances importantes, destacando la labor realizada por el Ministerio de Medio Ambiente español con su apoyo firme a la declaración del acceso al agua potable como un derecho humano fundamental, apoyando decididamente las tesis defendidas unánimemente por el Foro alternativo, que se ha celebrado en México simultáneamente, así como por algunos gobiernos, especialmente latinoamericanos.
Ecologistas en Acción considera que el Banco Mundial y los países que se han opuesto a la declaración del acceso al agua potable como un derecho fundamental, son responsables del fracaso del Foro Mundial del Agua. Por ello, debería tratarse esta propuesta en la Asamblea General de Naciones Unidas, donde las grandes empresas transnacionales, al menos teóricamente, no tengan acceso y capacidad de influencia.
En este sentido, Ecologistas en Acción solicita al Gobierno español que lleve esta propuesta a la Asamblea General de Naciones Unidas, de tal manera que el derecho al agua potable y a un saneamiento adecuado pueda incluirse en la Carta de Derechos Humanos.
Por otra parte, Ecologistas en Acción se felicita del buen resultado alcanzado en el Foro Internacional en Defensa del Agua (organizado por entidades sociales y alternativo al oficial), al reforzarse la coordinación entre ONG de todo el mundo preocupadas por el problema del acceso al agua potable y su privatización. En el Foro Mundial del Agua se ha puesto claramente de manifiesto el fracaso que está teniendo lugar en las privatizaciones de los servicios de abastecimiento urbano. Ecologistas en Acción considera que se debe conseguir que toda la población mundial tenga acceso al abastecimiento de agua potable, para lo que será necesario el apoyo, sin condiciones economicistas o mercantiles, de los países desarrollados.