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Conspiraciones que no existen (II)

La termodinámica del 11-S

Fuentes: CounterPunch

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Cuando aviones secuestrados se estrellaron contra las elevadas torres del World Trade Center, en Nueva York, cada uno inyectó una nube ardiente de carburante de aviación por los 6 pisos (WTC 2) y los ocho pisos (WTC 1) en las zonas de impacto. El carburante ardiente incendió el equipo de las oficinas: escritorios, sillas, estantes, alfombras, particiones del espacio de trabajo, paneles de las paredes y del cielo raso; así como papel y plástico de varios tipos.

¿Cómo progresaron esos incendios? ¿Cuánto calor produjeron? ¿Fue suficiente este calor para debilitar seriamente la estructura de acero? ¿Cómo afectó ese calor al metal en las pilas de escombros en las semanas y meses después del colapso? Este informe es motivado por esas preguntas, y utilizará ideas de la física térmica y de la química. Mi informe previo sobre el colapso de las torres del WTC describió el papel de las fuerzas mecánicas (1).

Resumen del Instituto Nacional de Tecnología y Estándares (NIST)

Hechos básicos sobre los incendios del 11-S en el WTC extractados de las cantidades numéricas tabuladas a continuación.

Tabla 1, Tiempo y energía de los incendios del WTC

Ítem WTC 1 WTC 2
Tiempo de impacto (a.m.) 8:46:30 9:02:59
Diferencia de tiempo 10:28:22 9:58:59
Colapso (a.m.) 1:41:52 0:56:00
Niveles de zona de impacto 92-99 78-83
Niveles en el bloque superior 11 27
Poder calorífico (40 minutos) [gigavatios] 2 GW 1 GW
Poder calorífico total [gigajoules] 8000 GJ 3000 GJ

La torre 1 siguió en pie durante una hora y cuarenta y dos minutos después de ser impactada por un avión entre los niveles 92 y 99; el bloque sobre la zona de impacto tenía 11 niveles. Durante los primeros 40 minutos de este tiempo, hubo fuegos con un tasa promedio de liberación de calor de 2 GW (gigavatios = 10^9 vatios), y la energía calorífica total liberada durante el intervalo entre el impacto del avión y el colapso del edificio fue de 8.000 GJ (gigajoules = 10^9 joules).

Un joule es una unidad de energía; un vatio es una unidad de potencia; y un vatio equivale a una velocidad de descarga de un joule por segundo.

La torre 2 siguió en pie durante cincuenta y seis minutos después de ser impactada entre los niveles 78 y 83, aislando un bloque superior de 27 niveles. Los incendios ardieron a cerca de 1 GW durante cuarenta minutos, disminuyendo después; y al llegar el colapso se había liberado un total de 3.000 GJ de energía calorífica.

WTC 2 recibió la mitad de esa energía térmica durante los primeros 40 minutos después del impacto, tenía justo más del doble de masa del bloque superior, y cayó dentro de la mitad del tiempo que fue observado para WTC 1. Parecería que WTC 1 quedó en pie más tiempo a pesar de recibir más energía térmica porque su bloque superior era menos masivo.

Los datos en la Tabla 1 han sido tomados del resumen ejecutivo de la investigación de seguridad de incendios del NIST (2).

El trabajo del NIST combinó materiales con experimentos de laboratorio de transferencia de calor, ensayos a plena escala (¿no le gustaría quemar cubículos de oficina?), y simulaciones de ordenador para llegar a la historia y a la distribución espacial del incendio. Sobre esta base se calcularon las historias térmicas de todos los apoyos metálicos en la zona de impacto, (el NIST es muy minucioso), que por su parte fueron utilizadas como entrada de datos para los cálculos de la historia de tensión de cada apoyo. Partes de la estructura que fueron dañadas o que faltaban como consecuencia de la colisión del avión fueron consideradas, así como la introducción de masa combustible por el avión.

El acero pierde resistencia con el calor. Para los tipos de acero utilizados en las torres del WTC (acero puro, de carbono y de vanadio) la tendencia es la siguiente, relativa a 100% de resistencia a temperaturas habitables.

 

Tabla 2, Resistencia fraccional del acero a temperatura

Temperatura, grados C Resistencia fraccional, %
200 86
400 73
500 66
600 43
700 20
750 15
800 10

Utilizo C para Centígrado, no uso el símbolo grado en este informe.

Los incendios calentaron la atmósfera en la zona de impacto (una mezcla de gases y humo) a temperaturas de hasta 1.100 C. Sin embargo, hubo una amplia variación de temperatura de gas dependiendo del sitio y del tiempo por la migración de los incendios hacia nuevas fuentes de combustible, una geometría interior complicada e irregular, y cambios de ventilación con el pasar del tiempo (por ejemplo, más cristales rotos). Al principio, después del impacto, un piso podrá tener algunas áreas a temperaturas habitables, y otras áreas tan calientes como el carburante de jet ardiente, 1.100 C. Más tarde, después de que la estructura había absorbido calor, la temperatura del gas variaría en un rango más estrecho, aproximadamente entre 200 C y 700 C, lejos de los centros de fuego activo.

Como se puede ver en la Tabla 2, el acero pierde la mitad de su resistencia al ser calentado a unos 570 C, y casi toda más allá de 700 C. Por lo tanto, la estructura de la zona de impacto, con una temperatura que varía entre 200 C y 700 C cerca del momento del colapso, tendrá sólo entre un 20 y un 86% de su resistencia original en cualquier sitio.

Las estructuras de acero de las torres WTC estaban revestidas con «materiales pulverizados resistentes al fuego» (SFRMs, o simplemente «aislamiento térmico»). Un resultado clave de la investigación del NIST fue que los revestimientos de aislamiento térmico fueron aplicados irregularmente – incluso faltaban en algunos sitios – durante la construcción de los edificios, y – fatalmente – que partes de los revestimientos fueron destruidas por las sacudidas causadas por las colisiones de los aviones.

Es poco realista esperar que tenga lugar una pulverización pareja de una mezcla grumosa, pegajosa, sobre una red de acero estructural, suponiendo que toda se seque correctamente y que ninguna parte sea arrancada mientras se realiza el trabajo, en una obra de construcción gigantesca durante varios años. El elemento fatal en la historia de las torres del WTC es que suficiente aislamiento térmico fue arrancado de la armazón de acero por las sacudidas causadas por los aviones como para permitir que partes de ésta se calentaran hasta 700 C. Calculo las sacudidas a 136 veces la fuerza de gravedad en WTC 1, y 204 veces en WTC 2.

La conclusión cardinal de la investigación de seguridad de incendio del NIST es tal vez mejor mostrada en la página 32, en el Capítulo 3 del Volumen 5G del Informe Final (NIST NCSTAR 1-5G WTC Investigation), que incluye un gráfico del que extraje los datos en la Tabla 2, y que enuncia los siguientes dos párrafos. (Los autores del NIST utilizan la frase «temperatura crítica» para cualquier valor sobre 570 C, cuando el acero está bajo la mitad de su resistencia.)

«A medida que el grosor del aislamiento disminuye de 1 1/8 de pulgada a ½ pulgada, las columnas se calientan más rápido cuando son sometidas a un flujo radiante constante. A ½ pulgada la columna tarda aproximadamente 7.260 s (2 horas) para alcanzar una temperatura crítica de 700 C con una temperatura de gas de 1.100 C. Si la columna está completamente desnuda (sin protección contra el fuego) su temperatura aumenta muy rápido, y se alcanza la temperatura crítica dentro de 350 s. Para una columna desnuda, el tiempo para alcanzar una temperatura crítica de 700 C varía entre 350 y 2.000 s.

«Se señala que el tiempo para que columnas desnudas alcancen la temperatura crítica es inferior a un periodo de una hora durante la cual los edificios resistieron intensos incendios. Las columnas centrales, con su protección contra el fuego intacta, alcanzaron una temperatura crítica de 600 C durante un período de 1 hora o 1 ½ horas, (Nótese que WTC 1 se derrumbó en aproximadamente 1 ½ horas, mientras que WTC 2 se derrumbó en aproximadamente 1 hora). Esto implica que si las columnas centrales jugaron un papel en el colapso final, se necesitaría un cierto daño de la protección contra el fuego para que resultara en la degradación térmica de su resistencia.» (3)

Colapso

El impacto de los aviones cizalló las columnas a lo largo de una fachada y en el centro del edificio. Dentro de minutos, el bloque superior había transferido una porción de su peso de las columnas centrales en la zona de impacto, a un apoyo lateral en la corona del edificio llamado «cuchillo de armadura,» y hacia abajo sobre las tres fachadas exteriores intactas. Durante los siguientes 56 minutos (WTC 2) y 102 minutos (WTC 1) los incendios en la zona de impacto debilitarían las columnas centrales restantes, y esto aumentó continuamente la fuerza hacia abajo ejercida sobre las fachadas intactas. Los marcos de los pisos debilitados por el calor se combaron, y esto dobló las columnas exteriores hacia dentro en los pisos de la zona de impacto. Por la asimetría del daño, una de las tres fachadas intactas aguantó gran parte de la carga creciente. En última instancia, cedió hacia adentro y el bloque superior cayó. (1)

Ahora, exploremos algo más el calor.

¿Qué tamaño tenían esos incendios?

Aproximaré el tamaño de un nivel (1 piso) en cada una de las torres del WTC a un volumen de 16.080 m^3 con un área de 4.020 m^2 y una altura de 4 m (4). La Tabla 3 muestra varias formas de describir la energía térmica total liberada por los incendios.

Tabla 3, Magnitud de la energía térmica en el peso equivalente de TNT

Ítem WTC 1 WTC 2

Energía (Q) 8000 GJ 3000 GJ

Nº de pisos 8 6

Toneladas de TNT 1912 717

Toneladas/piso 239 120

Kg. /m^2 (pisos del impacto) 54 27

Los incendios en WTC 1 liberaron una energía igual a la de una explosión de 1,9 kilotones de TNT; la energía equivalente para WTC 2 es 717 toneladas. Obviamente, una explosión ocurre en una fracción de un segundo, mientras que los incendios duraron una hora o más, así que las tasas de liberación de energía fueron muy diferentes. Incluso así, la comparación podrá agudizar la comprensión de que estos incendios podían debilitar significativamente la armazón de los edificios.

¿Cuánto se calentaron los edificios?

Supongamos que la armazón del edifico está hecha de «ironcrete,» una mezcla ficticia de un 72% de hierro y un 28% de hormigón. Esta estructura ocupa un 5,4% del volumen del edificio, el 94,6% restante es aire. Suponemos que todo lo demás en el edificio es combustible o un material inerte, y la masa y el volumen combinados de estos son insignificantes en comparación con la masa y el volumen del ironcrete. Llegué a estas cifras estimando los volúmenes y las áreas transversales de metal y hormigón en los muros y pisos de las torres del WTC.

El espacio entre los pisos es de menos de 4 metros, y los pisos incluyen una capa de hormigón de un grosor de aproximadamente 1/10 de metro. El corte transversal horizontal del edificio era de 63,4 metros cuadrados. Por lo tanto, la cavidad entre los pisos era de aproximadamente 1/10 de la distancia del centro del edificio a su periferia. Es más probable que el calor irradiado por los incendios haya sido atrapado entre los pisos, y acumulado dentro de los paneles de hormigón del piso, que el que haya sido irradiado a través de las ventanas o expulsado por las ventanas quebradas por el flujo de aire caliente. Podemos estimar una temperatura de la estructura, suponiendo que todo el calor haya sido acumulado en ella.

La cantidad de calor que puede ser almacenada en una cantidad dada de materia es una propiedad específica para cada material, y es llamada capacidad calórica. La mezcla de ironcrete tendría una capacidad calórica volumétrica de Cv = 2.8*10^6 joules/ (Centígrado*m^3); (* = multiplicar). En los edificios reales, la gran área de bloques de hormigón absorbería el calor de los incendios y lo retendría, ya que los conductos de hormigón se calientan muy mal. El efecto es bañar el marco de metal en calor como si estuviera en un horno. Ironcrete es mi homogenización de materiales para simplificar este ejemplo numérico.

La cantidad de energía calórica Q absorbida dentro de un volumen V de material con una capacidad volumétrica de calor Cv, cuya temperatura es aumentada por un valor dT (por «delta-T,» una diferencia de temperatura) es Q = Cv*V*dT. Podemos solucionar dT. Por ello: V = (870 m^3)*(Nº de pisos); también dT (1) corresponde a WTC 1, y dT (2) corresponde a WTC 2.

dT(1) = (8 x 10^12)/[(2.8 x 10^6)*(870)*8] = 410 C,

dT(2) = (3 x 10^12)/[(2.8 x 10^6)*(870)*6] = 205 C.

Nuestro simple modelo da una estimación razonable de una temperatura promedio del marco en la zona de impacto. El parámetro clave es Q (para cada edificio). NIST invirtió considerable esfuerzo para llegar a los valores Q mostrados en la Tabla 3 (3). Nuestro modelo da un dT comparable a los resultados del NIST porque ambos cálculos depositan la misma energía en aproximadamente la misma cantidad de materia. Obviamente, el trabajo del NIST cubre todos los detalles, lo que es necesario para llegar a las temperaturas y tensiones que son específicas para cada sitio con el paso del tiempo. Nuestra ecuación del residuo de calor Q = Cv*V*dT es un ejemplo de la conservación de energía, un principio fundamental de la física.

¿Puede el calor debilitar suficientemente el acero?

Es cosa de creer o no creer. Nuestro simple ejemplo muestra que los fuegos podían calentar los soportes al rango de temperaturas calculado por el NIST. Parece enteramente razonable que el acero en áreas de combustión activa y frecuente podría sufrir un calentamiento mayor que los promedios estimados, así que puntos candentes de 600 a 700 C parecen enteramente verosímiles. Asimismo, los datos para la resistencia a elevadas temperaturas del acero de las torres del WTC son indiscutibles. Le creo al NIST; la respuesta es: sí.

Sigamos el tiempo pasando por una secuencia de eventos térmicos.

Bola de fuego

Los aviones lanzados contra los edificios a velocidades de por lo menos 200 m/s se fragmentaron en una explosión de torrentes de carburante, aluminio y plástico ardiente. Chispas provenientes de la armazón del avión por la fractura de metal y la fricción del impacto prendieron fuego a la mezcla de vapor de carburante y aire. Esta explosión hizo estallar las ventanas y envió ondas de vapor de carburante y vaporización ardientes por los pisos de la zona de impacto, y a lo largo de los cajones de las escaleras y los pozos de ascensores en el centro del edificio; carburante líquido ardiente chorreó por los huecos centrales. Vapor ardiente, líquido a granel y gotas encendieron casi todo lo que salpicaron. La intensa radiación infrarroja provocada por las llamas de 1.100 C prendió fuego rápidamente a los combustibles cercanos, como papel y archivos de vinilo. Dentro de la fracción de un segundo, había pasado la alta presión de la onda de detonación, y una ráfaga de aire fresco fue aspirada por las aperturas de las ventajas y la apertura causada por el impacto, deslizándose por la parte superior de los pisos hacia los centros de fuego intenso.

Gases abrasadores de escape: monóxido de carbono (CO), dióxido de carbono (CO2), vapor de agua (H2O), hollín (partículas de carbono), hidrocarburos no quemados (combinaciones con C y H), óxidos de nitrógeno (NOx), y partículas de sólidos pulverizados se esparcieron por cajas de escaleras y pozos de ascensores, y formaron gruesas capas calientes bajo los pisos, calentándolos mientras avanzaban lentamente hacia las aperturas a lo largo de las fachadas del edificio. Dentro de minutos, el carburante de aviación se había quemado en su mayor parte, y se agotó el oxígeno de la zona de impacto.

Acumulación térmica

Fuegos se encendieron en toda la zona de impacto en un modelo irregular dictado por la interacción de la onda de expansión con la distribución de materia. Algunas áreas sufrieron un calentamiento intenso (1100 C), mientras otras podían aún ser habitables (20 C). El ritmo del incendio fue regulado por el área disponible para descargar los gases de escape calientes, y el área disponible para el ingreso de aire fresco. El humo fue expulsado de la apertura del impacto por aire ingresante al establecerse el ciclo de flujo. Los fuegos ahora eran alimentados por el contenido de los edificios.

Geométricamente, los pisos de cemento tenían grandes áreas y estaban espaciados estrechamente. Interceptaron la mayor parte de la radiación infrarroja emitida en los espacios vacíos entre ellos, y absorbieron calor (por conducción) de la capa de gases calientes en movimiento lento bajo cada uno de ellos («ventilación limitada»). Los conductos de hormigón se calientan mal, pero pueden retener una buena cantidad de calor. Las barras de refuerzo de metal dentro del hormigón, así como las planchas de metal bajo la placa de hormigón de la estructura de cada piso de las torres del WTC, tendían a compensar gradualmente la distribución de la temperatura.

Este proceso de «precalentamiento del horno» aumentaría lentamente la temperatura promedio en la zona de impacto mientras limitaba de gama de extremos de temperatura. Dentro de media hora, el calor había penetrado el interior del hormigón, y la temperatura en todas partes de la zona de impacto fue de entre 200 C y 700 C, lejos de los sitios de fuego activo.

Descomposición térmica – «Cracking«

El fuego se desplazó por la zona de impacto encontrando nuevas fuentes de combustible, y ardiendo a un ritmo limitado por la ventilación, que cambió con el tiempo.

El calor dentro de la zona de impacto produce el «cracking» del plástico en una secuencia de hidrocarburos de volatilidad decreciente, similar al modo como el calor separa una serie de carburantes de hidrocarburo en la refinación del petróleo crudo. A medida que el plástico absorbe calor y comienza a descomponerse, emite vapores de hidrocarburo. Estos pueden inflamarse si hay oxígeno y si se alcanzan sus temperaturas de ignición. Asimismo, columnas de vapores de hidrocarburo mezclados con oxígeno pueden detonar. Por lo tanto, puede ocurrir una serie de pequeñas explosiones durante un gran incendio.

Plásticos no diseñados para ser utilizados a altas temperaturas pueden parecerse a un alquitrán aceitoso blando al ser calentados a 400 C. El aceite, por su parte, puede liberar vapores de etano, etileno, benceno y metano (hay muchos hidrocarburos) a medida que la temperatura sigue aumentando. Todos estos productos pueden comenzar a quemarse a medida que progresa el cracking, porque hay oxígeno presente y hay cerca fuentes de ignición (puntos candentes, brasas encendidas, radiación infrarroja). El hollín es el resultado sólido de la volatilización secuencial y el quemado de hidrocarburos del plástico. Más de un 90% de la energía térmica liberada en las torres del WTC provino de la combustión de contenidos normales de las zonas de impacto.

Aluminio a altas temperaturas

Las aleaciones de aluminio se funden a temperaturas entre 475 C y 640 C, y se observó aluminio fundido que se derramaba de WTC 2 (5). La mayor parte del aluminio en la zona de impacto provenía de la armazón fragmentada del avión; pero muchas máquinas de oficina y artículos del mobiliario pueden tener partes de aluminio, como molduras, guarniciones, tubos y marcos de las ventanas. Las temperaturas en los fuegos en las torres del WTC fueron demasiado bajas para vaporizar el aluminio; sin embargo, las fuerzas del impacto y de la explosión pueden haber convertido parte del aluminio en pequeños gránulos y polvo. Pueden haber ocurrido reacciones químicas con vapores de hidrocarburo o de agua en las superficies de aluminio caliente recién granulado.

El producto más probable de la combustión de aluminio es óxido de aluminio (Al2O3, «alúmina»). Por el firme enlace químico entre los dos átomos de aluminio y tres átomos de oxígeno en alúmina, el compuesto es muy estable y bastante resistente al calor: se funde a 2054 C y hierve a unos 3000 C. La afinidad del aluminio con el oxígeno es tal que con suficiente calor puede «arder» para convertirse en alúmina cuando es combinado con agua, liberando gas de hidrógeno del agua, 2*Al + 3*H2O + calor –> Al2O3 + 3*H2. Agua es introducida a la zona de impacto por la fontanería cercenada del centro del edificio, la humedad del aire exterior, y es «destilada» de los paneles murales de yeso y en menor grado del hormigón (estos dos últimos son ambos sólidos hidratados). El agua derramada sobre un fuego de aluminio puede ser «combustible para la llama.»

Cuando se ignita una mezcla de polvo de aluminio y polvo de óxido de hierro, se quema para generar hierro y óxido de aluminio, Al + Fe2O3 + ignición -> Al2O3 + Fe. Esto es termita. La reacción produce una temperatura que puede fundir acero (sobre 1500 C). La tasa de combustión es regida por la tasa de difusión del calor de la zona de reacción caliente a la mezcla de polvo no calentada. Los gránulos deben absorber suficiente calor para llegar a la temperatura de ignición del proceso. La temperatura de ignición de un polvo inactivo de aluminio es de 585 C. Científicos que desarrollaban motores sólidos para cohetes establecieron que la temperatura de ignición de una variedad de polvos eran entre 315 C y 900 C. La combustión de termita no es una reacción en cadena aceleradora («explosión»), es una «bengala.» Mi referencia favorita a la termita se encuentra en la película de comienzos de los años cincuenta: «La cosa.»

¿Se formaron naturalmente, por casualidad, parches de termita en los fuegos de las torres del WTC? ¿Podría haber habido realmente pequeños pedacitos de acero fundido en los escombros como resultado? ¿Podría haber habido «residuos de termita» sobre trozos de acero excavados de los meses más tarde? Tal vez, pero nada de esto conduce a una conspiración. Si la «firma de termita» post-mortem sugirió que estuvo involucrada una masa de termita comparable a las cantidades mostradas en la Tabla 3, hubiera sido razonable realizar más investigación. La primera tarea de una investigación semejante habría sido producir un modelo de «cinética química» de la oxidación de la armazón fragmentada de aluminio, en algún grado de contacto con la estructura de acero, en la atmósfera caliente de los fuegos de hidrocarburo en la zona de impacto. Una vez que la Naturaleza hubiese sido eliminada como sospechosa, se podría proceder a considerar la Malevolencia Humana.

Escombros incandescentes

La naturaleza es interminablemente creativa. Mientras más profundo investigamos, más preguntas aparecen.

Las columnas de acero a lo largo de la fachada de un edificio, calentadas a entre 200 C y 700 C, fueron crecientemente comprimidas y retorcidas hasta formar una curva aguda. Con creciente carga y decreciente resistencia durante una hora o más, el material llegó a ser incapaz de recuperarse elásticamente, al desaparecer la carga. El acero entró al ámbito de la deformación plástica, todavía podía ser estirado hasta doblarse, pero como melcocha podría sufrir una deformación permanente. Terminó por romperse.

Meses más tarde, al excavar esta sección de acero del montón de escombros, ¿tendrían las rupturas el aspecto fluido de una melcocha estirada, o tal vez de acero «fundido» ahora congelado en el tiempo? ¿O, serían rupturas limpias, como los bordes de fragmentos de vidrio; o tal vez rupturas ásperas, granulares, como a través de hormigón?

Los sótanos de las torres del WTC incluían aparcamientos. Después del colapso de los edificios, es posible que estallaran fuegos de gasolina, sumándose al calor de los escombros. Podemos imaginar que muchos de los efectos antes descritos hayan ocurrido en huecos calientes dentro del montón de escombros. Agua que se filtrara de aquella rociada por el Departamento de Incendios podría también llevar consigo aire, y actuar como un agente oxidante.

La fuerte compactación de los restos del edificio, y la aleatorización de sus materiales produciría una forma fortuita y porosa de agregado de ironcrete: trozos de acero mezclados con hormigón roto y pulverizado, con cavidades repletas de polvo, humedad y humo. Como una pirámide de briquetas para barbacoa, la alta capacidad calorífica y la baja conductividad térmica de la pila de escombros retendrían eficientemente su calor.

¿Se fundieron pequeños trozos de acero en lugares calientes de los escombros que tenían precisamente la mezcla correcta de productos químicos y calor?

Puede que sea poco probable, pero ciertamente posible.

El hormigón pulverizado incluiría el de la zona de impacto, que podría haber perdido parte de su agua como resultado del calor. Si es así, ese polvo sería una sustancia desecante (como lo es el cemento Portland antes de ser utilizado; el hormigón es arena, cemento y agua mezclados). Parte de los desórdenes respiratorios crónicos sufridos por mucha gente expuesta a la atmósfera en el World Trade Center durante y después del 11-S puede haberse debido a la inhalación de polvo desecante, depositado en el tejido de los pulmones.

¿Se disolvieron en agua los residuos de vapores de hidrocarburos y los gases de los fuegos y crearon charcos de ácido? ¿Formaron sales en charcos de agua los óxidos de calcio, silicio, aluminio y magnesia de hormigón pulverizado? ¿Acidificó el agua estancada el sulfato de los paneles murales de yeso? ¿Atacaron ácidos durante meses las superficies de metal, para alterar su apariencia?

En la enormidad de cada montón de escombros, con su masiva cantidad de calor acumulado, muchos efectos fueron posibles en pequeñas cantidad, con tiempo para incubarse. Es incluso posible que en algún pequeño charco enterrado profundamente en los escombros, calentado durante meses en un encierro parecido a un horno de rocas de hormigón, bañado en una atmósfera de metano, monóxido de carbono, dióxido de carbono, y tal vez con un poco de oxígeno, se haya formado ADN.

En la primera parte de este informe discutí la física del 11-S. En la parte 3, considero el colapso de WTC 7.

Notas

(Sitios en la Red activos en las fechas señaladas)

[1] Manuel Garcia, Jr., «La física del 11-S,» 28 de noviembre de 2006, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=42460

[2] «Executive Summary, Reconstruction of the Fires in the World Trade Center Towers,» NIST NCSTAR 1-5, , (28 September 2006). NIST = National Institute of Standards and Technology, NCSTAR = National Construction Safety Team Advisory Committee.

[3] «Fire Structure Interface and Thermal Response of the World Trade Center Towers,» NIST NCSTAR1-5G, (borrador de apoyo del informe técnico G), http://wtc.nist.gov/pubs/NISTNCSTAR1-5GDraft.pdf, (28 de septiembre de 2006), Capítulo 3, página 32 (página 74 de 334 del archivo PDF).

[4] 1 m = 3.28 ft; 1 m^2 = 10.8 ft^2; 1 m^3 = 35.3 ft^3; 1 ft = 0.31 m; 1 ft^2 = 0.93 m^2; 1 ft^3 = 0.28 m^3.

[5] «National Institute of Standards and Technology (NIST) Federal Building and Fire Safety Investigation of the World Trade Center Disaster, Answers to Frequently Asked Questions,» (11 de septiembre de 2006)

 

 

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Manuel Garcia es un neoyorquino nativo que trabaja como físico en el Lawrence Livermore National Laboratory en California con un doctorado en Ingeniería aeroespacial y mecánica de Princeton. Sus intereses técnicos son, en general, el flujo y la energía de fluidos, específicamente en la dinámica de gases y la física de plasma; y su experiencia práctica incluye medidas en pruebas de bombas nucleares, el diseño de modelos matemáticos de efectos físicos energéticos, y el intento de ampliar una unión de científicos especializados en armamentos. Para contactos escriba a: [email protected]

http://www.counterpunch.org/thermo11282006.html