Traducido para Rebelión por Sonia Martínez Icardo
Cuando se le preguntó al activista palestino Reem Abdehadi acerca de su opinión sobre los defensores judíos de la causa anti-sionista, dijo sarcásticamente: «Son quince personas muy agradables…»
Yo también me puse muy contento al leer en la edición de The Guardian de ayer (4 de febrero) que: «Un grupo de destacados judíos ingleses se distancia del establishment judío en el país ya que alegan que apoya a Israel por encima de los Derechos Humanos de los palestinos».
De hecho, era sólo cuestión de tiempo que los judíos con influencia en el arte, las universidades, los negocios y los medios de comunicación levantaran sus voces contra los crímenes de Israel y los grupos de presión que lo apoyan alrededor del mundo. El hecho de que los judíos puedan plegarse abiertamente a la verdad ética y al pensamiento universal, en vez de al discurso de clanes monolítico interesado exclusivamente en la supervivencia de la tribu, tiene una importancia crucial.
Hoy, a primera hora, he navegado por Internet para comprobar qué tenía que decir el Independent Jewish Voices (IJV) (Voces Judías Independientes). Para ser sincero, y aunque varios de mis amigos forman parte de esta web de opinión, estoy muy en desacuerdo con los puntos de vista expresados por el grupo.
Una vez más, se trataba de una ‘imagen’ de pensamiento moral más que de un auténtico compromiso ético. Una vez más, se trataba de una gloriosa exposición de la rectitud judía y no del simple reconocimiento de la causa palestina, del ‘derecho al retorno’. Por desgracia, la declaración rechaza deliberadamente hacer frente a la semilla del conflicto israelopalestino.
Aunque está bastante y ampliamente aceptado el hecho de que la causa palestina se centra en la expulsión en masa de los palestinos autóctonos en 1948 y en el fracaso en la resolución de la catástrofe de los refugiados, evitar el asunto no significa nada más que denegar el más elemental derecho humano de los palestinos: el derecho a vivir en su propia tierra. Evitar el asunto de los refugiados significa, ni más ni menos, que desposeer a los palestinos del más elemental de los Derechos Humanos.
En otras palabras, cuando las Voces Independientes Judías dicen: «Los Derechos Humanos son universales e indivisibles y deben apoyarse sin excepción. Esto es aplicable tanto en Israel y en los territorios ocupados palestinos, como en cualquier otro lugar«, lo que realmente quieren decir es que «Los Derechos Humanos son universales siempre que no se trate de un palestino que quiere volver a su tierra«. Debo admitir que encuentro este enfoque bastante decepcionante. Me encantaría creer que muchos más que unos pocos de los miembros de las Voces Independientes Judías están de acuerdo conmigo en este punto. Quiero creer que no llegaron a comprender lo que estaban firmando.
Pero los judíos independientes humanistas no terminan ahí; también dicen: «Tanto los palestinos como los israelíes tienen el derecho a una vida segura y en paz». Debe ser cierto. Aún así, de algún modo, me suena demasiado al reflejo del discurso de Olmert. Las personas tenemos el derecho de vivir en paz, sin embargo, el invasor y el colonialista no pueden esperar vivir una vida segura. Incluso sugeriría que a los intelectuales judíos que no toman en consideración esta cuestión crucial les debe resultar complicado mantenerse en su papel de ‘voces éticas e independientes’.
La web Voces Independientes Judías (IJV) espera también que ambas partes cumplan con el Derecho Internacional. Y yo digo, en un mundo en que USA es la única superpotencia, el Derecho Internacional y las resoluciones de las Naciones Unidas tienen muy poco que decir acerca del pensamiento ético. Es más, incluso la partición de 1947, históricamente aceptada, es antiética hasta la médula. Una vez más, yo habría esperado que los éticos Judíos Independientes hubieran protestado y hubieran defendido el pensamiento ético en vez de las resoluciones que se han puesto en marcha gracias a la fuerza hegemónica y militar.
De ua forma u otra, los más destacados judíos independientes lo acaban soltando. Lo que en realidad combaten es el antisemitismo. «La batalla contra el antisemitismo es vital y se ve dañada cada vez que la oposición a las políticas del gobierno de Israel se tacha automáticamente de antisemita».
Cuando, a punto de desmayarme, me pregunto, ¿no bastaría simplemente con posicionarse contra del racismo en general? ¿Por qué los judíos que se autodenominan como Voces Judías Independientes tienen que declarar que luchar contra el antisemitismo es ‘vital’? La razón es simple. Insisten en que sus hermanos ‘menos independientes’ no los consideren antisemitas. En otras palabras, ellos, las voces independientes, están lejos de haberse liberado. Distan mucho de ser independientes. Están totalmente imbuidos en el discurso judío. Y el mensaje que dirigen al mundo no es otro que el de la vieja solución de los dos Estados.
No estoy impresionado.
Sonia Martínez Icardo pertenece al colectivo de Rebelión.