Traducido para Rebelión por Nadia Hasan y revisado por Ferran Muiños Ballester
En varios artículos publicados por The Electronic Intifada, aseguré que Israel está ejerciendo una política genocida en contra de los palestinos de la Franja de Gaza, mientras continúa con la limpieza étnica en Cisjordania. Afirmé que las políticas genocidas son un resultado de una falta de estrategia. El argumento fue que en vista de que las elites políticas y militares israelíes no saben cómo lidiar con la Franja de Gaza, optaron por una reacción instintiva en la forma de una masacre masiva de personas cada vez que los palestinos en la Franja osaran protestar – mediante el uso de la fuerza – en contra de su estrangulamiento y aprisionamiento. El resultado final hasta ahora es la escalada de asesinatos indiscriminados de palestinos – más de cien en los primeros días de marzo de 2008, validan, desgraciadamente, el adjetivo «genocida» que yo y otros hemos relacionado con estas prácticas. Pero aún no era una estrategia.
Sin embargo, en las últimas semanas vio la luz una estrategia israelí más clara con respecto al futuro de la Franja de Gaza, que forma parte del nuevo pensamiento general acerca del destino de los territorios ocupados en general. Es, en esencia, un refinamiento del unilateralismo adoptado por Israel desde el fracaso de las «Conversaciones de Paz» de Camp David en el verano de 2000. El ex Primer Ministro israelí Ariel Sharon, su partido Kadima, y su sucesor, el Primer Ministro Ehud Olmert, delinearon de manera muy clara lo que implicaba el unilateralismo: Israel podría anexar cerca del 50% de Cisjordania, no como un trozo homogéneo de ella, sino como el espacio total de los bloques de asentamientos, las carreteras segregadas, las bases militares y las «reservas nacionales» (que no son áreas permitidas para palestinos). Esto fue implementado – más o menos – en los últimos ocho años. Esas entidades puramente judías dividen Cisjordania en 11 pequeños cantones y subcantones. Están todos separados unos de otros por esta compleja presencia colonial judía. La parte más importante de esta usurpación es la zona del Gran Jerusalén, que divide Cisjordania en dos regiones distintas sin conexión por tierra para los palestinos.
Así el muro se estrecha y reencarna en varias formas a lo largo y ancho de Cisjordania, rodeando individualmente a aldeas, vecindarios o pueblos. El panorama cartográfico de este nueva edificación nos da una pista de la nueva estrategia tanto para Cisjordania como para la Franja de Gaza. El Estado judío del siglo XXI se encuentra cerca de completar la construcción de dos mega prisiones, las mayores de su clase en la historia de la humanidad.
Ellas tienen diferencias en su forma: la de Cisjordania está hecha a partir de pequeños guetos y la prisión de Gaza es un enorme mega gueto en sí mismo. Hay otra diferencia: la Franja de Gaza es ahora, en la retorcida percepción de los israelíes, enclave donde se hospedan «los más peligrosos reclusos». Cisjordania, por otro lado, sigue siendo un enorme complejo de prisiones al aire libre en la forma de moradas humanas normales como es una aldea o un pueblo, interconectados y supervisados por una autoridad carcelaria de inmenso y violento poder militar.
En lo que respecta a los israelíes, la mega prisión de Cisjordania puede ser denominada un estado. El Asesor del Presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas, Yasser Abed Rabbo, en los últimos días de febrero de 2008, amenazó a Israel con una declaración unilateral de independencia, inspirada por los recientes sucesos en Kosovo. Sin embargo, pareciera que nadie en el lado israelí se opuso mayormente a esta idea. Este es más o menos el mensaje que recibió un desconcertado Ahmed Qurei, el designado negociador palestino, por parte de Tzipi Livni, la Ministra de Relaciones Exteriores israelí, cuando la llamó para asegurarle que Abed Rabbo no estaba hablando en nombre de la Autoridad Palestina (AP). A él le dio la impresión de que su preocupación [de Livni] era precisamente lo contrario: que la AP no estuviera de acuerdo en llamar a las mega prisiones un estado en el futuro próximo.
Este desdén, junto con la insistencia de Hamas de resistir el sistema de mega prisión por una guerra de liberación, obligó a los israelíes a repensar su estrategia con respecto a la Franja de Gaza. Se sabe que incluso los miembros más cooperadores de la AP no están dispuestos a aceptar la realidad de la mega prisión como «paz», ni como «solución de dos estados». Además Hamas y la Jihad Islámica tradujeron esta renuencia atacando a Israel con cohetes Qassam. Por lo que se desarrolló el modelo del enclave más peligroso: importantes estrategas en el ejército y en el gobierno apoyaron la «administración» del sistema – a muy largo plazo – que han construido, al tiempo que prometen comprometerse por un «proceso de paz» vacío, globalmente con muy poco interés, y una continua lucha desde el interior, contra él.
La Franja de Gaza está ahora considerada como el enclave más peligroso de este complejo y, por lo tanto, es aquel contra el que se deben utilizar los medios punitivos más brutales. El asesinato de los «reclusos» por medio de ataques aéreos o de artillería, o por estrangulación económica, no es sólo el resultado inevitable de las acciones punitivas escogidas, sino también es el deseado. El bombardeo de Sderot es también la inevitable y de algún modo deseada consecuencia de esta estrategia. Inevitablemente, debido a que las acciones punitivas no pueden destruir la resistencia, generan bastante a menudo represalias. Las represalias proporcionan la lógica y fundamentos para la próxima acción punitiva. ¿Podría alguien de la opinión pública local dudar de la sabiduría de esta nueva estrategia?
En el futuro próximo, cualquier resistencia similar desde zonas de la mega prisión de Cisjordania será tratada de la misma forma. Y es muy probable que estas acciones ocurran muy pronto. Es más, se está en camino a una tercera Intifada y la respuesta israelí será una mayor elaboración del sistema de mega prisión. Reduciendo el número de «reclusos» en ambas mega prisiones aún se mantendría una muy alta prioridad en esta estrategia por medio de la limpieza étnica, los asesinatos sistemáticos y la estrangulación económica.
Pero hay grietas que impiden que la máquina de destrucción continúe. Parece que un número creciente de judíos en Israel (una mayoría, de acuerdo a un reciente sondeo de CNN) desea que su gobierno comience las negociaciones con Hamas. Una mega prisión está bien, pero el sistema fracasa si los custodiados enclaves residenciales son proclives a ser atacados en el futuro. Khalas, dudo si las encuestas de CNN representan adecuadamente o no el actual estado de ánimo israelí; pero sí da indicios de una esperanzadora tendencia que da la razón a la insistencia de Hamas en que Israel sólo entiende el lenguaje de la fuerza. Pero puede no ser suficiente y el perfeccionamiento del sistema de mega prisión – mientras tanto – continúa constante y las medidas punitivas de la autoridad están reclamando las vidas de muchos más niños, mujeres y hombres en la Franja de Gaza.
Como siempre es importante recordar que occidente puede poner fin mañana a esta criminalidad e inhumanidad. Pero hasta ahora esto no ha pasado. Si bien los esfuerzos por hacer de Israel un estado paria continúan con toda su fuerza, siguen estando limitados a la sociedad civil. Es de esperar que esta energía sea – algún día – trasladada a las políticas gubernamentales en el terreno. Solo nos resta rezar que no sea demasiado tarde para las víctimas de esta horrorosa invención sionista: la mega prisión de Palestina.
Artículo publicado en inglés aquí: http://electronicintifada.net/v2/article9370.shtml