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Otro mundo para Gaza

Fuentes: ww.hojaderuta.org

Desde hace varios días hemos visto cómo los líderes de la comunidad internacional (si acaso existe algo que pueda portar ese nombre) han presenciado, con suma pasividad, el asesinato de más de mil palestinos, con el doble o triple de heridos a manos del Estado de Israel. Las políticas de genocidio perpetradas por el sionismo […]

Desde hace varios días hemos visto cómo los líderes de la comunidad internacional (si acaso existe algo que pueda portar ese nombre) han presenciado, con suma pasividad, el asesinato de más de mil palestinos, con el doble o triple de heridos a manos del Estado de Israel. Las políticas de genocidio perpetradas por el sionismo han llegado a su punto más elevado y las consecuencias parecen no importarles a quienes tienen en sus manos la dirección de los Estados nacionales. Pero esta situación no debe tomar por sorpresa a nadie, menos a quienes ya hace tiempo han venido criticando la terrible hegemonía militar de Estados Unidos, su apoyo incondicional a Israel y, por supuesto, la negligencia más absoluta de una Europa que no pierde oportunidad para desperdiciar un reposicionamiento político. 

Es importante hablar del conflicto palestino-israelí a partir, no sólo, de sus consecuencias devastadoras en la Palestina Histórica , sino también a nivel global, porque este drama de nuestra época contiene en sí mismo los elementos que la humanidad no ha podido superar y que, por el contrario, en los últimos años se han venido agudizando: la biopolítica, el control de las poblaciones del mundo a través del desarrollo más pérfido de políticas restrictivas que buscan mantener un orden capitalista, coherente con una geopolítica estratégica de refuerzo para estas prácticas. ¿Acaso la Unión Europea , la misma que hace unos meses aprobó consensuar leyes de castigo a los inmigrantes que incluyen la detención y la expulsión, como asimismo comercia con Israel de manera abierta, mientras este Estado ha mantenido bajo ocupación militar durante 42 años a más de cuatro millones de personas violando sistemáticamente las resoluciones de Naciones Unidas, acaso esta Unión Europea podría decir algo frente a la masacre que está llevando a cabo Israel en Gaza? Sin ir más lejos, España, gobierno que se jacta de progresismo, vendió el primer semestre de 2008 equipos de visión nocturna, material de guerra como máscaras antigás, trajes blindados y sustancias químicas, a Israel (1). Estas mismas deben estar siendo usadas hoy en Gaza contra los civiles cuyas vidas importan cada vez menos para los políticos. 

¿Acaso Estados Unidos reprenderá a Israel cuando los lazos políticos, comerciales e ideológicos de ambos se encuentran ligados desde el punto de origen del Estado sionista? ¿El mismo país que ha asesinado a miles de personas en Iraq y Afganistán y ha tratado de reordenar explícitamente el mapa político de Oriente Medio? ¿El Estados Unidos que ha vetado todas las resoluciones de Naciones Unidas de condena a Israel? ¿El que hasta el día de hoy mantiene cárceles secretas e ilegales como la de Guantánamo? ¿El que mantiene un bloqueo comercial a Cuba desde hace 47 años sin importar la pobreza y aislamiento que produce a la isla? Ahora el mundo entero está esperando la acción renovadora de Barak Hussein Obama, flamante nuevo presidente cuyo asesor principal es Rahm Emmanuel, quien incluso llegó a servir como militar del ejército israelí. Si el líder afroamericano Cornel West se pregunta » ¿Cómo callar ante la muerte de más de 500 personas en esas circunstancias, el 45% de ellos niños y mujeres? ¿Cómo habría reaccionado Obama si los muertos fueran israelíes?» (2), la respuesta simplemente la puede encontrar en Emmanuel o bien en la estructura de poder estadounidense en la cuál Obama ganó unas elecciones por ser negro para gobernar como blanco. 

Rusia, la creciente potencia, a la que ya no se le pueden achacar los crímenes del estalinismo por ser un Estado neoliberal, ha buscado posicionarse como mediador del conflicto palestino-sionista, al mismo tiempo que ha sido denunciado constantemente por las prácticas abusivas contra las minorías étnicas, y ni hablar de Chechenia. 

Los países que he mencionado son los que conforman, junto a Naciones Unidas, el Cuarteto de Oriente Medio (3), mientras que Estados Unidos, es el garante del proceso de paz, desde los Acuerdos de Oslo de 1993, pasando por el plan de Hoja de Ruta de 2003 y la Conferencia de Annapolis de 2007. Si estos son los países que hacen los mayores intentos por aparecer frente a los medios como pilares de la mantención de la paz mundial, ya podemos ir comprendiendo porqué esta no sólo no es una realidad, sino también porqué no se puede esperar absolutamente nada de ellos. 

Más podríamos pensar en Naciones Unidas como un actor con posibilidades de ejercer la influencia suficiente para detener el genocidio palestino. Sin embargo, si tenemos en cuenta que fue esta misma organización la que en 1947 aprobó la partición de Palestina en dos Estados (uno de ellos, el palestino, nunca llegó a ver la luz), y que además, al reconocer su error creó una agencia de atención a los refugiados palestinos, que más bien ha tendido a transformar el problema político en una situación sólo humanitaria, dejando a los palestinos como «los pobres de Oriente Medio», y si a ello agregamos que la ONU cuenta con un Consejo de Seguridad que reconoce el imperialismo de facto, dando poder de veto a Estados Unidos y a otras potencias (4), la verdad es que el organismo se ha convertido, al menos en este caso, en un mero instrumento de los intereses de las potencias. 

Todos estos países han valorado a Israel por ser la supuesta única democracia en Oriente Medio. Claro, la única democracia que segrega a su población entre árabes y judíos con derechos diferenciados y que mantiene bajo ocupación militar a cuatro millones de personas que no cuentan con garantías civiles ni les son respetados sus derechos básicos. Esa misma democracia, que tanto valoran en sus discursos los países occidentales, es la que practicaron los palestinos en 2006, votando a favor de Hamas con el fin de sacar del poder a los corruptos miembros de Al Fatah que se han convertido en vicarios de la ocupación israelí, bajo el paraguas de la Autoridad Nacional Palestina, un verdadero fantoche que no significó más que la claudicación de los intereses del pueblo palestino frente al sionismo. 

¿De qué les sirvió a los palestinos practicar elecciones libres, si la comunidad internacional no iba a reconocer a sus líderes, salvo que ganara Al Fatah? La excusa más común es que Hamas no acepta la existencia de Israel. Me pregunto, al igual como lo hiciera Mustafa Al Barghouti, ¿Qué Israel debe reconocer Hamas? (5) El que tiene ocupado el 100% de Palestina? ¿El que ocupa las Alturas del Golán a Siria? ¿Al único Estado del mundo sin fronteras definidas constitucionalmente? Más bien pareciera que el verdadero problema fue que Al Fatah reconoció a Israel sin que Israel reconociera el derecho de los palestinos a la autodeterminación. 

Ahora, mientras son asesinados cientos de civiles inocentes a manos de uno de los más poderosos ejércitos del mundo, y ahora que a los palestinos si se les ha reconocido algo es ser blancos posibles de ser eliminados, sin que por ello Israel merezca una sanción, creo que debemos cambiar definitivamente nuestras expectativas de que serán los grandes líderes los que cambiarán la situación. Los grandes líderes ya tienen las manos manchadas con la negligencia y con sus propias acciones deliberadas en contra de quienes consideran inferiores, los habitantes del tercer mundo. 

Para los palestinos la solución dejó de pasar, hace tiempo, por los intereses de las potencias y los imperialismos. Ha llegado el momento en que seamos nosotros, los comunes y silvestres ciudadanos del mundo los que hagamos retumbar esta conmocionada realidad en que nos han sumido los que tienen poder. Es hora de que aceptemos la responsabilidad que nos cabe en la legitimidad que damos con nuestra pasividad a las autoridades de los distintos países del mundo que nada han hecho mientras en Palestina se asesina con impunidad. Hace rato ya que los palestinos no pueden considerar a los demás países árabes como aliados naturales a su causa, pues todos ellos se han transformado en Estados que mantienen los mismos vicios y desigualdades que alegamos en occidente. Hace rato que los palestinos no pueden confiar en los organismos internacionales, tampoco en los conglomerados de países con funciones específicas como los «cuartetos» o «garantes». Hace rato que los palestinos han sido sometidos al control más férreo de sus cuerpos, y se han practicado con ellos las más terribles formas de exterminio (6). 

¿Qué hacer? Por lo pronto debemos tener en cuenta que no podemos ni debemos tolerar la existencia de Estados racistas y genocidas que, movidos por ideologías supuestamente olvidadas en el siglo XX, se encuentren exterminando a poblaciones indefensas. La acción más concreta y potente en estos momentos es la promoción y cumplimiento ciudadano de un boicot a Israel, en los términos en que lo ha pedido, entre otros, la intelectual canadiense Naomi Klein (7), pero tampoco renunciar a que Israel sea sancionado por los organismos mundiales, juzgado por tribunales internacionales competentes, y afectado finalmente en términos económicos (8) y políticos. 

Nuestro compromiso debe estar presente en las calles para pedirle a nuestros gobiernos que no sean cómplices de la barbarie del sionismo, pero también está en las empresas que pueden dejar de comprar y vender a Israel, en nuestros lugares de trabajo, donde tanta gente vive en la más profunda ignorancia respecto a lo que se esconde detrás del genocidio del pueblo palestino. Hay que acercar la realidad palestina a nuestras realidades e ignorar a aquellos que bajo el argumento de no importar los conflictos se vuelven testaferros de los intereses del imperialismo. Es menester dar cuenta de que Palestina es sólo el punto más agudo en el que los poderes fácticos del mundo actúan con mayor violencia, pero son los mismos poderes que determinan nuestras vidas cotidianas y nos obligan con tanta propaganda y mentira a vivir como meros espectadores de la barbarie del siglo XXI, el sionismo.

Notas

1. Ver Europa Press, 10 de enero de 2009. URL disponible en: http://www.europapress.es/nacional/noticia-espana-vendio-2008-ejercito-israel-equipos-vision-nocturna-sustancias-quimicas-20090110180520.html. Consultado el 12 de enero de 2009. 

2. Ver El Mundo de España, 10 de enero de 2009. URL disponible en: http://www.elmundo.es/elmundo/2009/01/10/internacional/1231563679.html. Consultado el 12 de enero de 2009. 

3. Unión Europea, Estados Unidos, Rusia y Naciones Unidas. 

4. Junto a Estados Unidos, tienen poder de veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas Rusia, China, Francia y el Reino Unido. 

5. Ver ABC de España, 11 de enero de 2009. URL disponible en: http://www.abc.es/20090111/internacional-oriente-medio/gaza-guernica-particular-pueblo-20090111.html. Consultado el 12 de enero de 2009. 

6. Fósforo blanco, elemento prohibido por las convenciones internacionales, es lo que ha usado Israel para aniquilar a los ciudadanos de Gaza. Israel se ha defendido diciendo que estos han sido utilizados con anterioridad por Estados Unidos y Gran Bretaña. Ver Prensa Latina, 12 de enero de 2009. URL disponible en: http://www.prensa-latina.cu/article.asp?ID=%7BEFDDC5F4-879E-4E69-8087-CECDF9C6A9B7%7D). Consultado el 12 de enero de 2009. 

7. Ver Klein, Naomi, «¿Quiere acabar con la violencia en Gaza? Boicotee a Israel», en Revista Sin Permiso, 11 de enero de 2009. URL disponible en: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=2277. Consultado el 12 de enero de 2009. 

8. Al respecto ver Bricmont, Jean; Johnstone, Diana, » Tres propuestas simples a propósito del martirio de Gaza» en Revista Sin Permiso, 11 de enero de 2009. URL disponible en: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=2286. Consultado el 12 de enero de 2009.

Fuente: Revista Hoja de Ruta Nº 21, Edición en Estado de Excepción, Febrero de 2009. (www.hojaderuta.org)

Mauricio Amar es sociólogo diplomado en Cultura Árabe e Islámica, Universidad de Chile.