Era de esperar. La promesa de la potencia ocupante se cumplió. En la madrugada del 31 de mayo de 2010, helicópteros y naves de guerra israelíes atacaron cobardemente al convoy de la ‘Flotilla de la Libertad’. Seis embarcaciones solidarias lideradas por el antiguo barco de pasajeros turco Mavi Mármara, con casi 800 personas de 40 […]
Era de esperar. La promesa de la potencia ocupante se cumplió. En la madrugada del 31 de mayo de 2010, helicópteros y naves de guerra israelíes atacaron cobardemente al convoy de la ‘Flotilla de la Libertad’.
Seis embarcaciones solidarias lideradas por el antiguo barco de pasajeros turco Mavi Mármara, con casi 800 personas de 40 nacionalidades, mayoritariamente turcos. Entre ellos, 12 parlamentarios, 2 de Alemania y el resto de Suecia, Irlanda, Noruega y Bulgaria, además de decenas de activistas, 3 de ellos españoles, acarrearon a la bloqueada Gaza, 10.000 toneladas de ayuda humanitaria a los hambreados palestinos.
La Fundación humanitaria turca Insani Yardim Vakfi (IHH) coordinó la operación solidaria para quebrar el bloqueo israelí-egipcio a la Franja Gaza desde el 2007 y luego de la criminal operación sionista ‘Plomo Fundido’ 2008/09. Suministros médicos y educativos, materiales de construcción, más de 500 vehículos eléctricos para discapacitados, las estructuras de 100 casas prefabricadas destinadas a las familias que perdieron sus hogares en la invasión, además de alimentos sumaron la valiosa carga solidaria.
Simbólico. Entre los navíos, uno fue bautizado como ‘Barco 8.000’, en homenaje a los 8.000 secuestrados palestinos en campos israelíes, y el otro, llamado ‘Rachel Corrie’, en justa memoria de la mártir estadounidense de derechos humanos de 24 años, aplastada por un buldócer israelí en marzo de 2003, cuando intentaba junto con otros compañeros del Movimiento de Solidaridad Internacional, impedir la demolición de viviendas palestinas en la localidad de Rafah, en el sur de Gaza.
Antes de partir, durante una conferencia de prensa en el Mavi Mármara, el profesor alemán Norman Paech (72), junto con las parlamentarias Annette Groth e Inge Hoeger, condenaron el embargo inhumano a Gaza y señalaron que «la participación no es sólo para condenar a Israel y a los gobiernos que colaboran y apoyan al Estado sionista en sus constantes violaciones, sino mostrar a los jóvenes que hay que protestar y levantarse ante estas injusticias, presionar a sus gobiernos para que dejen de ser cómplices de los crímenes de Israel y a movilizarse en defensa de los derechos humanos».
Israel que pretende estrangular más a Gaza e ilegalmente extender su control marítimo de 20 a 69 millas, concentró un piquete naval de freno a las flotillas en cercanías del puerto de Ashdod, en las ocupadas aguas del palestino Mar Mediterráneo. Unidades elites dispararon misiles contra las indefensas escuadrillas, mientras comandos israelíes lanzados desde helicópteros de guerra tomaban por asalto la nave de soberanía turca y llenaban de sangre la embarcación con la masacre de 18 personas civiles, dejando decenas de heridos y otros tantos secuestrados. La ayuda fue abortada y la carga humanitaria expropiada.
Desde Israel, con su habitual retorica, se mostraron víctimas del terrorismo y se justificaron en rueda de prensa. El vocero israelí pretendió lavar la sangre de inocentes, al decir «lamento la muerte de los activistas», pero aseguró que «las intenciones de la flotilla eran ilegales y desoyeron las advertencias hechas de forma pacífica por Israel para que abandonaran su intención de llegar hasta Gaza». Más cruel. Intentó acusar a la flotilla de «llevar armas para Hamás» y que «la ayuda humanitaria no era necesaria porque Gaza tienen sus necesidades humanitarias cubiertas». Mientras tanto, la radio pública israelí anunció la censura militar impuesta a toda información sobre los muertos y heridos enviados a hospitales de Israel.
El primer ministro del gobierno de Hamás, Ismael Haniyeh, que había advertido el pasado sábado sobre el posible ataque, condenó enérgicamente el «crimen sionista» y la «actitud pirata israelí», agregando, «responsabilizamos totalmente a Israel de la brutal agresión contra el convoy de la libertad y los civiles, y consideramos que este asalto es un nuevo crimen contra la humanidad y contra el desarmado pueblo palestino». También llamó a la ONU «apartarse del Cuarteto que incluye a Estados Unidos, Europa y Rusia, y le solicitó que ponga fin al bloqueo a Gaza».
Mientras, que desde el Vaticano, Europa y otras partes del mundo sonaron las voces de condena y repudio contra la potencia ocupante, con pobreza de espíritu el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, mentor del conspirador plan de las ‘conversaciones indirectas’ asociado con Israel y la Autoridad Palestina, sin condenar a su socio israelí, solo se limitó a «lamentar lo sucedido».
No fue la primera vez. El barco griego Arión, arrendado por el movimiento humanitario ‘Free Gaza’, destinado a llevar ayuda a la Franja, el 15de enero de 2009, luego de que el fuego israelí lo dañara e hiriera a algunos de sus voluntarios, fue obligado regresar a Chipre sin lograr su objetivo humanitario.
Más en la historia. En plena Intifada (levantamiento popular) de 1987, el presidente Yasser Arafat intentó fletar el barco Sol Phryne, desde el puerto chipriota de Limassol, como un mensaje de paz y para repatriar a 135 recientemente deportados palestinos, acompañados entre muchas personalidades internacionales, por el Arzobispo Desmond Tutú, el deportado Arzobispo de Jerusalén Monseñor Hilarium Capucci y el recientemente fallecido Rabino Moshe Hirsh. Un día antes de zarpar, el 15 de febrero de 1988, un atentado terrorista del Mossad, violando la soberanía de Chipre, hundió el barco.
Los responsables del atentado de terrorismo de Estado contra la ‘Flotilla Libertad’ y autores directos de este atroz crimen de lesa humanidad, el premier israelí Benjamín Netanyahu, el presidente Shimon Peres, el ministro de Defensa Ehud Barack y el canciller Avigdor Lieberman, como asimismo, los jefes de las fuerzas israelíes, deben ser juzgados por una Corte Internacional, sumándoles los cargos de la limpieza étnica contra la población civil palestina.
También debe alcanzar a aquellos regímenes que hoy levantan su voz de repudio, pero sostienen indirectamente la ocupación y sus crímenes, firmando con ellos tratados como el Acuerdo Mercosur-Israel o los acuerdos económicos-militares entre Israel y Europa, China, Sudáfrica y con la misma Turquía, que en los próximos días deberían haber experimentado una triple maniobra militar turca-israelí.
(*) Fue el primer Embajador del Estado de Palestina en Argentina
Analista Internacional sobre la situación de Palestina
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rCR