En los últimos meses, Israel ha lanzado una campaña para mejorar su imagen exterior. Una de las estrategias, destacar Israel como paraíso gay. Su presencia en Madrid iba a servir como estreno de una amplia campaña publicitaria para vender Tel Aviv como un destino turístico gay. La defensa y disfrute de los derechos sexuales se […]
En los últimos meses, Israel ha lanzado una campaña para mejorar su imagen exterior. Una de las estrategias, destacar Israel como paraíso gay. Su presencia en Madrid iba a servir como estreno de una amplia campaña publicitaria para vender Tel Aviv como un destino turístico gay. La defensa y disfrute de los derechos sexuales se convierte en una seña de «civilización», una estrategia también política. Israel no es del todo un paraíso gay. Si bien es cierto que Tel Aviv tiene una vida nocturna de lo más animado y que las leyes israelíes protegen, en general, el derecho a la diversidad sexual, esto es sólo una parte de la historia. En los últimos años ha habido ataques violentos contra la manifestación del Orgullo y contra la sede de la principal organización LGTB del país. Además, hay miles de gays y lesbianas palestinas que luchan cotidianamente bajo la doble carga de la ocupación israelí.
Según la visión que proyecta Israel, los países vecinos reprimen de forma monolítica y total. Sorprendería, pues, saber que en Líbano hay organizaciones LGTB, incluídas palestinas, que salen a la calle habitualmente, además de una animada vida social gay y lesbiana. En Jordania y Siria existen locales de ambiente y redes de apoyo LGTB. Desde luego también existe homofobia, como en otras partes, y leyes homófobas.
A nivel internacional, en la última semana ha habido un brote de incidencias en las que la polémica de Oriente Medio roza con un movimiento LGBT en gran medida despolitizado: en Madrid se debate la cuestión de la carroza; en Toronto una organización de nombre Queers contra el apartheid israelí ha sido vetada de la manifestación del Orgullo; y en el Foro Social Estadounidense organizaciones LGBT del mundo árabe han denunciado que la organización sionista Stand with Us presente un taller sobre derechos sexuales en Oriente Medio sin contar con la participación de ninguna organización árabe.
La cuestión también está a flor de piel en Israel. Desde hace años, el movimiento LGBT ha sido dividido entre los que sirven de escaparate del liberalismo israelí y los que, como los organizadores de la manifestación alternativa, señalan: «Reconocemos la conexión vital e imperativa entre la lucha LGBTQI y las luchas políticas de otras minorías que sufren una opresión sistemática en el Estado [de Israel] y en los territorios ocupados.» Este año habrá tres manifestaciones del Orgullo en Tel Aviv, enfrentados entre si por la ocupación, y el asedio a Gaza.
No sólo en Israel sino en todo el mundo, dentro del movimiento LGTB, se abre una brecha entre quienes entienden su lucha como la defensa de derechos específicos y los que la entienden como un horizonte más amplio de la emancipación y la justicia, como parte inseparable de la justicia económica, la igualdad y la dignidad de todos.
Fuente: https://www.diagonalperiodico.net/El-marketing-israeli-fuera-del.html