La Segunda Flotilla de la Libertad está a punto de zarpar hacia Gaza cargada de ayuda humanitaria. Pero la cuenta atrás se está convirtiendo en una fuente de preocupación para los cientos de activistas de más de una decena de países que viajarán a bordo de los barcos. A las amenazas de Israel sobre un […]
La Segunda Flotilla de la Libertad está a punto de zarpar hacia Gaza cargada de ayuda humanitaria. Pero la cuenta atrás se está convirtiendo en una fuente de preocupación para los cientos de activistas de más de una decena de países que viajarán a bordo de los barcos. A las amenazas de Israel sobre un nuevo abordaje de los buques se siguen uniendo recomendaciones de la mayoría de los países occidentales para no participar en la acción humanitaria.
Uno de ellos es España, cuyo embajador en Atenas ha ignorado la petición de varios miembros de Rumbo a Gaza encargada de impulsar la Flotilla en España para mantener una reunión. El objetivo del encuentro era convencer al Gobierno para que impulsara la creación de un cuerpo internacional que verificara el carácter humanitario de la misión. Un compromiso que ya adoptó el jueves el embajador sueco en la capital griega.
El próximo lunes, los portavoces parlamentarios de IU, ERC, ICV y BNG trasladarán esa misma petición a la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, en la reunión que mantendrán en Madrid para hablar sobre la Flotilla. Además, le pedirán que interceda para que el Gobierno español y la UE » garanticen la integridad de todos los participantes » en la misma.
A la espera de ese encuentro, los activistas de Rumbo a Gaza que están en Atenas custodiando el cargamento de ayuda española que viajará en un buque griego arremetieron contra lo que consideraron «hipocresía» del Ejecutivo sobre el conflicto palestino-israelí.
En rueda de prensa, el actor Willie Toledo recalcó que su participación en la misión es «una obligación como ciudadano» para paliar los daños que sufre la población de la Franja, «dado que los estados no respetan los derechos humanos». «Esto lo tendría que haber hecho el Gobierno español «, aseveró.
Más exigente, la diputada de Esquerra Unida (EUPV) en Les Corts valencianes, Marina Albiol, reclamó al Ejecutivo «que no sea cómplice de Israel» y le pidió que defienda a la Segunda Flotilla instando al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a «que cumpla con las leyes internacionales».
Willy Meyer, eurodiputado de IU, recordó que la misión no hace otra cosa que dar cumplimiento a la resolución 1.860 de Naciones Unidas que pide «que se asegure el suministro y la distribución sin trabas de la asistencia humanitaria » a la Franja. Y lamentó que las políticas que pone en marcha el Gobierno traten «de garantizar el libre mercado pero no velen por el cumplimiento de los derechos humanos», al no apoyar iniciativas como la de la Flotilla.
«Es una acción de la sociedad civil internacional dirigida a la sociedad civil palestina, y es legítima y pacífica», recalcó, por su parte, la directora de teatro Mercedes Lezcano. El escritor Santiago Alba Rico animó a la comunidad internacional a recuperar «la honorabilidad del lenguaje» ya que, lamentó, «se consideran humanitarias acciones con bombas» en referencia a la actuación militar en Libia, «y subversivos los juguetes» que viajan en la Segunda Flotilla.
Los activistas pronunciaron estas palabras tras la obra Gernikatik Mundura, donación realizada por el Ayuntamiento de Gernika al pueblo de Gaza. El nombre de la villa vizcaína es, además, el del buque en el que viajarán los voluntarios españoles. «Es nuestro deseo que en breve [los palestinos] puedan alcanzar la paz con justicia y libertad», concluye el manifiesto que aprobó la localidad vasca en favor de la Flotilla.
Al Gernika se subirá también la diputada navarra Nekane Pérez, de Nafarroa Bai, que, según explicó, tratará «de pasar del papel a la acción» su reivindicación política a favor del pueblo palestino.