La Agencia de Seguridad Alimentaria (AESAN) ha recomendado oficialmente que niños y mujeres embarazadas no tomen, pero nada de nada, de los siguientes alimentos: pez espada, atún, cabezas de crustáceos, acelgas y espinacas. Dichos productos no están recomendados por su contenido en tóxicos como mercurio, nitratos y cadmio. La advertencia resulta paradójica pues se advierte de la extrema peligrosidad […]
La Agencia de Seguridad Alimentaria (AESAN) ha recomendado oficialmente que niños y mujeres embarazadas no tomen, pero nada de nada, de los siguientes alimentos: pez espada, atún, cabezas de crustáceos, acelgas y espinacas. Dichos productos no están recomendados por su contenido en tóxicos como mercurio, nitratos y cadmio. La advertencia resulta paradójica pues se advierte de la extrema peligrosidad de unos alimentos para niños y embarazadas pero ¿es que no resultan tóxicos para no embarazadas, jóvenes, adultos, mayores, es decir, el resto de la población? Los pescados azules, como saben, son ricos en Omega 3, un aceite esencial para nuestra salud, pero visto como está el patio marino, y su contaminación no para de aumentar, será mejor obtener dicho aceite de frutos como por ejemplo el aguacate, ecológico claro.
Por otra parte hace unos días la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU)
publicó un informe sobre la calidad de las leches. Analizó el producto de 26 fabricantes y ha llegado a la conclusión de que en general la leche hoy es
peor que hace diez años. Llama la atención que entre las analizadas no haya ninguna marca de
leche ecológica ¿es que no existen en España? Respuesta negativa. ¿Es que no interesa, por algún motivo, darlas a conocer porque sus resultados sería con seguridad mucho mejores que los de las marcas convencionales? Quién sabe. Lo cierto es que por lo general las leches ecológicas, como las buenas leches, dejan un poso blanco en el vaso mientras que algunas marcas de
leche convencional parecen más agua de tiza. Y sí, sé que están pensando en el precio pero una leche de agua de tiza que no llega a un euro el litro y una fresca obtenida de vacas que pastan en semilibertad y que son criadas con criterios de producción ecológica puede costar mucho sí, 2, 3 casi 4 euros pero se mire por donde se mire es que
no estamos hablando del mismo producto. Uno es leche lo otro échenle imaginación. Todas estas informaciones lo que nos hablan es de la importancia de invertir más en nuestra alimentación que es salud, más vale comer lo que necesitemos pero de calidad y limpio que comprar por comprar comida que
no vale ni lo que marca su precio.