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La actual batalla diplomática entre palestinos e israelíes intenta transformarse en una guerra fabricada

Fuentes: Rebelión

La ola de violencia desatada entre palestinos e israelitas en los últimos días ha desplazado del foco de atención de la comunidad internacional el tema del debate diplomático sobre la admisión del Estado Palestino como miembro pleno de la ONU en septiembre próximo. En mi caso particular albergo serias dudas sobre los hechos que originaron […]

La ola de violencia desatada entre palestinos e israelitas en los últimos días ha desplazado del foco de atención de la comunidad internacional el tema del debate diplomático sobre la admisión del Estado Palestino como miembro pleno de la ONU en septiembre próximo. En mi caso particular albergo serias dudas sobre los hechos que originaron estos acontecimientos y sobre quienes fueron realmente sus autores pues, en realidad, la compleja situación actual no solo pone en peligro la votación en las Naciones Unidas sobre el caso palestino, sino también a cualquier negociación entre las partes.

En efecto, sin lugar a dudas, no creo que los hechos que detonaron esta escalada de violencia con los ataques a varios autobuses en Eilat, el lanzamiento de más de un centenar de misiles desde Gaza hacia Israel y la brutal respuesta de la aviación sionista contra los palestinos, haya sido fruto de una espontánea casualidad. Hay mucho más detrás del telón y todo apunta a una clara intención de enrarecer las relaciones entre ambos bandos por una parte y de confundir a la opinión pública internacional, por otra parte, previamente a la venidera votación en la ONU. Se trata de cambiar opiniones, de condicionar percepciones políticas de muchos estados que aún dudaban sobre la posición a asumir en la Asamblea General el 20 de setiembre. Fue un golpe a las soluciones pacíficas y un espaldarazo a un diferendo militar que ha desangrado a ambos pueblos, sobre todo a los palestinos. Fue en triunfo de la intolerancia y el extremismo que niega espacio a la razón y a la lucidez política.

El culpable original de estos hechos aún permanece en la sombras y sabe bien que logró su cometido. Por una parte sospecho que el ataque contra los autobuses en Eilat y el lanzamiento de los misiles contra el sur israelí, bien pudieron ser una operación montada por el Mossad o el Shit Ben, siguiendo indicaciones de la alta jerarquía política ultraconservadora, como alternativa militar para apoyar las posiciones de Israel en la actual batalla por impedir la aceptación del Estado Palestino en la ONU. Las propias características de la operación lo hacen sospechar. Fue una operación rápida como rápida fue la respuesta de las fuerzas policiales sionistas. Era como si todo estuviera calculado. Por otro lado el costo en vidas, aunque doloroso, fue irrelevante y permitió un sobredimensionamiento mediático dirigido a dos objetivos muy precisos: distraer al pueblo israelí de sus luchas por reivindicaciones sociales y plegar a la opinión pública internacional a favor de Israel. Este tipo de operación puede bien haber sido montada por agentes israelíes que han logrado penetrar a facciones de línea dura dentro de los palestinos y que les han servido de cabeza de turco o de instrumentos ocasionales.

Otra posibilidad, aunque todavía fracción palestina alguna ha reconocido su autoría, pudiera ser que el ataque haya sido fraguado por miembros extremistas que reniegan a ultranza la existencia del estado israelí o conversaciones entre la ANP e Israel. Sabido es que existen profundas fisuras dentro del movimiento palestino en relación con el histórico diferendo existente con el país hebreo. Por ejemplo, las Brigadas An Nasser al Saladín, brazo armado de los Comités de Resistencia Popular, dijo haber reivindicado el ataque del sábado contra la ciudad israelí de Beer Sheva, que dejó un muerto y 12 heridos. Sin embargo, los ataques detonantes permanecen sin alguien que cargue la culpabilidad, como es el caso de la agresión a los autobuses israelíes en el sur de Israel. Desde luego, sus declaraciones han servido para que los sionistas les culpen de la muerte de ocho israelitas en la ciudad de Eilat, buscando de esta forma alguien a quien endilgarle el inicio de la contienda actual.

LA ACTUAL PECULIAR SITUACION MILITAR ENTRE ISRAEL Y LOS PALESTINOS.

Lo cierto, después de todo, es que la situación se ha caldeado a extremos ya superados anteriormente mediante negociaciones y los culpables no aparecen. A partir de los ataques en la carretera estatal 12, que conecta Mitzpe Ramon con Eilat, cerca del cruce de Ein Netafim, todo ha sido un desencadenamiento de sucesos, de acción y reacción descontrolada, de obstinación y prepotencia, cuya principal víctima es la propia malograda y dudosa paz alcanzada hasta hace un tiempo.

Estos momentos requieren de todas las partes involucradas una verdadera madurez política, pues hay mucho que perder sobre el tapiz. El arrogante Israel debe abandonar sus posiciones de fuerza que la hacen usar cualquier excusa para arremeter impunemente contra el pueblo palestino. El movimiento palestino debe tener en cuenta que la unidad política es y será esencial para lograr su anhelado sueño de alcanzar su ansiado Estado. Es cierto que hay viejas y dolorosas heridas, odios ancestrales, recelos latentes y todo tipo de suspicacias que hacen de la región un permanente polvorín.

La situación en la franja de Gaza y en las zonas cercanas a Israel se ha agravado en extremo. Hamás y otras facciones palestinas, como era de esperarse, anunciaron el abandono de la tregua con al Estado hebreo luego de los ataques sionistas a Gaza. Por su parte, Israel ha ampliado su capacidad misilera en las ciudades israelíes de Ashdod, Ofakim, Netivot, Beer Sheva y Ashkelon, fortaleciendo así a la llamada Cúpula de Hierro, la planea ser ampliada durante el 2012. De la misma manera, el arresto de decenas de palestinos en Hebrón, incluyendo a varios líderes de Hamás, por las tropas sionistas hace todavía más peligrosa la situación. Esto condujo a que el movimiento Hamás se desvinculara inicialmente del acuerdo de tregua alcanzado entre Israel y el gobierno de Gaza tras la operación Plomo Fundido, entre diciembre de 2008 y enero de 2009, dando luz verde a todo tipo de acciones contra Israel.

Aunque luego del desangramiento sucedido parece primar en las últimas horas un poco de cordura, al establecerse por Hamás, los Comités de Resistencia Popular (CRP) y otros grupos, una tregua transitoria con Israel en Gaza, débil y llena de fracturas, de la cual poco debe esperarse, pues la obstinación de algunos extremistas palestinos y la prepotencia sionista mantienen aún enfrentamientos aislados. El propio CRP lanzó, luego de su adhesión a la tregua, 15 misiles de tipo Grad y cohetes Qassam contra varias ciudades israelíes sin provocar víctimas. Por su parte, la Yihad Islámica condicionó la tregua al cese de todo tipo de ataque de Israel a Gaza. En resumen la paz camina ahora por una cuerda floja y con peligro de ser echada a un lado por los odios y resentimientos.

Como era de esperarse, el canciller israelí, Avigdor Lieberman, responsabilizó directamente a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) por la supuesta espiral de violencia en la región, con la clara intención de prejuiciar a la opinión pública internacional dentro del marco de la batalla diplomática que libran ambas partes en torno a la votación del próximo 20 de septiembre. Sin ambages, lanzó su falaz acusación: «Los líderes de la ANP están embarcados todo el tiempo en una campaña de incitación contra Israel y alaban a los terroristas, y son completamente responsables por el atentado terrorista asesino contra israelíes inocentes que se iban de vacaciones».

EL MUNDO ANTE EL ACTUAL CONFLICTO

El pasado 20 de agosto, La Liga Árabe anunció una reunión de urgencia en El Cairo, Egipto, para discutir la nueva escalada de violencia entre las fuerzas armadas israelíes y las milicias palestinas. Lo mismo hizo el presidente palestino, Mahmoud Abbas, al solicitar al Consejo de Seguridad de la ONU un llamado a Israel para que detuviera los ataques aéreos contra Gaza.

Por su parte, los principales líderes del Congreso Judío Mundial condenaron fuertemente el ataque terrorista en Eilat, aunque no se compadecieron de las decenas de palestinos asesinados por la aviación sionista en Gaza. El propio presidente del CJM, Ronald S. Lauder, declaró: «Es tiempo de que la comunidad internacional actúe contra los terroristas en Medio Oriente». Por supuesto, ignoró al terrorismo de estado ejercido por Israel contra el mundo árabe y el pueblo palestino.

Lo cierto es que la anunciada solicitud de reconocimiento del Estado Palestino en el marco de la reunión anual de la Asamblea General de la ONU, ha desatado una fuerte batalla diplomática, en la que los Estados Unidos e Israel pretenden obstruir a toda costa la solicitud palestina, relegando la solución del diferendo entre israelíes y palestinos a una negociación bilateral en la que los últimos serán claramente los destinados a perder. La pretensión palestina de formar un estado independiente que incluya a Cisjordania, a la Franja de Gaza y a Jerusalén Este, territorios ocupados por Israel tras la guerra de 1967, no conviene a los sionistas, quienes se niegan a dividir a Jerusalén.

Los Estados Unidos, el principal aliado de Israel, anunciaron anticipadamente su veto en el Consejo de Seguridad para bloquear dicha petición. Ante esta contingencia, los palestinos aspiran, al menos, a que se les reconozca cono Estado no miembro, en calidad de observador, lo que se podría conseguir mediante votación en la 66 Asamblea General de la ONU, eludiendo pasar la moción por el Consejo de Seguridad y evitar así el veto norteamericano, siempre que se consigan los dos tercios a favor en el sufragio.

No es desconocido que el presidente palestino Mahmoud Abbas se encuentra sometido a varias presiones no solo en la arena internacional, sino dentro del movimiento palestino donde Hamás, el Movimiento de Resistencia Islámica, mantiene serias diferencias de punto de vista sobre su estrategia diplomática y el futuro de la nación, ya que este último se niega, a la vez, a reconocer al estado de Israel. Estas diferencias, que debilitan sobremanera a los palestinos son un lastre que beneficia a sus propios enemigos y demuestran la incapacidad de este movimiento de echar a un lado sus diferencias en un momento crucial de su historia. De estas divergencias y ceguera política sacan beneficios Israel y sus aliados, ya que mientras Al Fatah y Hamás mantienen congeladas sus negociaciones hacia la unidad, Israel lanza una fuerte campaña diplomática a nivel internacional para obstruir cualquier aprobación del Estado Palestino, ya sea como miembro pleno o como Estado no Miembro.

LOS ACTUALES CAUCES DE LA BATALLA DIPLOMATICA ENTRE ISRAEL Y PALESTINA.

Israel ha iniciado desde hace meses una fuerte campaña diplomática que incluye a todo tipo de presiones, chantajes y ardides para lograr que los palestinos no logren su objetivo en la ONU. Uno de sus principales lobistas ha sido el actual embajador israelí ante la ONU, Ron Prosor. Este diplomático confía en la labor de proselitismo proisraelí, encaminado a presionar a los palestinos a no solicitar su inclusión en la ONU e ir a la mesa de las conversaciones bilaterales, impulsada por el ex premier inglés, Tony Blair, reporte algunos beneficios.

Para nadie es un secreto que el premier israelí, Benjamín Netanyahu indicó a sus ministros el realizar un periplo mundial para presionar a diversas naciones para votar contra las intenciones palestinas. Estas visitas abarcaron prácticamente todos los continentes, sobre todo de Asia, África y América Latina, y más de medio centenar de mandatarios recibieron exhortaciones, presiones y promesas para ser comprados. El procedimiento fue la entrega de una carta firmada por Netanyahu, particularizada según el destinatario, en la cual se les invita a plegarse a los designios sionistas. Siguiendo esta táctica, el vice primer ministro Moshe Ya’alon, ex jefe del ejército israelí, entregó dicha misiva a los presidentes de Perú y Brasil, en ocasión de visitas a estos países; el ministro de Inteligencia y Energía Atómica, Dan Meridor, se las entregó a los mandatarios de México y Jamaica; el gobernador del Banco de Israel, Stanley Fischer, lo hizo con el presidente de Cote d’Ivoire, Alassane Ouattara; el ministro israelí Yossi Peled lo hizo con las autoridades de Paraguay, Uruguay, Guatemala y Costa Rica; el embajador de Israel concurrente en Honduras, Eliahú López, quien presionó a varias naciones centroamericanas; el asesor de Seguridad Nacional israelí, el ex general Yaakov Amidror su primera reunión de trabajo con los embajadores de la Unión Europa, quien por su falta de diplomacia hizo que 27 embajadores enviaran cartas a sus jefes de estado expresando ciertos recelos por el tono y arrogancia del prepotente israelí; el propio Netanyahu mantiene comunicación directa con Obama con respecto al avance del esfuerzo diplomático y donde ha recibido la preocupación del mandatario estadounidense y de sus socios europeos en relación con la construcción de nuevas viviendas en barrio de Har Jomá, en Jerusalén este.

Previamente, el ministro de Relaciones Exteriores israelí, Avigdor Lieberman, y el viceministro, Danny Ayalon, así como otros diplomáticos que están viajando por el extranjero, han estado planteando las posiciones de Israel a varios mandatarios en recorridos que han realizado por el mundo.

Los palestinos ya tienen el reconocimiento de 122 países que han confirmado su apoyo a su solicitud. Rusia ha sido uno de los primeros en hacerlo, a la par que ha instado a la unidad entre los palestinos y su aceptación ulterior de negociaciones de paz con Israel. A este reclamo palestino se han sumado Siria y el resto de los países árabes, Noruega, China, Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, y muchos otros, fundamentalmente países africanos y asiáticos.

Otros, como Bosnia, permanecen dubitativos. Otros, como Australia, ya han manifestado su posición anti palestina, sumándose a EE.UU., Colombia, Francia y Gran Bretaña.

Por su parte, la reunión de representantes y jefes de Estado de los países miembros del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) y CARICOM, no han puesto todavía sobre el tapete cuál será su posición conjunta sobre la votación del próximo septiembre. En uno de los casos, Honduras, éste ha recibido fuertes presiones y acciones de agravio por parte de diplomáticos israelíes.

Queda una cierta incertidumbre sobre cómo se comportará finalmente la votación, aunque es de esperarse que los palestinos salgan airosos en la prueba ante la ONU.

CONCLUSIONES

Mucho ha hecho Israel, junto a sus aliados para impedir el justo reclamo palestino de ser reconocido como el estado 194 en la ONU. Desde provocaciones militares y auto ataques, represión descontrolada contra Gaza y otras zonas, la construcción apresurada de asentamientos judíos en Jerusalén Este y Cisjordania, conspiraciones diplomáticas, hasta propuestas cuyo desenlace solo conducirá a negociaciones que, a la larga, se estancarán. Así ha de suceder con las futuras negociaciones programadas para el 4 de octubre, según conversaciones secretas entre ambas partes..

En turbia componenda con Estados Unidos y sus aliados, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, aseguró estar dispuesto a viajar a Ramallah, para reunirse con el presidente palestino Mahmoud Abbas, en una maniobra para viciar, mediante una negociación, la aspiración palestina en la ONU. El marco propicio fue el contacto con un grupo de congresistas norteamericanos que en número de 81 visitarán a Israel. Sabido es que varios de estos congresistas como Ileana Ros-Lehtinen, Marcos Rubio y Bob Menéndez ya han declarado su oposición al reconocimiento del Estado palestino en la ONU y han hecho labor de lobby a favor de las posiciones sionistas.

Toda la trama de engaños y trampas han conducido al fracaso de una negociación entre las partes y de nada ha servido la presión internacional para lograrla, ya que muchos de los impulsores de las mismas se pliegan y apoyan la prepotencia y apetencias territoriales de Israel. El fracaso de la Cuarteto para el Medio Oriente, integrado por Rusia, la ONU, la UE y EE UU, es una prueba de ello.

La suerte está echada y solo basta esperar el desenlace de los acontecimientos. Poco, es cierto, se logrará si se reconoce al Estado Palestino como miembro pleno o como Observador en la ONU. Israel permanecerá como invasor y represor dentro de los territorios palestinos, sin lugar a dudas, con el espaldarazo de EE y las grandes potencias europeas. Todavía queda mucho trecho para lograr una paz duradera y esa condición está en manos, sobre todo, de la comprensión de que las dos partes deben reconocer la existencia de ambos como estados, dejando atrás odios ancestrales, apetencias territoriales y otros lastres políticos donde el extremismo no debe cegar a la concordia y a la pacífica convivencia.

El proceso de movilización social dentro de Israel contra el gobierno ultraconservador puede influir de cierta manera en el logro de la paz, en la medida en que se canalicen las demandas a disminuir los altos presupuestos de guerra y se dirijan al bienestar social. A la par, la unidad de los palestinos y la aceptación de que Israel debe existir como debe hacerlo Palestina, más allá de apreciaciones chauvinistas, extremistas, intolerantes y viejos odios, que solo sirven para encender los tambores de la guerra, lo que no beneficia ni palestinos ni a judíos, sino más bien a los intereses hegemónicos del Imperio, es la mejor manera de evitar tanta sangre derramada.

La Paz, la verdadera paz, reclama urgentemente ser tenida en cuenta.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.